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El largo viaje de los chorlos playeros: así buscan conservar a estas especies

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Laguna de Rocha.

AVES

Vuelan 16 mil kilómetros para alimentarse en las lagunas costeras; expertos busca su conservación

Con menos de 65 gramos de peso, el chorlito o playerito canela y el chorlo pampa hacen viajes titánicos: migran desde la tunda de Canadá y Alaska, donde se reproducen, hasta las lagunas costeras de Maldonado, Rocha y Treinta y Tres, donde se alimentan cada primavera y verano. Entre ida y vuelta vuelan 32 mil kilómetros.

Para su conservación, Fundación Lagunas Costeras lanzó la primera red nacional de productores ganaderos que conservan aves migratorias, con financiación del Neotropical Migratory Bird Conservation Act y con apoyo de Manomet, Red Hemisférica de Reserva de Aves Playeras, CURE y Aves Uruguay.

“Aquí se alimentan y cambian las plumas para hacer la migración de nuevo hacia las áreas reproductivas. Las tenemos entre septiembre y marzo en gran número en las lagunas de Garzón, José Ignacio, Rocha, Castillo y Merín”, dijo a El País Joaquín Aldabe, especialista en conservación de aves playeras en pastizales y ganadería.

Las lagunas les ofrecen pastizales cortos que les permiten identificar mejor a sus presas (insectos y arácnidos) y detectar a sus depredadores. Son zonas de pastoreo de ganado y, si se hace de manera adecuada, la actividad productiva puede ser compatible con la conservación de estas especies.

“El rol de los productores es muy importante. Empezamos a trabajar con ellos para formar una red para compartir información sobre buenas prácticas, sobre los requerimientos ecológicos de estas aves, qué tipo de hábitats necesitan y qué manejo se puede hacer para mejorar la producción ganadera y, al mismo tiempo, mejorar o mantener la calidad del hábitat”, explicó Aldabe.

Un concepto clave que el proyecto pretende transmitir es que los campos productivos producen pasto y carne, y también producen biodiversidad y belleza paisajística. Parte del trabajo consiste en visitas a productores.

Aldabe agregó: “En Uruguay se pueden ver casi con certeza en estas lagunas cualquier día entre primavera y verano. Es una propuesta turística bien interesante. En esta línea estamos trabajando para hacer infraestructura junto con los productores para que haya lugares de observación”.

Recientemente se terminó el llamado “Sendero de las Aves Migratorias”, único de su tipo en el país, y que está ubicado en un predio del área protegida de la Laguna de Rocha.

Vigilancia durante la migración.

Fundación Lagunas Costeras estudia la migración a través de GPS o transmisores satelitales ultra livianos que les son colocados a los ejemplares de chorlito canela y chorlo pampa. Estos pesan entre dos y cuatro gramos para que afecten el vuelo y uso calórico de estas aves que no superan los 65 gramos.

“Con fines de conservación necesitamos saber cuáles son los lugares en donde paran para descansan y alimentarse para poder seguir. Estas aves paran en sitios críticos que son como estaciones de servicio que son fundamentales para realizar la migración con éxito”, ilustró Aldabe.

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