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Una mujer tras la hazaña espacial

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Katherine Johnson

Ciencia

Los cálculos que hizo Katherine Johnson fueron decisivos para que Armstrong pisara la Luna.

Katherine Johnson
Katherine Johnson

A Katherine Johnson, que cumple cien años, le encantaba contar, de hecho lo contaba todo, hasta los platos que lavaba, y fue su maravillosa capacidad para el cálculo lo que ayudó a poner en órbita el Apolo XI, que llevó por primera vez al hombre a la Luna.

Las grandes misiones científicas son fruto del esfuerzo combinado de grandes equipos en los que todas las aportaciones cuentan, como la de Johnson y otras mujeres afroamericanas, cuya labor en la Nasa fue durante años desconocida para el gran público, hasta la llegada de la película "Hidden Figures" ("Figuras ocultas", 2016).

Ella fue una de las mujeres negras que formaban un equipo en el Centro de Investigación Langley para calcular la trayectoria de los primeros lanzamientos espaciales, unas operaciones que hoy hacen los ordenadores, pero en los años sesenta los "ordenadores llevaban falda", según sus palabras recogidas en los numerosos documentos que la Nasa le dedica en su web.

Fueron sus cálculos los que ayudaron a que la misión Apolo XI llegara a buen puerto y a que Neil Armstrong pisara la Luna (1969), pero también los que fijaron la trayectoria del primer viaje al espacio de un estadounidense, Alan Shepard (1961).

Cuando la Nasa empezó a usar ordenadores para la misión en que John Gleen orbitó la Tierra por primera vez (1962), le pidieron verificar los cálculos de la máquina. "Si ella dice que son buenos, entonces estoy listo para ir", dijo el astronauta, según recuerda Johnson.

De hecho, la Nasa reconoce en su web que "no habría podido hacer esas cosas sin Katherine Johnson y su amor por las matemáticas".

Johnson fue una niña curiosa y brillante nacida el 26 de agosto de 1918 en White Sulphur Springs (Virginia, EE.UU), que a los 10 años ya cursaba secundaria. Entró en la Universidad estatal de West Virginia donde se graduó en Matemáticas y francés con los máximos honores en 1937 y aceptó un trabajo como maestra en una escuela pública para negros.

"Siempre estaba alrededor de gente que estaba aprendiendo cosas -señala-, me encanta aprender. Aprendes si quieres".

Neil Armstrong, Michael Collins, Buzz Aldrin, la tripulación del Apolo 11. Foto: Wikipedia
Neil Armstrong, Michael Collins, Buzz Aldrin, la tripulación del Apolo 11. Foto: Wikipedia

La vida tomaría un nuevo derrotero para Johnson cuando en 1952 un familiar le dijo que había puestos en la sección de computación del ala oeste (donde trabajaban los afroamericanos) del Laboratorio Langley de la NACA -predecesora de la Nasa- por lo que ella y su marido decidieron mudarse a Hampton, en Virginia.

Mujer decidida y con dotes de liderazgo, no se limitó a hacer cálculos sino que pidió asistir a las reuniones con los ingenieros, algo inédito para una mujer y afroamericana, pero finalmente lo consiguió, con lo que fue abriéndose camino y ganándose el respeto de sus compañeros.

Corrían los años cincuenta y las leyes de la segregación racial, aunque Johnson asegura que "no tenía tiempo para eso" y recuerda lo que su padre le enseñó: "eres tan buena como cualquiera en esta ciudad, pero no eres mejor. No tengo un sentimiento de inferioridad. Nunca lo había hecho. Soy tan buena como cualquiera, pero no mejor".

Tampoco sintió la segregación en su trabajo. "Allí investigabas. Tenías una misión y trabajabas en ella", aunque, por ejemplo, cuando empezó a trabajar con blancos sus compañeros le exigieron usar una cafetera distinta.

Esa es una de las historias que refleja el libro "Hidden Figures", de Margot Lee Shetterly, en el que se basó la película del mismo nombre y que rescató del anonimato popular a Johnson y dos de sus compañeras, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, interpretadas por Taraji Henson, Octavia Specer y Janelle Monáe, respectivamente.

Johnson trabajó en el centro Langley hasta 1989, tiempo durante el que participó en proyectos como el del transbordador Space Shuttle y fue autora o coautora de más de una veintena de informes científicos.

Buscan volver a la Luna y enviar misión a Marte
La luna

El vicepresidente Mike Pence, aseguró que Estados Unidos está decidido a liderar de nuevo la carrera espacial, con la instalación de una plataforma orbital en la Luna y el envío futuro de una misión tripulada a Marte.

En su visita a las instalaciones del Centro Espacial Johnson de la NASA, en Houston (Texas), Pence aseguró que el presiente Donald Trump busca "escribir el próximo gran capítulo" de la historia espacial.

"El presidente Donald Trump ya firmó la orden que hace oficial que EE.UU. regresará a la Luna y tratará de alcanzar Marte, para lo cual construiremos el cohete espacial más poderoso que se haya diseñado nunca y que tendrá una velocidad de 7 millas por segundo (11,2 kilómetros por segundo)", argumentó.

Pence, ante el aplauso de la audiencia en el centro espacial de la NASA, explicó que de esta forma, gracias a esta nueva nave, se podrá "estrechar la brecha" entre la Tierra y el planeta rojo, e incluso, explorar en el futuro qué hay "más allá".

A principios de junio, la NASA dio a conocer los resultados de su investigación en busca de vida en Marte obtenidos gracias a su robot explorador Curiosity, una misión que aterrizó en ese planeta en 2012 y que había encontrado moléculas orgánicas en rocas de la superficie marciana. En concreto, encontró material orgánico complejo en rocas formadas hace 3.000 millones de años, un hallazgo que podría indicar que ahí hubo vida alguna vez.

Sin embargo, antes de alcanzar Marte, el Gobierno estadounidense tiene previsto instalar en torno a la Luna una plataforma orbital, cuyo precio de construcción inicial será de 500 millones dólares y que estará lista para el año 2024.

"Algunos dicen que no deberíamos pensar en volver a la Luna, que nos centremos en asuntos más cercanos. Incluso administraciones pasadas cancelaron programas para llegar a la Luna en 2020, pero eso fue un error", se lamentó Pence.

Una vida destacada

Logro 1. El cálculo para poder volver a la Tierran Katherine Johnson calculó el momento en el que el módulo lunar Eagle debía abandonar la Luna para que su trayectoria coincidiera con al órbita que describía el Columbia y pudiera así acoplarse y retornar.

Logro 2. Una medalla para celebrar su vidan En 2015, Katherine Johnson, con 97 años, recibió de manos del presidente Barack Obama, la Medalla Presidencial de la Libertad, que es la condecoración civil más importante que otorga Estados Unidos.

Logro 3. Disfruta cada día de su labor científican Siempre fue defensora de la dedicación al trabajo y sobre todo de disfrutarlo. "Yo fui a trabajar contenta cada día durante 33 años", comenta. "Nunca me levanté un día y dije: no quiero ir a trabajar".

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