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Con el aliento de esa hinchada dan ganas de ser visitante

Poblaron la tribuna Colombes, invadieron la América y festejaron por 18 como si fuera La Plata

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Raúl Mernies

Es un tanto difícil elegir el aspecto que hizo más local a Estudiantes, pero lo concreto es que estuvo como en La Plata.

Ingresar al estadio Centenario y observar a la parcialidad de los pincharratas en la tribuna Colombes fue asombroso.

Un sinnúmero de banderas rojas y blancas tiñeron el estadio entero y hubo cantos durante todo el partido como si la intensa lluvia no existiera.

Cuando los jugadores ingresaron a la cancha el recibimiento superó todo lo esperado. Cientos de fuegos artificiales, bengalas, mucho humo rojo y el olor a pólvora invadieron la cancha y el escaso segmento de la Olímpica que albergaba a la parcialidad de Danubio dejó de verse desde la América.

Pero no todos eran argentinos. Entre camisetas del "Pincha" había muchas amarillas y negras, y no es casual.

Las hinchadas de Peñarol y Estudiantes se dicen "amigas" hace mucho tiempo y eso quedó más que demostrado con una de las canciones que cantaron toda la noche: "Hay que saltar, hay que saltar, el que no salta es del ´Lobo´ y Nacional", dijo la tribuna a una sola voz.

Uno de los presentes en la tribuna comentó: "Si cerrás los ojos y escuchas, es como que estuvieras en un partido de Peñarol porque son las mismas canciones".

Es que los miles de seguidores del equipo de Sensini y la "Brujita" Verón realmente se sintieron locales en todo momento.

Aunque iban perdiendo por 1-0 y la gente de Danubio -a la que hay que reconocerle el esfuerzo por la cantidad de público que asistió teniendo en cuenta las condiciones climáticas-, no cesaba de alentar a los suyos, los platenses se hicieron sentir y mucho.

Por momentos, dejaron sin efecto los silbidos de los danubianos, al grito de "Es-tu-diantes, Es-tu-diantes" y hasta se dieron el lujo de festejar por 18 de Julio como si estuvieran en La Plata.

Sí. Es que al regresar del estadio, por la principal avenida capitalina, una decena de pequeñas "barras" de hinchas vestidos de rojo y blanco iban coreando y cantando.

Es más, en el cruce de 18 y Gaboto la calle estaba cortada porque un grupo de argentinos sostenía una gran bandera de lado a lado y la agitaba sin dejar de cantar.

Así es más fácil. Con una hinchada como esa conviene más jugar de visitante que tener la presión de ganar de local.

Al final, por si quedaba alguna duda de la sociedad con el manya, la hinchada de Danubio la disipó cuando cantó: "Porom, pom pom, porom, pom, pom, esa es la hinchada de Peñarol", sabiendo que había muchos carboneros en la Colombes.

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