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Fiebre Amarilla

Los Simpson dan su golpe

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GUILLERMO ZAPIOLA

Secreto. El viernes se revelará el misterio de la película

Tarde o temprano tenía que ocurrir, aunque sus productores se empeñen en mantener hasta último momento un aura de misterio. El próximo viernes se estrena mundialmente (Uruguay incluido), la película de "Los Simpson".

Sería injusto considerarlo simplemente una jugada comercial. La serie tiene por cierto una multitud de "fans" en todo el mundo, y cualquier productor sensato debería entender que allí hay un mercado cinematográfico potencial. Pero el operativo conlleva también su cuota de riesgo, y acaso de ello derivan algunos de los recaudos que el equipo de producción se ha tomado a la hora de planificar el lanzamiento.

Entre los puntos a favor: la fecha. Los Simpson cumplen veinte años y han llegado a los cuatrocientos episodios, lo que les permite presentarse (incorrectamente), como la serie más longeva de la televisión. No es cierto, o por lo menos no todavía: aún no han superado el "récord" de 21 temporadas y 612 episodios de La ley del revólver (Gunsmoke), el mejor western y acaso la mejor serie que la televisión haya presentado nunca, pero es posible que en número de temporadas terminen lográndolo. Los 612 episodios son una meta un poco más complicada.

Odiosas comparaciones a un lado, Los Simpson sigue siendo una de las series más inteligentes y perdurables de la televisión, y es probable que ello se siga cumpliendo cuando el comisario Matt Dillon de James Arness haya sido definitivamente olvidado. Dar el salto a la pantalla grande era una tentación casi inevitable.

Riesgos: el formato de Los Simpson es inevitable, casi perfectamente televisivo: compactos episodios de media hora (para ser más exactos, veintiséis minutos), con historias individuales que empiezan y terminan en el mismo capítulo, más allá de que el carácter de algunos personajes se desarrolle entre ellos. De ahí, acaso, el secretismo que ha rodeado la preparación y el lanzamiento de la versión para la pantalla grande.

"Aunque la película es tres veces más larga que el programa de televisión, fue cientos de veces más difícil de escribir", sostiene uno de los productores, David Mirkin. Por su parte

Las razones de un color

Íntimo amigo de Stephen King, Matt Groening ha integrado con el Maestro del Terror un grupo de rock, los Rock Bottom Remainders. Alguien ha señalado que ambos pertenecen a esa nueva estirpe de millonarios con éxito social y económico que comenzaron como artistas marginales y se empeñan en seguir pareciéndolo.

Igualmente consciente fue su decisión de que los Simpson fueran amarillos. No se trata de una cuestión racial (no tienen los ojos rasgados, y a nadie se les ocurriría confundirlos con chinos o japoneses). Para Groening se trata de una cuestión de identidad: "Son amarillos para no parecerse a ningún otro personaje de dibujos animados de ningún otro sitio. Y si estás cambiando de canal con el control remoto, rápidamente descubres en qué canal están los Simpson". Su colega Al Jean redondea la idea con una dosis de sarcasmo: "Así es como los encontramos nosotros en la televisión cada vez que estamos en un país extranjero".

La serie se convertirá pronto en la más añeja

Matt Groening, el creador de la serie, insiste en que el principal desafío era lograr una historia convincente, "que hiciera crecer a los personajes televisivos sin traicionar su esencia".

La empresa productora se ha negado a divulgar detalles de la anécdota, aunque las notas de prensa permiten saber que Homero tiene una nueva mascota (un cerdo), y hay un silo lleno de excrementos en el que se produce una fuga que provoca la mayor catástrofe de la historia de Springfield. Los Simpson terminan exiliados en Canadá, y allí comienza para Homero una historia de redención: el personaje tratará de limpiar su nombre y el de su familia, y regresar al hogar natal.

Sin embargo, eso es solo argumento, y ya se sabe que una película es algo más que su argumento. El productor James L. Brooks ha podido añadir: "Queríamos ahondar en el concepto de familia en el caso de los Simpson. Y claro, hacer reír a la gente con una historia que se sintiera diferente a la serie". Una de las tradiciones de la versión televisiva se mantiene, sin embargo: las "apariciones especiales" de gente famosa. Para el caso, la banda Green Day (con su auténtico sonido), y la incorporación a la trama de Arnold Schwarzenegger, doblado en inglés por Harry Shearer, convertido en un inculto presidente de los Estados Unidos.

Dos décadas en el aire permiten por cierto efectuar un balance. Todo comenzó a finales de 1985, cuando James L. Brooks, productor de The Tracey Ullman Show, sintió que necesitaba un entreacto para su programa y se lo encargó a Matt Groening, de quien apreciara otro trabajo, la tira cómica Life in Hell (La Vida en el Infierno). Groening creó a los Simpson en quince minutos, mientras esperaba a ser recibido por el productor Brooks en su despacho.

COMIENZOS. Los Simpson hicieron su primera aparición el 19 de abril de 1987 en un pequeño corto de dos minutos titulado Good Night, y se emitieron cuarenta y ocho cortos en el programa hasta que la familia pasó a tener su propia serie.

El primer episodio de Los Simpson como serie independiente se emitió el 17 de diciembre de 1989. La cadena Fox tuvo dudas acerca de si una serie animada sería vista en horario central, algo que no pasaba desde Los Picapiedra, por lo que planeó emitir sólo cuatro episodios en la primera temporada. James L. Brooks convenció a la cadena de que emitieran trece episodios. Pronto Los Simpson se convirtieron en un éxito de audiencia.

El paralelo con Los Picapiedra no es casual. La serie de Hannah y Barbera se estiró demasiado y generó producciones colaterales que terminaron desgastándola, lo que impide o por lo menos dificulta hoy una valoración adecuada de su impacto inicial. La serie original duró siete temporadas y llegó a los 167 episodios entre 1960 y 1966, y los dibujos que la siguieron, muchos de ellos dedicados a los niños de la familia o a versiones infantilizadas de su universo no ayudaron a su perduración. Sin embargo, en el momento de su lanzamiento fueron una audacia: la primera serie de televisión que retrataba, por detrás de su falso aire prehistórico, la vida cotidiana de una familia "blue collar" (clase obrera, más bien baja) norteamericana. Alejándose de las series familiares idealizadas y sentimentales tipo Papá lo sabe todo, Los Picapiedra proponía ya un grupo familiar disfuncional, con un "pater familias" mediocre y atado a un trabajo rutinario, que soportaba la humillación diaria de su jefe, se desquitaba humillando a su vez a su amigo Pablo, y lidiaba con una esposa más inteligente que él. Su idea de un "fin de semana ideal" era una partida de "bowling". Hasta es tentador pensar que el comienzo década capítulo de Los Simpson, con Homero saliendo de su trabajo en la planta nuclear, es un homenaje a la salida del trabajo con que comenzaba también cada capítulo de Los Picapiedra (incidentalmente, Los Picapiedra generó una variante futurista, Los Supersónicos, del mismo modo que Los Simpson dieron vida a Futurama).

El éxito de Los Simpson puede tener de todos modos otras motivaciones complementarias. La proliferación de familias disfuncionales en la televisión es un dato típico de los tardíos ochenta, quizás algo fatigados del "milagro reaganiano" e impregnados de una dosis de cinismo postmoderno. Los Simpson aparecen cuando la televisión ha acogido también a Matrimonio con hijos (261 episodios entre 1987 y 1997) y Roseanne (221 episodios entre 1988 y 1997), otras dos series impregnadas de humor sarcástico sobre la vida familiar. En la segunda actuaba John Good- man, que fue también, tal vez sin casualidad, el Pedro Picapiedra de la película de acción viva sobre los personajes.

Hasta las fechas encajan: Matrimonio con hijos (emitida, al igual que Los Simpson, por Fox Network), abrió el camino en 1987. Roseanne, un año posterior, fue la respuesta de los rivales de ABC. Cabe razonar que Los Simpson (serie de complemento en 1987, serie propia dos años después), aparecieron en el lugar y momento adecuados. Que la conservadora Fox fuera el vehículo de series nada conservadoras es una de las ironías de la historia, y ha dado lugar a más de una broma interna (en la serie, Fox News nunca informa correctamente, y Homero se refiere a él como "un canal de segunda"), pero eso es también parte de un juego inteligente.

Algo autobiográfico pero no tanto

"Los Simpson" son un programa en parte autobiográfico. Matt Groening confiesa que se inspiró para crearlos en su propia familia. Los nombres coinciden.

En efecto, el padre de Matt se llama Homero Groening, y fue en los años sesenta un artista de vanguardia que hacía animaciones con temáticas surfistas. La madre, Marge Groening, era "una comprensiva profesora" que alentaba el trabajo de su hijo. Sus hermanas se llaman efectivamente Lisa y Maggie.

Sin embargo, Groening se apresura a aclarar que no hay que exagerar las coincidencias. Una cosa es bromear con los nombres, y otra que los personajes se parezcan realmente. ¿Alguien puede imaginar a Homero Simpson como un animador de vanguardia?

Matt reconoce empero que siempre se sintió un poco "Bart", y hasta en algún momento pensó en ponerle su propio nombre al pequeño diablillo. Pero a esas alturas razonó que estaba forzando demasiado las coincidencias. De todos modos, según Groening, el personaje se basa en parte en él mismo, y en parte en Daniel el Travieso.

Su primera película la hizo en la secundaria. Tomó las muñecas de sus hermanas, les arrancó las cabezas e hizo un corto de cuatro minutos llamado Los humanoides contra los otros humanoides. Muy Bart, realmente.

Groening y sus criaturas

1

¿Por qué esta familia tiene resonancia en tanta gente?

Creo que hay una tradición en muchas series cómicas que tiene que ver con familias, en las que los personajes se la pasan insultándose. Nosotros fuimos capaces de llevar eso un paso más allá y exagerar las cosas: creo que las comedias convencionales tienen cierto sentimentalismo que nosotros no tenemos. Somos a veces un poco más duros, aunque los miembros de la familia se aman, también se exasperan los unos con los otros y creo que la gente se pude identificar con eso.

2

¿Hubo algo en tu pasado que sirvió de inspiración para tus brillantes creaciones?

Pasé una gran parte de mi niñez viendo televisión, y después de todos esos años si no me hubiera metido al negocio de la televisión hubiese sentido que estaba desperdiciando mi vida. Todo es cuestión de investigación. Fue una cuestión de observar a la gente y a los programas de televisión. Alguien preguntó de dónde viene el pelo de Marge, y fue una combinación de La novia de Frankenstein y Ana la huerfanita. Bart en particular viene de una serie de televisión llamada Leave it to Beaver. Mi personaje favorito en ese programa era Eddy Haskell, un tipo muy sarcástico, traicionero y malo.

3

¿Qué crees que fue lo que transformó al programa en un enorme éxito?

¡Mi brillantez! No, no. Creo que tiene algún mérito el diseño del programa, porque es un esfuerzo de colaboración y lo ha sido desde el inicio cuando estos personajes aparecieron por primera vez en The Tracey Ullman Show. Duraban quince segundos y fue un aprendizaje para mí y para David Silverman, que fue uno de los animadores originales en estas caricaturas cortas. Cuando llegó el momento de hacer la serie de televisión dijimos que nuestra misión era hacer que la gente se olvidara que estaba viendo una caricatura y que intentaríamos momentos de verdadera emotividad. Entonces yo creo que es la combinación de bromas visuales muy divertidas y emociones verdaderas. Queremos hacer sentir a la gente que no está sola.

4

¿Como se dio el ingreso de la banda green day en la pelicula ?

Simple. Estábamos pensando en una banda y alguien entró en el cuarto y dijo "Green Day quiere estar en los Simpson".

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