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Un programa educativo que promueve la integración social

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Ánima
SANTIAGO ROVELLA

EDUCACIÓN INCLUSIVA

Ánima da la oportunidad de estudiar, trabajar y ampliar redes para jóvenes de contextos vulnerables.

Al día de hoy, 361 jóvenes han pasado por Ánima, una institución educativa de acceso gratuito para adolescentes de entre 14 y 17 años y nivel socioeconómico desfavorable. Tiene dos orientaciones de Bachillerato: Administración y Tecnologías de la información y la comunicación (TIC). A través del acompañamiento personalizado y la formación dual, Ánima crea las condiciones para que los jóvenes puedan insertarse en el mundo del trabajo, ampliar sus redes y “ser quienes quieran ser”, expresó su directora y fundadora, Ximena Sommer.

Formación.

“Estamos convencidos de que el mecanismo más fuerte para la integración social es la integración en el mundo del trabajo y eso requiere una culminación de la educación formal”, sostuvo Sommer.

Para la gestación de Ánima, el equipo fundador realizó una investigación en la que constató que existe una brecha entre las competencias que los jóvenes adquieren en Ciclo Básico y las competencias que las empresas requieren de ellos para emplearlos. Como observaron que la oferta que había a nivel de bachillerato en Uruguay no cubría tal brecha, crearon un centro educativo que sí lo hiciera y que, además, tuviera propuestas motivadoras para que los jóvenes sostuvieran sus procesos.

En este sentido, Ánima tiene dos patas importantes: la formación dual, que les da la posibilidad de estudiar y trabajar al mismo tiempo, y el acompañamiento personalizado. Lo primero habilita a que “los jóvenes, en su ecuación costo-beneficio, elijan seguir estudiando”.

Estas prácticas formadoras siempre son remuneradas y están vinculadas a lo que cada estudiante esté cursando, que puede ser Administración o TIC.
Así, Ánima aumenta un 120% las probabilidades de terminar bachillerato y “alrededor del 92% de los jóvenes supera el nivel educativo de sus familias”, dijo la directora a El País.

Además, la formación dual “extiende su capital social y sus modelos de rol, porque sino los jóvenes se limitan al conocimiento que tienen de su contexto familiar o barrial y no hay una expectativa de conocer y formarse en otros ámbitos”, indicó. Y agregó: “No se trata de dejar el barrio, sino de ampliar las redes”.

Para Sommer, “cuando las trayectorias generación tras generación están marcadas por situaciones de vulnerabilidad y baja autoestima, hay que generar las condiciones para que puedan vivenciar por sí mismas que son capaces de superarse”. De hecho, contó que el año pasado los visitó el Presidente de la República y una alumna le dijo: “Ánima confió en mí y a partir de ahí sentí que podía confiar en mí misma”.

Ximena Sommer
Ximena Sommer.

Cambio de vida.

Tiziana Tironi tiene 20 años y es egresada de Ánima. Entró en 2018 para estudiar TIC, que es la orientación que tiene menor cantidad de mujeres. “Hay mucha desinformación sobre el rubro, pero se necesitan más mujeres”, afirmó en diálogo con El País.

Ella conocía la institución porque su hermana ya había estudiado allí. “La veía siempre motivada, con ganas de venir, estaba todo el día acá y llegaba a casa re contenta”, contó. Entonces, cuando tuvo que elegir qué hacer en Bachillerato, decidió probar Ánima también.

“Tengo un pasado bastante complicado con el tema de mi familia y Ánima siempre estuvo muy presente”, expresó. Lo siente como una “segunda familia” por “la cercanía” con los tutores, los profesores y toda la gente que trabaja en la institución. “Es importante porque le da la oportunidad y la motivación de estudiar a personas que no solo tienen pasados complicados, sino que se sienten solas”, aseguró.

Antes de entrar en Ánima jamás había considerado la opción de trabajar en la industria de las TICs. Sin embargo, cuando empezó a estudiar se apropió del plan: “Realmente me quiero recibir, tener un futuro, mi casa, mis hijos”.

Al comienzo, trabajar y estudiar a la vez fue “un poco complicado” por el horario extenso y las materias que eran “muy pesadas”, pero sostuvo que “el ambiente ayudaba muchísimo y recibía mucha ayuda”.

Ahora trabaja como diseñadora de aplicaciones en December Labs y está haciendo la carrera de diseño y comunicación visual en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República. Sus metas son recibirse y viajar por el mundo para aprender idiomas.

El importante rol de las empresas.

Ánima está constituida como una Asociación Civil y se financia al 100% con donaciones, así que invita a cualquier organización interesada a sumarse al proyecto. Hay empresas socias que aportan económicamente y que además reciben jóvenes para hacer sus prácticas formadoras, pero no tienen que hacer las dos cosas necesariamente.

Al día de hoy, se cuenta con 87 empresas formadoras que se comprometen a recibir uno o más jóvenes durante el período lectivo por 12 horas semanales para realizar prácticas formadoras. Se designa un tutor dentro de la empresa que acompaña, forma y evalúa al estudiante durante el período.

Los alumnos pasan un 80% del tiempo en el aula desarrollando competencias técnicas y transversales, y el otro 20% en la empresa formadora, aplicando y reafirmando dichas competencias. Con esto, la probabilidad de tener un trabajo formal en el futuro aumenta en casi un 40%, según Ánima.

“Está en la naturaleza de las empresas su rol de formadores porque son espacios de crecimiento profesional y personal”, afirmó Sommer. De esta manera, Ánima invita a las organizaciones a que “se vean como formadores de nuevos talentos”, con el desafío extra de que son jóvenes para los que “hoy está por fuera de sus posibilidades llegar a este tipo de empresas, sobre todo en el sector TIC”.

“Si siguen esperando que la educación o el Estado forme a los jóvenes para que puedan ser empleables, no contarán con talento para contratar”, afirmó la directora.
Y agregó: “En esto caminamos juntos, somos corresponsables. Desde el centro educativo tenemos grandes responsabilidades y desde la empresa también. Es como la escuelita de fútbol, los tienen que ir a buscar y empezar a formar desde antes”.

Inscripciones.

Dentro de la educación formal, Sommer tiene entendido que Ánima sigue siendo la única propuesta que incorpora la formación dual en Bachillerato. Conoce otras iniciativas, pero en educación no formal, a partir del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (INEFOP).

“Hemos logrado generar una propuesta que ha sido reconocida a nivel de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), del Banco Mundial y de Naciones Unidas”, expuso.

Hasta el 18 de septiembre están abiertas las inscripciones para la generación 2023. Las y los jóvenes interesados pueden inscribirse en un formulario online en www.anima.edu.uy/inscripciones y obtener información a través del WhatsApp 098 000 188, la web de Ánima www.anima.edu.uy y sus redes sociales. Están en Instagram como @animabachillerato y en Facebook como ÁNIMA Bachillerato Tecnológico.

Para promover el rubro de las TICs entre las mujeres, aquellas que se inscriban en esa orientación entrarán directo sin pasar por el sorteo, mencionó Sommer. “Tratamos también de trabajar a nivel de ciclo básico con propuestas que alienten a las chicas a incursionar en la tecnología”, dijo.

Hay 50 cupos por generación, 25 para Administración y 25 para TIC. “Como somos una ONG y no tenemos fondos de cobertura, no podemos crecer, entonces buscamos que el modelo se conozca y aportar a que otros lo puedan hacer ya sea desde el ámbito público o privado”, subrayó la directora.

Requisitos para cursar en Ánima.

Para ingresar en Ánima, los y las jóvenes deben tener aprobado o estar cursando tercero de Ciclo Básico en Secundaria, UTU o Formación Profesional Básica de Administración o Informática. También deben tener entre 14 y 17 años al 30 de abril del año de inicio de clases (2023) y no pueden tener materias pendientes de segundo año de Ciclo Básico al momento de la inscripción.

A su vez, deben venir de un nivel socioeconómico bajo, estar interesados en cursar Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) o Administración y tener una cuenta de Instagram (realizan actividades en esa plataforma durante el proceso de inscripción).

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