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Conmoción y dolor por muerte de un niño en la Plaza Independencia

Accidente. Un pequeño de 3 años cayó en la fuente

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Los gritos desgarradores de una mujer llamaron la atención ayer, sobre las 20 horas, de quienes pasaban por la Plaza Independencia. Era una madre, que arrodillada, trataba de sacar a su hijo de 3 años de la fuente en la que había caído.

La escena asustaba. Había dos ambulancias, una estacionada en la plaza, al lado del cantero que está frente al hotel Radisson, la otra en la calle sobre el estacionamiento frente al Palacio Salvo. Tres móviles policiales, más de 15 uniformados, algunos de ellos, miembros de la Policía Turística. Estos últimos fueron los primeros en actuar porque estaban en esa zona de la Ciudad Vieja.

Sobre el pasto del cantero, un grupo de médicos arrodillados alrededor de un niño, al costado de la fuente.

A dos metros, la madre del niño, una mujer afrodescendiente de unos 35 años, con un buzo rojo, arrodillada en el suelo, con las manos cubriéndole la cara. Una chica la abrazaba. Ambas miraban a los profesionales que le hacían masaje cardíaco a David García de 3 años.

Alrededor del cantero oval, unas 1.000 personas rodeaban la escena. Desesperación, angustia y tristeza eran los sentimientos que se marcaban en la cara de todos los que miraban, esperanzados de que los médicos lograran su objetivo: la reanimación de aquel niño que minutos antes estaba jugando en la plaza.

Gran parte de los consultados no habían visto cómo David llegó a caerse en la fuente, dijeron que llegaron en el momento de la reanimación y se pararon a mirar. Otros observaban desde los comercios u oficinas de alrededor.

La mujer que atiende el kiosco que está en la plaza frente al Palacio Salvo vio parte de lo sucedido. Contó que había visto a la madre de David dando vueltas por la plaza como buscando algo. De repente, sintió los gritos de la mujer y que desesperada trataba de sacar al niño de la fuente, relató la vendedora.

Una señora, muy elegante, soltó la cartera y corrió a reanimar al niño, dijo la testigo.

El intento de los médicos duró unos 15 minutos, pero para muchos de los que miraban parecieron horas. Nadie quería que los médicos se pararan. Pero pasó. Uno de ellos dejó de mirar al niño y guardó su instrumental en la caja que tenía al costado. Los otros sólo dejaron de mirarlo.

Un policía y la médica se acercaron a las mujeres que estaban en el suelo. Tenían que comunicarles lo peor. David García no respondió a la reanimación.

La madre lloraba desconsoladamente. La otra mujer que la acompañaba intentaba decirle alguna palabra de consuelo.

Las dos se acercaron al cuerpo del niño. La madre se volvió a arrodillar junto a la fuente, esta vez para llorar a su hijo.

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