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Salud para el hígado: la hepatitis C es una epidemia silenciosa

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SEMANA DEL HÍGADO

Nueve de cada 10 personas con hepatitis C no saben que tienen la enfermedad.

En el marco del Día Mundial contra la Hepatitis, que se celebra cada 28 de julio, y la Semana del Hígado, se lleva adelante una campaña para la erradicación de la hepatitis C, una de las enfermedades que causa mayor cantidad de muertes en el mundo.

En plena pandemia del COVID-19, los integrantes de la Asociación Comunidad Hepatitis C del Uruguay (ACHCU) sostienen que la hepatitis también es una pandemia y hay que prestarle atención porque mata a miles de personas cada día. El virus de la hepatitis C es, junto al alcohol, la principal causa de hepatopatía crónica en el mundo occidental.

Es una epidemia silenciosa: hay más de 180 millones de infectados en el mundo, pero según datos que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS), nueve de cada 10 individuos no saben que están enfermos.

En Uruguay, la ACHCU trabaja todo el año para visibilizar la enfermedad, con una labor que se realiza en tres grandes líneas: el objetivo es que los pacientes tengan acceso a los medicamentos necesarios, que se prospere en los diagnósticos y que se apueste en la detección.

La hepatitis viral es una inflamación del hígado causada por uno de los cinco virus de la hepatitis, llamados tipo A, B, C, D y E. La que más muertes causa en la actualidad en el mundo es la hepatitis C.

Marcelo Valverde, subjefe del servicio de Hepatología del Hospital Central de las Fuerzas Armadas, explicó por qué: el gran problema con este tipo de hepatitis es que a veces se cursa durante muchos años de forma asintomática. “Hasta hace 15 o 20 años se decía que la hepatitis más común, la que tuvieron nuestros padres o abuelos de niños, era la hepatitis A. Pero desde hace unos 15 años hay vacunación universal contra el virus A y ha hecho que sea una enfermedad que prácticamente está en extinción. Era una hepatitis aguda: venía y se iba, no te dejaba ninguna secuela. Lo mismo ocurre con la hepatitis E, que salvo que tengas alguna condición de salud como, por ejemplo, ser inmunodeprimido o estar embarazada”, señaló el profesional a El País.

Valverde sostuvo que la hepatitis C es la que tiene más mortalidad porque la mayoría de los pacientes puede evolucionar a la cronicidad sin síntomas: estos pueden llegar a una hepatitis crónica. “Los síntomas pueden empezar a los 20 o 30 años de su evolución, porque ya hay una cirrosiso un cáncer de hígado”, explicó.

Por eso, el médico sostiene que es importante promover la detección precoz: “Si se logra diagnosticar al paciente cuando todavía no llegó al estadio de cirrosis, y se lo trata, como los tratamientos hoy en día son curativos, en pocos meses tiene más de un 90% de chances de curación. Así, se puede evitar que el paciente llegue a la cirrosis y, por lo tanto, se puede evitar trasplante o la muerte “, dijo. La cirrosis es el resultado final de daño crónico hepático causado por una enfermedad prolongada del hígado por infección por hepatitis B o hepatitis C, alcoholismo o acumulación de grasa en el hígado cuya causa no es el exceso de consumo de alcohol.

Valverde detalló que, en cambio, con la hepatitis B, también bastante común, sucede que la mayoría de las personas que la tiene se cura y no evoluciona a la cronicidad. Con una detección precoz se favorece al paciente, pero también al sistema de salud: “Invertir ahora con dos tratamientos con medicamentos y evitar que el día de mañana se requiera un transplante es un ahorro notorio”, señaló el médico.

¿Por qué el 28 de julio se conmemora este día?

El Día Mundial contra la Hepatitis se conmemora en esta fecha en honor al descubridor del virus que causa la hepatitis B, el profesor Bauch Samuel Blumberg, que nació el 28 de julio de 1925. Además de descubrir el virus, luego desarrolló su vacuna. El científico estadounidense fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 1976 por sus hallazgos sobre el origen y diseminación de las enfermedades infecciosas. Blumberg falleció en el año 2011.

La hepatitis viral es un grupo de enfermedades infecciosas que comprende la hepatitis A, B, C, D y E, siendo la B y C las que causan más muertes en el mundo.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud cada año mueren 1,4 millones de personas por hepatitis.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que el 57% de los casos de cirrosis hepática y el 78% de los casos de cáncer primario de hígado son debidos a infecciones por los virus de la hepatitis B o C.

Además, el organismo señala que poco más de la mitad de los países de las Américas (57%) tiene estrategias para la prevención, el tratamiento y el control de la hepatitis viral y el 54% de los países indicó tener metas para la eliminación de la hepatitis B.

Prevención.

Según la OMS en el mundo hay cerca de 325 millones de personas padecen una infección crónica por el virus de la hepatitis B o de la hepatitis C.

Un informe de 2017 reveló que la gran mayoría de los afectados no tiene acceso a las pruebas de detección y los tratamientos que podrían salvarles la vida. Eso significa que millones de personas corren el riesgo de que la infección que sufren evolucione lentamente hacia la insuficiencia hepática crónica, el cáncer y la muerte.

Los virus de la hepatitis B y C se propagan a través del contacto con la sangre o con los fluidos corporales de una persona que tenga el virus a otra.
Las medidas de prevención para las hepatitis virales, la B y la C, fundamentalmente, se basan en tener cuidado de no tener contacto con fluidos, sangre o secreciones de otros pacientes, explicó Valverde. La hepatitis B, añadió, tiene mucha más relación con la transmisión sexual, si bien también hay otras formas de contagiarse.

Por eso es clave, entre otras cosas, darse las vacunas que estén disponibles (A y B), usar preservativo en las relaciones sexuales, no compartir jeringas o agujas y al hacerse tatuajes o perforaciones en el cuerpo asegurarse de que sean materiales estériles.

Una semana para concientizar sobre el cuidado.

En el marco del Día Mundial de la Hepatitis se desarrolla en Uruguay la “Tercera Semana del Hígado” con diferentes actividades con el objetivo de concientizar sobre el cuidado del hígado. Algunas charlas están abiertas al público y otras son solo para el personal médico. Para conocer detalles de las actividades se puede ingresar al sitio web de la Asociación de Trasplante Hepático del Uruguay (atrahe.org).

Marcelo Valverde, subjefe del servicio de Hepatología del Hospital Central de las Fuerzas Armadas, explicó que la idea de esta semana es lograr una concientización “en el cuerpo médico pero también en la sociedad, respecto a lo que son las enfermedades hepáticas, tanto agudas como crónicas y el impacto que eso tiene en el sistema de salud, tanto en la individual como en la colectiva”.

El doctor sostuvo que durante la semana se abordarán diferentes tópicos, por ejemplo, el tema de los hábitos saludables, cómo impacta la alimentación y el ejercicio físico en la salud hepática; los recursos que existen para ciertas enfermedades como vacunas como prácticas preventivas, tratamientos y su financiación; y qué impacto tiene la detección precoz.

Algunas de las enfermedades hepáticas pueden ser prevenidas y curadas si son detectadas a tiempo. Otras, en cambio, pueden requerir trasplante y el paciente debe ser atendido en Montevideo, en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas.

En diez años, alrededor de 200 personas recibieron un trasplante de hígado en Uruguay. Este año, hasta el 20 de junio, se habían practicado 14 trasplantes hepáticos y uno hepático-renal. La mayor parte de los trasplantes correspondió a casos de cirrosis, seguido de hepatocarcinoma, re-trasplante crónico, falla hepática aguda y re-trasplante agudo.

Solange Gerona, jefa del programa, destacó que “el hígado graso es la enfermedad hepática que se avecina como nueva epidemia para el año 2030”.

También destacó que uno de los avances médicos y técnicos que se han logrado en esta década fue la incorporación de la diálisis hepática de Prometheus, una técnica para “sostener” a los pacientes que sufren una falla hepática grave “y deben esperar a que llegue el nuevo hígado”.

La Atahe ayuda a los pacientes del interior brindándoles soluciones en cuanto a sus traslados y alojamiento. Para colaborar se puede hacer una donación puntual a través de Red Pagos o por depósito en BBVA (Caja de Ahorros en $ 22112103) o realizar una colaboración mensual.

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