Su creador contó por qué fue exitoso y las historias detrás del videojuego.

Ni Angry Birds, ni Candy Crush, ni el FIFA. El videojuego que ha acaparado la atención de diferentes públicos en el mundo ha sido Preguntados, una aplicación de preguntas y respuestas que, desde hace dos años, generó cambios en los vínculos familiares y en la forma de aprender.

Su éxito tiene un antecedente: Apalabrados. Se trata de un videojuego, creado por Máximo Cavazzani en 2012, cuya finalidad es armar palabras con las letras que distintos jugadores van dejando en un tablero virtual. Su diferencial es que permite jugar contra amigos y fomenta una suerte de red social.

Después de ello pensó en realizar Preguntados, un trivia en la que los usuarios pueden proponer preguntas para realizar y competir con amigos o desconocidos respondiendo sobre arte, ciencia, deportes, entretenimiento, geografía e historia.

No fue solo pensada como un videojuego. También fue concebida como una red social. Esto significó que los usuarios puedan chatear entre ellos. Y el efecto fue inmediato. "Hoy se mandan 200 millones de mensajes por día. Eso hace que Preguntados tenga retención (de usuarios), y que se comporte parecido a una red social", comentó Cavazzani (ingeniero informático de 30 años), quien dialogó con El País tras disertar en Gamelab, una conferencia de videojuegos que se realizó en Montevideo esta semana.

El pico lo alcanzó cuando fue descargada por 500.000 personas por día, llegando a los 20 millones activos. Hoy, según su creador Cavazzani, la bajan 150.000 por día y hay un promedio de 10 millones de usuarios que la usan con asiduidad.

"En enero de este año fue la aplicación más descarga del mundo durante 66 días en Estados Unidos. Sin invertir en publicidad", comentó.

Según Cavazzani, el secreto fue integrar a los propios jugadores al propio contenido. El hecho de que un usuario uruguayo reciba preguntas sobre su país, generó más afinidad entre el usuario y el videojuego.

"No es lo mismo que te hagan una pregunta de Canelones que de otra parte. Que pase eso en cada país fue un desafío, un desafío de tecnología. Lo logramos. Y al lograrlo se convirtió en el éxito que fue", señaló.

El juego también tuvo un impacto en la forma en que las personas se vinculan con la cultura general. "Me llegaron casos de gente que se casó y se divorció por Preguntados", comentó Cavazzani, quien tiene una empresa con 150 empleados en Argentina y otros 10 en Uruguay.

Muchos abuelos, comentó el creador del videojuego, compraron una tableta o un teléfono inteligente para poder jugar a Preguntados porque sus nietos se lo dijeron.

También conoce historias de niños que no saben leer, que quieren jugar, y en cada pregunta van y le preguntan a su papá. "Con el juego empiezan a tener una relación diferente", señaló.

El videojuego busca que los usuarios aprendan con entretenimiento y cambiar el modelo de enseñanza tradicional. "La educación tiene que ser divertida y social. Porque tiene que competir con lo demás", expresó.

En opinión de Cavazzani, la industria de los videojuegos "ve con cariño" hacerlos, pero no tiene decidido insertarse en este rubro. Tal vez, opina, porque las empresas más importantes perciben que no sea tan redituable desde lo económico.

Para este ingeniero la intención es mejorar la educación. En este sentido, plantea el siguiente razonamiento: "Si mejoramos la educación, vamos a demostrarle al mundo que la educación es un negocio; y cuando sea un negocio, lo va a querer hacer todo el mundo, y cuando lo haga todo el mundo, va a cambiar la sociedad; y cuando cambie la sociedad vamos todos a vivir mejor".

Con el buque insignia de Preguntados, Cavazzani busca seguir transformando la educación con videojuegos.

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