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Parte el Capitán Miranda con expectativas y llantos

Viaje. Los 92 tripulantes estarán navegando por 227 días

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ANA PAIS

A partir del miércoles pasarán 227 días antes de que el velero escuela Capitán Miranda vuelva a aguas uruguayas. O sea, serán siete meses y medio de trabajo y aprendizaje, pero también una oportunidad de viajar por el mundo representando al país.

El capitán de navío Eduardo Franco ya había estado a bordo del Miranda en 1997, cuando recorrió el Mar Mediterráneo y Negro como segundo comandante. Desde el miércoles hasta el 12 de noviembre estará a cargo del 27° viaje de instrucción por América y Europa.

"Profesionalmente es un logro ser comandante del buque insignia o escuela de la Armada uruguaya", dijo Franco. "A la vez es una responsabilidad grande por el hecho de que estoy a cargo de la instrucción de los futuros oficiales y porque somos embajadores del país en los mares del mundo".

Este año la tripulación será de 92 personas: 12 oficiales que integran la plana mayor, 34 guardiamarinas egresados de la escuela naval (de los cuales tres son mujeres), un invitado del Ejército Nacional, otro de la Fuerza Aérea, una licenciada en oceanografía egresada de la Facultad de Ciencias y una integrante del Ministerio de Turismo que viaja becada por la Armada Nacional.

A ellos se sumarán en parte del recorrido una oficial y un personal subalterno de la Prefectura Naval argentina. El resto de la tripulación serán marineros de la Armada Nacional uruguaya.

A diferencia de otros viajes, esta vez no habrá personal subalterno femenino embarcado. Sólo serán entre cinco y seis mujeres, de las cuales cuatro forman parte del cuerpo de baile de tango junto a los respectivos guardiamarinas.

"En cada puerto hacemos una presentación de productos nacionales así como también de nuestras costumbres, tradiciones y cultura. Dentro de ello es que hacemos exhibiciones de tango y candombe", explicó el capitán del Miranda.

Todos los días, entre las 16.30 y las 18 horas, quienes no están de guardia se reúnen en la proa a tomar unos mates, conversar y cuando están por llegar a algún puerto, para calentar las lonjas y ensayar.

Según Franco, "la cuerda de tambores del personal subalterno se ha hecho famosa en estos 27 viajes. En muchos puertos que frecuentemente visita el buque, ya nos están esperando tanto uruguayos como lugareños para bailar y ver esta expresión popular".

Expectativas. En 227 días, uno de los recorridos más largos del velero, estarán 70 en tierra firme y el resto navegando. En total visitarán 24 puertos de 14 países.

Desde noviembre del año pasado están poniendo a punto al Capitán Miranda para el viaje 2008. Por ejemplo, realizaron el mantenimiento de la "obra viva" del barco, es decir, de la parte que está en contacto con el agua como las hélices, timones y anclas.

Además, en enero comenzaron a realizar prácticas en Punta del Este con los guardiamarinas que se recibieron en diciembre del año pasado y que con muchas expectativas ya arman las valijas para embarcarse por más de medio año.

Franco, por su parte, espera "no tener inconvenientes con el buque desde el punto de vista material, que los guardiamarinas puedan terminar de aprender la parte técnica profesional y tener estadías en puerto llenas de eventos culturales y sociales para que el acervo cultural de los futuros oficiales pueda incrementarse".

Paseos guiados por las distintas ciudades, así como visitas a museos y espectáculos típicos, son algunas de las actividades a las que son invitados.

"El conocer diferentes costumbres y modos de pensar nos amplía la posibilidad de solucionar problemas diarios con iniciativa", concluyó Franco.

Uno de los 92

Vidal: "Uno sacrifica cosas y extraña, pero aprende mucho" Estoy esperando zarpar para poder conocer sobre todo Europa que nunca fui. Acá uno sacrifica cosas y extraña, pero se aprende mucho", dijo Matías Vidal, de 23 años. Después de estudiar 4 años en la Escuela Naval, en diciembre de 2007 se recibió de guardiamarina y en tres días parte en el Capitán Miranda. "Mi familia está re contenta, cada día me repiten: `falta poquito, aprovechá`. Ya estamos pensando en partir. Allá vamos a participar de una regata, lo cual nunca viví en un barco tan grande como el Miranda", contó.

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