SEBASTIÁN CABRERA
Llegó sólo y se fue solo. Carlos Signorelli entró en la historia como el primer diputado en ser desaforado desde el regreso a la democracia. Sereno y sin quebrarse ni por un instante, el artiguense cree que lo de ayer fue un "linchamiento" electoral.
"Mucha suerte, diputado. La va a tener", le dijo al oído una funcionaria en un pasillo de la Cámara de Diputados. Faltaban pocos minutos para la hora 21 y se acababa de concretar el histórico desafuero, por el cual deberá responder ante la Justicia por la acusación de fraude.
La funcionaria le dio un beso y el diputado le agradeció. Ni bien se votó el pedido del juzgado de Artigas por 83 votos en 91, Signorelli se levantó de su banca y se retiró sin siquiera esperar que varios colegas fundamentaran el voto. Antes de eso, le dijo a los diputados que lo miraban: "Que Dios los ayude. Ojalá no les toque vivir algo similar en el futuro".
En sus primeros minutos como diputado "suspendido en funciones", el beso de la funcionaria fue el único saludo que recibió Signorelli, desaforado con los votos del Frente, los blancos y de los ex foristas Wasghinton Abdala (nueva corriente "Podemos más) y Germán Cardoso (Vamos Uruguay).
"Nunca más quiero pisar acá, a pesar de mi enorme cariño a esta casa", comentó en una improvisada conferencia de prensa. "Fue una ejecución político electoral. Un linchamiento. Los tiempos políticos han hecho que decapitaran a Signorelli. Es una gran farsa. Salgo desilusionado, con una sensación de enorme amargura", apuntó el diputado, que habló de sí mismo en tercera persona, cual futbolista. También denunció una "decisión política" para "sacarlo" de la elección municipal de 2010 en Artigas.
final. Cinco horas antes, Signorelli entró solo a cámara, con una enigmática cartulina en la mano y la convicción de que sería desaforado. Estaba condenado antes de arrancar.
"Es imposible que no me ría", comentó a periodistas y camarógrafos. A su lado se ubicaron los foristas Guido Machado, Tabaré Hackenbruch y la diputada suplente Paola Pamparatto, que más tarde lo ayudaría a desplegar una cartulina que resumía su exposición. "No tengo power point, traje la vieja cartulina", admitió.
Desde los zapatos hasta la corbata, Signorelli -investigado por manejos irregulares de fondos durante la última intendencia colorada- lució todo de negro ayer. Aunque se había anunciado que llegarían varios ómnibus de apoyo desde Artigas, en las barras solo se vio a sus abogados Gustavo Bordes y Gastón Chávez.
De hablar rápido y ceño fruncido, Signorelli movió las piernas en forma nerviosa. Se sacó y puso los lentes en reiteradas ocasiones. Pero nunca perdió la compostura e intentó demostrar que no hay fundamento en los argumentos de varios testigos que declararon en su contra: dijo que "carecen de seriedad".
El caso fue denunciado por el actual intendente blanco Julio Silveira y la fiscalía cree que se configura el delito de fraude: se habrían recibido prestamos de particulares, bajo la modalidad de descuentos de cheques y sin respaldo documental.
Signorelli argumentó que la mayoría de los cheques fueron emitidos luego de que asumió como intendente Carlos Soria, procesado por la Justicia, y apuntó los dardos a esa gestión.
FUNDAMENTO. El informe de frenteamplistas y blancos dice que existe mérito para la "formación de causa" y que el desafuero es imprescindible para seguir con el proceso judicial. El miembro informante Edgardo Ortuño dijo que esta resolución "es buena para la democracia" y que "queda claro que el Poder Legislativo no mira para el costado".
Signorelli acusó a los diputados de la comisión de Constitución de abrazarlo meses atrás y decirle que "acá no pasará nada". Sobre Abdala (que dijo que el fuero "no es una coronita), Signorelli disparó: "Sabe que nunca más en su vida será diputado". También le pegó a Pedro Bordaberry y contó que lo citó a su estudio hace quince días, en una reunión donde le puso a disposición a su equipo jurídico.
Se vienen los casos Mazzulo y Fernández
Los diputados blancos estuvieron casi ausentes del debate ayer, salvo por dos exposiciones puntuales de Alvaro Lorenzo y Rodolfo Caram. El Partido Nacional deberá definir posición en pocas semanas ante el pedido de desafuero del diputado Carlos Mazzulo, que estuvo ayer en cámara, pero se retiró antes de que terminara la sesión.
También hay un pedido de desafuero para el diputado socialista de Rivera, Julio Fernández, en un juicio promovido por difamación e injurias por el ex legislador colorado Juan Justo Amaro. En este caso, los diputados del Frente Amplio argumentan que no corresponde el desafuero. Fernández estaba ayer en cámara y votó la moción mayoritaria contra Carlos Signorelli.
Varios legisladores colorados recordaron esos dos casos que se vienen. Washington Abdala afirmó: "No me gustaría ver lecturas corporativistas en esos casos. Si no darán la razón de que acá hubo linchamiento".
Ahora, Signorelli quedó suspendido en sus funciones y a disposición del Juzgado de 1° Turno de Artigas. Todo indica que el caso demorará más de lo previsto, debido a que la fiscal de Artigas, Gabriela Sierra, que solicitó el procesamiento del ex intendente, fue trasladada a la ciudad de Rocha a comienzos de agosto.