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Sus muñecas se hicieron muy populares en la pandemia y le dieron otro sentido a su vida

Gabriela Alonso es la creadora de las Dulce Blue, unas muñecas cien por ciento artesanales con piel de jean y accesorios muy modernos.

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Dulce Blue
Gabriela Alonso, creadora de las muñecas Dulce Blue.
Foto: Leo Mainé.

Por Analía Filosi

Hay un gesto que se repite mucho en cada mujer que visita el stand de Dulce Blue en la feria Ideas+. Toman una de las muñecas y, como si fuera un bebé que recién terminó de comer, la colocan contra su hombro y le tocan la espalda. Sus caras cambian.

“No sé si es porque hay una idea de que la muñeca es rígida y se dan cuenta de que en realidad es blanda. Es algo muy amoroso, muy maternal, que la muñeca despierta”, cuenta Gabriela Alonso (55 años), la creadora de estas muñequitas de piel de jean y accesorios muy modernos.

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Muñecas Dulce Blue
Foto: Gabriela Alonso.

Aparecieron en su vida casi que por casualidad. Había excedente de jean en la casa y Gabriela se resistía a tirarlo o transformarlo en bolsos. Aprovechando conocimientos que le venían de familia y su gusto por la plástica, hace unos siete años hizo la primera muñeca. “Me gustó y se quedó conmigo”, recuerda.

Pero la cosa cambió cuando las empezó a regalar dentro de la familia o los amigos; se las empezaron a encargar. El tema era que no disponía de mucho tiempo para confeccionarlas porque tenía que encarar su principal trabajo, que era cocinar para personas con patologías, que salían de post operatorios o que exigían dietas especiales. Llegó incluso a tener un local para eso.

Dulce Blue
Muñecas Dulce Blue
Foto: Leonardo Mainé.

Entonces sobrevino la pandemia del covid-19 y toda esa actividad se retrajo. Gabriela aprovechó el tiempo libre que se le creó de la noche a la mañana para volver a las muñecas, pero esta vez con un fin más comercial, si bien lo que en realidad quería era mantenerse activa. “Yo necesito hacer algo todo el tiempo”, acota entre risas.

El número de muñecas comenzó a crecer y fue ahí que una amiga muy querida y artesana reconocida, Natalia Cantarelli, le sugirió presentarse para entrar a la feria Ideas+ 2021.

“Dije: ‘Es esto o seguir lo que estoy haciendo’, que no me desagradaba, pero ya estaba cansada. Y me mandé porque estaba haciendo algo muy rutinario y no estaba trabajando la parte didáctica que siempre me gustó”, señala.

Dulce Blue
Muñecas Dulce Blue
Foto: Leonardo Mainé.

Gabriela hace referencia a su formación como educadora. Cuando entró en Facultad primero eligió Antropología, cursó un par de años y se cambió para Ciencias de la Educación “buscando algo que estaba dentro de mí, pero que no lograba encauzar”, dice. Pero, si bien terminó la carrera a nivel privado y se recibió, no lo pudo encontrar.

Llegó a ejercer dos años, pero sentía que lo que había aprendido iba a contracorriente con lo que tenía que hacer. Así que abandonó en una época en la que, además, nació su único hijo.

Volviendo al 2021, fue aceptada en Ideas+ y eso fue el disparador para que terminara por confirmar que lo suyo era la artesanía. Hizo esa feria y la siguiente y entremedio recibió una Mención Honorífica en el Premio Nacional de Artesanía (ver recuadro).

Dinapyme me subvencionó la mitad del stand de Ideas+ en 2022, lo cual fue fabuloso porque es una muy buena feria, pero los stands son caros. Por eso me gusta agradecer”, destaca.

Dulce Blue
Muñecas Dulce Blue
Foto: Leonardo Mainé.

Mucha dedicación

Gabriela cuenta que sus muñecas no se hacen de un día para el otro, que demandan su tiempo. “Es un trabajo cien por ciento manual, salvo las costuras del cuerpo, la cabeza o los miembros, que se hacen a máquina y luego se rellenan”, explica.

Todo lo demás lo hace a mano: bordar los ojos; colocarles el pelo; confeccionarles la ropa, con mucho de crochet, tejido a dos agujas o elaboración de prendas con telas recicladas.

“Están inspiradas en las muñecas usadas en la pedagogía Waldorf, pero con un patrón totalmente original, creado por mí”, aclara y remarca que no hay una igual a otra, cada una es única.

A esto hay que sumar los conejos, que son pequeños y dan bastante trabajo, y la serie de prendedores o colgantes. “Ahí dejo volar un poco la parte de mi imaginación en el tema bordado porque lo aplico sobre las piezas”, apunta.

Revela que ya tiene en mente otras líneas, como la de una muñeca un poco más pequeña con un alambre para darle forma, que no sería para niños tan pequeños.

Dulce Blue
Muñecas Dulce Blue
Foto: Leonardo Mainé.

Por ahora se las arregla sola, pero es consciente de que si sigue creciendo necesitará de otras manos. Esas que ahora le presta su familia, a la que les agradece especialmente todo el apoyo incondicional. “Mi mamá me ayuda en algunas cosas de apliques y crochet que yo después adapto; mi esposo me ayuda en la parte de diseño gráfico para cartelería y tarjetería, y mi hijo, que es fagotista en la Orquesta Filarmónica, me dio una mano enorme en el tema Instagram (@dulceblue.uy)”, enumera.

Gracias a todo este mecanismo familiar Gabriela está cumpliendo su sueño de poder unir su parte plástica y su parte pedagógica en algo que se le da naturalmente. “Estaba guardado y como que tenía que salir. Me mandé al agua para ver qué pasaba porque ya no tengo tiempo para perder”, destaca sobre una decisión que se nota que fue lo que estaba necesitando.

Reconocimiento
Dulce Blue
Con las muñecas premiadas en el Premio Nacional de Artesanía.
Foto: Gabriela Alonso.

Mención Honorífica en el Premio Nacional de Artesanía

“Fue súper osado lo mío”, afirma Gabriela sobre la decisión de presentarse al Premio Nacional de Artesanía 2022. Su amor por los niños y la sensación de que ya no tenía más tiempo para perder en la vida la llevaron a postularse para las dos categorías: Producción y Pieza Única. En esta última consiguió una Mención Honorífica por una idea que hacía tiempo que rondaba en su cabeza.

Lo que hizo fue tomar la base de sus muñecas y elaborar una inspirada en la muñequería rusa, eslava y ucraniana. Tomó como referencia las famosas muñecas montaka, que no tienen rostro y se usan como amuleto o símbolo de protección. También tuvo presente toda la parte de muñecas de la América Latina precolombina.

“Todo eso siempre me intrigó mucho. Tengo un pasado de estudiante de antropología y como que busqué esa parte folclórica”, apunta. Bordó una muñeca, no le hizo rostro, le colocó espigas de trigo y en el torso trató de reproducir un cuadro de Cúneo. “Admiro enormemente sus lunas, es algo que me emociona muchísmo. Fue una especie de homenaje; ya pedí disculpas en Instagram y ahora vuelvo a pedirle disculpas al maestro donde quiera que esté, traté de ser lo más cuidadosa posible”, comenta entre risas. En el resto del cuerpo bordó otras cosas significativas para ella.

“Ganar la Mención Honorífica me dejó absolutamente feliz porque era como que necesitaba que me marcaran un poco el rumbo, ver si estaba en lo cierto, si podía seguir por ese camino o si tenía que volver a lo que había dejado atrás. Y resultó”, cuenta orgullosa.

Es así que pudo concretar ese deseo de hacer algo vinculado con los niños, deseo que este año tendrá un nuevo capítulo cuando comience a dictar, a partir de marzo, talleres para los más pequeños. “Los niños me preguntan ‘¿vos hacés esto?’, ‘¿y cómo lo hacés?’ Les cuento y quedan súper intrigados. Es algo que experimenté a nivel de los niños de mi familia, enseñarles a manejar otro material que no sea papel o lápiz, y les da una satisfacción enorme”, remarca.

También sumará talleres para adultos. “Me lo han pedido, sobre todo señoras grandes, madres”, señala sobre lo que concretará en su espacio, que tiene en su casa del barrio Palermo.

Clientes

Desde niños con sus ahorros hasta gente grande

Las muñecas que hace Gabriela pueden ser para niños desde cero “hasta la edad que quieras”, dice. Incluso recuerda que su primera venta en Ideas+ fue a una señora grande que miró una muñeca, la tocó y le dijo “a mí no me importa lo que me digan, me la llevo para mí”. “Después me trajo fotos de donde la había colocado como adorno. Establecía una relación con su muñeca que me parecía fantástica”, recuerda de un ejemplo que se ha repetido.

Cuentos como ese tiene miles, muchos protagonizados por niños que llegan con sus ahorros a comprarle. “Las madres les insisten ‘¿estás seguro?’, pero ellos eligen la muñeca y se la llevan. No es que funcione con todos los niños, pero hay muchos para los que es amor a primera vista”, destaca.

Una vez una mamá le llevó un video con todo lo que hacía su hija con la muñeca. “Eso me da la pauta de que es por ahí y que si yo quería interrelacionarme con los niños, indirectamente en este caso, este es el camino en este momento”, confiesa feliz de haber logrado reunir todas sus pasiones en Dulce Blue.

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