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Ambientalistas uruguayos coparon audiencia por Ence

Voz. Lugareño abrió sus brazos a la empresa y a detractores

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CONCHILLAS P. CLAVIJO/D. ROJAS

Militantes de organizaciones ambientalista uruguayas coparon ayer la audiencia pública por el proyecto de Ence en Conchillas. Otros asistentes, también de fuera de la zona replicaron. Los vecinos del pueblo casi ni picaron.

El local del Club Central Labradores en la radial de Conchillas quedó chico. Medio millar de personas atestaron el local; muchos quedaron afuera. Entre 150 y 200 autos rodeaban el lugar y los debates seguían, sin límite de oradores y de tiempo, al cierre de esta edición.

El naturista Juan Carlos Borgoña y su familia (dirigentes del grupo Uruguay Natural-Multiproductivo), Delia Villalba, dirigente anti Botnia de Fray Bentos, representantes de los organizaciones ambientalistas Guayuvira, Motvides, Amigos de la Tierra, todos integrantes de la Asamblea Regional de Gualeguaychú asistieron a la audiencia. Sus intervenciones y las de partidarios de la planta caldearon el debate, aunque éste se mantuvo dentro de carriles civilizados.

Un niño de 11 años vinculado a estos grupos sostuvo casi todo el tiempo detrás de la mesa que conducía la asamblea carteles con leyendas como "Políticos Corruptos" o "Dinama, una vez decí que No".

Hubo discursos entusiastas a favor del proyecto, como el de la periodista del diario La República, Sandra Dodera, corresponsal de ese matutino en Fray Bentos. El licenciado Luis Anastasía, un profesional de Montevideo, refutó los argumentos de los ambientalistas y fue interrumpido en varias ocasiones.

Un productor de Soriano, Washington Lockhart, denunció que en su campo se secaron cuatro pozos de agua por culpa de las plantaciones de Ence que rodeaban su establecimiento.

Entre los asistentes estaban los intendentes de Río Negro, Omar Lafluf y de Colonia Walter Zimmer. El jefe comunal coloniense defendió la obra de la empresa española y dijo que será "la más grande de Uruguay, mayor que Botnia". Destacó que no afecta a Argentina, ni siquiera visualmente.

Una de las pocas voces de la zona fue la del vecino de Conchillas Jorge Almada. "Le abrimos los brazos a Ence para que cumpla lo que ha prometido, pero también le abrimos los brazos a quienes rechazan esta fábrica por entender que es contaminante", dijo conciliador. "Antes Conchillas tenía 3.000 familias y hoy somos 800 que intentamos sobrevivir. Hasta hace poco era común encontrar en casas de 10 metros por 6 a un viudo o una viuda. A nuestros hijos los vamos a ver a Argentina, a España o a Estados Unidos", lamentó.

La audiencia, presidida por la directora de la Dinama Alicia Torres, se inició con más calma. Tras abrir la sesión luego de explicar el sentido de las audiencias públicas para este tipo de emprendimientos, el director de Ence para América Latina, Juan Manuel Seoane y un equipo de ejecutivos describieron los aspectos principales del proyecto

La planta se va a desarrollar en un predio de 528 hectáreas, ubicado sobre la costa de río de la Plata, a 40 kilómetros de Buenos Aires.

Al comenzar la audiencia se recepcionaron 31 preguntas escritas, 3 documentos y decenas de asistentes se anotaron para hacer uso de la palabra y dar a conocer su posición respecto al emprendimiento.

Zimmer le aconsejó poner prostíbulos

Camino a Conchillas por la ruta 55, está el club Nacional, atendido por Miguel Alza. Ayer al mediodía Sergio Cabrera, conocido en la zona como el "Hurón", llegó al bar para mostrarle el proyecto que, asegura, ya tiene aprobación de la comuna coloniense. Su campo está ubicado estratégicamente a la entrada del predio de Ence. Ante varios presentes en el lugar, entre ellos un periodista de El País, Cabrera contó que piensa construir dos restoranes, estación de servicio, estacionamiento para camiones, gomería, taller mecánico y casa de repuestos.

Todo estaba en un documento que extrajo de su bombacha de campo. Relató también que el intendente de Colonia Walter Zimmer, es "íntimo amigo" y cuando le fue a presentar la iniciativa, el jefe comunal le dijo: "Tenés que instalar cinco prostíbulos, uno en cada punta y otro en el medio, desde donde dirigís, ese es el mejor negocio".

Pero Cabrera no quiere saber nada de este rubro, "que lo hagan otros, yo tengo familia y temo perderla si hago algo así", afirmó.

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