Nadie esperaba levantar la mirada y encontrarse hoy con los imponentes perfiles de los indios Zapicán y Abayubá en lo alto del Palacio Legislativo, específicamente en los basamentos que originalmente estaban destinados a grupos escultóricos que, en los 100 años del edificio, nunca se realizaron. La instalación se realizó de forma provisoria en el marco de la 6ª Bienal de Montevideo, dedicada a la Amazonía y como aporte a la COP-30.
Los calcos de Pablo Uribe reproducen las obras originales de Nicanor y Juan Luis Blanes (c. 1880), ampliadas en 1930 por Edmundo Prati, y establecen un fuerte contrapunto con las 24 cariátides que rodean el lucernario central del Palacio Legislativo, restituyendo la volumetría proyectada para la fachada.
El procedimiento de instalación constituyó un desafío técnico notable. Francisco Collet, arquitecto especializado en patrimonio, explicó que las figuras, de unos tres metros y muy esbeltas, se elevaron utilizando “el sistema antiguo de andamios y de poleas” para trasladarlas desde los patios interiores del Palacio Legislativo hasta las terrazas, y mediante otro andamio, “irlas subiendo progresivamente, haciendo un andamio final en torno al basamento de mármol y con las protecciones debidas porque el personal se estaba apoyando en un techo de cobre”. Cada maniobra se realizó con extremo cuidado para evitar roces o daños en las esculturas, garantizando su colocación precisa.
La instalación se desarrolló en un solo día, tras la colocación previa de tacos químicos que aseguraron la estabilidad de las figuras. Todo el operativo contó con personal altamente especializado en trabajos en altura y protocolos de seguridad estrictos. La logística incluyó la planificación de cada movimiento, la construcción de andamios provisionales escalonados y la supervisión constante de la integridad del edificio y de las esculturas. Este enfoque permitió no utilizar grúas pesadas y mantener un contacto constante entre quienes operaban y las piezas, generando un procedimiento seguro, coordinado y eficiente.
Collet destacó además el valor simbólico y el alcance de la intervención: “La obra impacta en el edificio, que a su vez ha cumplido 100 años, y así empieza un nuevo período; es como un símbolo”.
La 6ª Bienal de Montevideo podrá visitarse de forma gratuita de lunes a domingo, de 11 a 19 horas.