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Pasando raya a mitad de camino

1° de marzo. Oficialismo y oposic ión aguardan definiciones del mandatario esta noche

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ELENA RISSO

Pasaron dos años desde la última vez que el presidente de la República, Tabaré Vázquez, se dirigió, desde un estrado, a la ciudadanía. Fue el 1° de marzo de 2005, estrenando la banda presidencial, desde las escalinatas del Palacio Legislativo.

Hoy por la noche, volverá a hacerlo, esta vez desde Plaza Independencia con el monumento a José Artigas a sus espaldas. Y en otro contexto, porque mucho cambió desde aquella fecha.

En 2005 Vázquez anunciaba una serie de medidas para paliar la compleja situación de los sectores más castigados, al tiempo que confiaba en fortalecer su relación con los países de la región por la sintonía ideológica que había logrado con el argentino Néstor Kirchner y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

Pero en estos dos años de gestión, Vázquez comprobó en carne propia que no siempre se pueden cumplir todas las promesas y que la "sintonía ideológica" no alcanza para llevarse bien con los vecinos.

Es por eso que el presidente se juega una fuerte apuesta en la noche de hoy, cuando intente convencer que 2007 será el año para consolidar el "cambio". La experiencia de sus antecesores en el Edificio Libertad le dice que el tercer año de gobierno es la última oportunidad de hacer algo antes de que arranquen los tiempos electorales.

PROBLEMAS. En la noche de hoy, muchos esperan mensajes directos y contundentes de Vázquez para aliviar focos de tensión interna en la izquierda gobernante. Por ejemplo, explicaciones sobre la visita del presidente George W. Bush, que llegará la próxima semana, y que a esta altura los sectores más radicales aún no logran asumir que es verdad.

Con respecto a la integración regional, la prédica en favor de fortalecer los vínculos con el Mercosur quedó empantanada ante el prolongado diferendo por la instalación de las plantas de celulosa con Argentina. Es más, tan tirante está la relación que mientras Vázquez se entreviste con Bush, el argentino Kirchner se reunirá con el venezolano Hugo Chávez, el principal enemigo del presidente de Estados Unidos en la región.

Otros aguardan que deje en claro que desde el gobierno concretará algo que predicó durante años desde la oposición: el más férreo rechazo a las acusaciones de falta de transparencia, un asunto que está golpeando duro al Frente Amplio.

También están quienes aguardan un "claro mensaje" de Vázquez de cuál es su posición ante una eventual reforma constitucional que podría incluir su reelección.

Dirigentes del gobierno y de la oposición consultados por El País coincidieron en que 2007 es un año "bisagra", porque lo que no se logre ahora es difícil que se concrete.

Eso aumenta la tensión con la oposición y amenaza con dejar en evidencia diferencias latentes en la interna frenteamplista, que a medida que corren los meses se prepara para una nueva contienda. Es por eso que este año, el gobierno buscará darle un rápido trámite a la anunciada reforma de la Salud y a la del Estado, confiando en que el oficialismo cierre filas detrás del gobierno.

Desde la bancada frenteamplista, el senador Carlos Baráibar dijo que en 2007 se podrán concretar los planes porque aún falta tiempo para las elecciones y que en dos años se podrá juzgar los logros.

La oposición, en cambio, mantiene dudas. El presidente del Directorio blanco, Jorge Larrañaga, entiende que en el 2007 se confirmará "que el gobierno no tiene rumbo".

El prosecretario del Partido Colorado, Luis Hierro cree que estará marcado por las "disputas internas" del gobierno y que se avanzará poco.

A su vez, el presidente del Partido Independiente, Pablo Mieres, estima que el gobierno tiene este año para demostrar los beneficios de su gestión.

Acto "chavista" para celebrar los dos años de gobierno

El acto que encabezará hoy el presidente Tabaré Vázquez en Plaza Independencia, indignó a la oposición, que entiende que se trata de una puesta en escena de tipo "chavista", que vulneraría la disposición constitucional que impide a los mandatarios participar de actividades políticas.

El presidente del Directorio blanco, Jorge Larrañaga, dijo a El País que se trata de un "camino equivocado" porque Vázquez "va a participar de un acto frenteamplista".

El Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Colorado analizó ayer el tema. Según el diputado Washington Abdala, se tratará "de un acto chavista" con "fines proselitistas". "Es un abuso", acotó.

Fuentes oficiales dijeron a El País que el monumento a José Artigas quedará incorporado al escenario, junto a una enorme bandera con la leyenda "Mi autoridad emana de vosotros y cesa ante vuestra presencia soberana". En el estrado, además de Vázquez, estarán presentes el vicepresidente Rodolfo Nin Novoa, los ministros y los directores de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y la Oficina de Servicio Civil. Los legisladores estarán entre el público.

Relación aun más tirante

Si la relación entre el gobierno y la oposición ha sido conflictiva en los dos primeros años de gobierno, todo indica que va camino a complicarse aun más en 2007.

El verano estuvo marcado por numerosas convocatorias de ministros al Parlamento por parte de la oposición, que prácticamente cuestionó todas las acciones del Poder Ejecutivo. Los temas que el gobierno considera centrales a partir de ahora (como reformas de la salud, del Estado y de la Constitución), amenazan con convertirse en un nuevo foco de conflicto.

El senador Carlos Baráibar (Asamblea Uruguay), dijo a El País que se promoverá "un mejor relacionamiento" y que se espera un "respeto similar" de la oposición.

En una columna publicada en el sitio web del Partido Socialista, la senadora Mónica Xavier cuestionó "la carencia de cooperación" de la oposición con el gobierno y admitió "frustración" por la forma en que se planta frente a las iniciativas del gobierno.

El diputado Aníbal Pereyra (Movimiento de Participación Popular) aseguró que la oposición va a promover "un clima de política electoral" que se "va a intensificar".

El presidente del Directorio blanco, el senador Jorge Larrañaga, en tanto, mostró dudas sobre la posibilidad de que se mejore la relación entre el gobierno y la oposición, por considerar que si dentro del Frente Amplio no se logran acuerdos, será menos viable alcanzarlos fuera de él.

El prosecretario del Partido Colorado, Luis Hierro, destacó que "en los grandes temas no hay diálogo" y que es poco probable que eso cambie.

El presidente del Partido Independiente, Pablo Mieres, exhortó en que se logre "más consenso", pero admitió que duda que se vea "un cambio" en la relación entre gobierno y oposición.

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