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Finlandia endurecerá leyes sobre armas

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AP

Las autoridades finlandesas anunciaron que reforzarán la legislación sobre armas de fuego y que investigan si hubo negligencia de la policía en la matanza perpetrada ayer, la segunda en menos de un año.

Matti Juhani Saari, un estudiante de hostelería de 22 años de la escuela de formación profesional de Kauhajoki (sudoeste), irrumpió en una aula por la mañana y asesinó a 9 alumnos y un profesor con una pistola semi-automática antes de incendiar el edificio y suicidarse.

El primer ministro Matti Vanhanen, que decretó un día de luto nacional se trasladó al lugar de los hechos para reunirse con las autoridades locales y los familiares de las víctimas.

"Vamos a tomar decisiones sobre una nueva ley" de posesión de armas "en los próximos meses", señaló, volviendo sobre un tema que ya fue objeto de debate después de que un joven de 18 años matase a ocho personas antes de suicidarse en un instituto de Tuusula en noviembre de 2007.

Venciendo las reticencias que había mostrado hasta entonces, Helsinki adoptó la directiva europea que elevaba a 18 años, en vez de 15 en el caso finlandés, la edad mínima para tener un arma. Una directiva que todavía está pendiente de aplicación.

Aunque, recordó Vanhanen, la ley no hubiera servido de mucho en este caso, dado que el asesino tenía 22 años, el primer ministro calificó de "muy grave" la facilidad con la que se pueden adquirir armas en Finlandia.

Además, Vanhanen anunció la apertura de una investigación sobre un posible descuido de la policía, que interrogó al asesino la víspera de la matanza tras descubrir que había colgado en el portal de internet YouTube un video en el que profería amenazas de muerte armado de una pistola.

La policía consideró que no había motivos para retirarle el permiso de armas y no lo importunó más.

"Hay una investigación sobre lo ocurrido en los días previos", explicó el primer ministro.

"Parece que la policía reaccionó inmediatamente y se reunió con el joven, pero no sabemos de qué informaciones disponían y el motivo por el que no le retiraron su licencia" de armas, agregó Vanhanen.

Entre tanto, los cadáveres de las víctimas fueron trasladados a Helsinki para practicarles la autopsia.

Las víctimas eran compañeros de clase del asesino, ocho de ellas muchachas.

Saari "entró en el aula donde los alumnos terminaban un examen. También había un profesor. Disparó sobre ellos", afirmó el jefe de la policía local, Urpo Lintala, en una rueda de prensa.

Saari falleció a causa de sus heridas tras haberse disparado un tiro en la cabeza, agregó.

"Matti Saari llevaba una pistola de calibre 22, gran cantidad de municiones y una gran bolsa con líquidos inflamables" con los que incendió el aula, indicó igualmente.

Según los detalles que van revelando quienes le conocían, Saari era un gran aficionado a las armas, una persona compleja e inestable, pero también inteligente y digna de confianza como amigo, que admiraba a otros asesinos de escuelas.

"Podía hablar con él de todo. Era realmente inteligente y bueno en la escuela. Era un estudiante dedicado que participaba en las discusiones en clase", dijo Joni Helminen, un compañero.

La matanza hizo que varias voces se alzasen cuestionando las bondades de la prosperidad finlandesa y de sus alabado sistema escolar.

El principal diario del país, Helsingin Sanomat, se preguntaba si "las escuelas finlandesas, citadas como ejemplo en el mundo entero hasta otoño pasado, buscan la excelencia en detrimento de la comunidad".

"¿Hemos olvidado la empatía en la educación que damos a nuestros hijos?", agregaba el diario.

"Todo va bien en Finlandia, el país tiene de todo, entonces, ¿por qué ocurrió?", afirmaba Jari Huhtanen, de 45 años, padre de dos niños, lamentando que los "finlandeses no ríen mucho ni se divierten mucho juntos". (AFP)

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