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Tres días de remate para el mobiliario del Belmont

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Belmont. Foto: Archivo El País

REMATE

El edificio se vendió en U$S3.3 millones.

Hoy lunes, y hasta el miércoles inclusive comenzarán a ser subastados el mobiliario, el alhajamiento y todo el equipamiento del lujoso hotel Belmont de Carrasco. Muebles de estilo, frigo bares, cubertería, juegos de loza, adornos de porcelana, platería y obras de arte de gran calidad, conforman casi mil ochocientos lotes. En suma, todo el equipamiento del establecimiento que durante más de dos décadas fue sinónimo de elegancia, buen gusto y excelente servicio. Y que también atesoró historias de visitantes ilustres y personajes polémicos.

El jueves pasado inversores uruguayos pagaron U$S 3.300.000 por el magnífico edificio de la avenida Rivera y San Lúcar, que salió a la venta en remate extrajudicial por liquidación concursal. Según pudo saber El País, los adquirentes lo transformarían en una residencia para la tercera edad.
Ahora los martilleros Vanoli Brun con el apoyo logístico de la centenaria firma Bavastro, serán los encargados de la venta de todo el alhajamiento y los enseres del edificio que fuera propiedad del conocido comprador de obras de arte Alfredo Folle Algorta, fallecido en 2016.

El Belmont House fue un hotel de veinticuatro habitaciones que se inauguró a comienzos de la década de 1990. Irrumpió en una Montevideo que contaba con un solo hotel cinco estrellas y ninguno de lujo. Abrió además en Carrasco, un barrio, entonces, carente de hoteles de categoría y modernos. En esos años, el hotel Carrasco, aún municipal, vivía sus largos años de decadencia.

Folle, pensó y diseñó su establecimiento a imagen y semejanza de los hoteles pequeños y de gran lujo de Inglaterra. Así lo pensó y decoró, con mobiliario de época y estilo y lo dotó de una pinacoteca muy importante. Durante años, Folle fue un asiduo concurrente a los remates de Bavastro en la calle Misiones y compró buena parte de las obras de arte y de los muebles más cotizados que ahora, vuelven a salir a la venta.

Personajes que hicieron historia.

A poco de abrir sus puertas, el Belmont se convirtió en el hotel en el que se hospedaban los visitantes ilustres extranjeros. También fue el lugar en el que el gobierno uruguayo alojaba a los mandatarios que llegaban en visita oficial.

En marzo de 1995, desembarcó allí Fidel Castro. El líder de la revolución cubana, llegó a Montevideo invitado por el entonces presidente Julio María Sanguinetti. Todo el Belmont fue tomado por los hombres de la seguridad del dictador. Se alojó durante tres noches en octubre de 1995. En los días previos y durante su estadía la tranquila y residencial zona, se vio conmocionada por el despliegue policial.

En marzo de 1996, fue el turno del tenor Luciano Pavarotti. Antes de aprobar el lugar, impuso sus condiciones: una cocina para que él mismo pudiera cocinar sus spaghetis. Folle, no dudó en acceder a las exigencias del divo y ordenó derrumbar una pared para unir las dos suites más lujosas e instalar una cocina con todos los utensilios necesarios. Se sabe, el recital de Pavarotti, celebrado en el Estadio Centenario, resultó un bochornoso escándalo que dejó muy mal parado a los organizadores y que provocó la furia del cantante. Pavarotti juró que nunca más volvería al Uruguay.
Serán tres largas jornadas de subasta que comenzarán a las 10 de la mañana y finalizarán a las 18 hs. Vanoli Brun y Bavastro se alternarán para bajarle el martillo, a todo el equipamiento de un hotel que, pese a su breve historia, despertó la admiración de figuras relevantes del mundo entero y que le sumó a Carrasco un toque muy importante de distinción.

Un presidente francés en chez vous.

El ex presidente de Francia Jacques Chirac, fue otro de los huéspedes ilustres. Estuvo en 1999 y quedó tan bien impresionado con el Belmont, que así se lo hizo saber a Sanguinetti en dos ocasiones. A su vez, el ex presidente uruguayo se lo comunicó a Folle a través de una carta, fechada el 30 de junio de 1999.

(…) Le mando estas líneas para contarle que el presidente Chirac ayer en Río de Janeiro, reiteró su idea de que el Belmont es el mejor hotel del mundo, porque es el único en que se puede estar con los servicios de un hotel pero como chez vous . Esto mismo había dicho delante del presidente de Chile Eduardo Frei y de Enrique Iglesias en París, cuando estuve hace unos meses. A todos les hace la historia de que en ningún lado hay una colección de muebles y cuadros como esa. En una palabra, nunca vio nada análogo.

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