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La dificultad de tener un hijo en un vientre prestado

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subrogación de vientre

REPRODUCCIÓN

Uruguayo tendrá un hijo subrogando en EE.UU. y busca cambiar la ley para facilitar el acceso a hombres solos y/o homosexuales

En el mes de diciembre, la historia del actor, productor de teatro y escribano Federico Longo comenzó a tomar notoriedad cuando visitó el living de Algo Contigo. Se trataba de un hombre que, al encontrar que el sistema de adopcionesen Uruguay es lento y no podía subrogar un vientre en Uruguay, decidió viajar a Estados Unidos para tener un hijo.

La historia tomó aún más notoriedad cuando Mónica Farro o Nicolás Furtado dieron difusión a su caso. En el mes de mayo de 2019, tras haber pedido un préstamo e hipotecado la casa de su hermana, Longo viajó a Miami para elegir una donante de óvulos y tener sus embriones: tres niñas y un varón que esperan un vientre.

“Quise adoptar. Soy soltero, soy gay y empecé por ese lugar, pero tengo el caso cercano de mi prima a quien le llevó siete años su proceso de adopción para quedarse definitivamente tranquila. Entonces no quise pasar por eso, sobre todo siendo una persona soltera”, detalló Longo a El País.

Una pareja amiga, heterosexual, le comentó que había subrogado un vientre en Miami para tener hijos, debido a que no podían por métodos no asistidos y lo pusieron en contacto con el doctor Fernando Ackerman, especialista en la materia.

Casualmente, Ackerman es el mismo médico que asistió al puertorriqueño Ricky Martin o al argentino Marley, para tener sus hijos a través de subrogación.

Tras reunir una cifra que ronda US$ 45.000, Longo hizo el tratamiento con Ackerman en Miami y logró sus cuatro embrionesviables, que se encuentran congelados en Estados Unidos a la espera de un vientre.

El vientre se está haciendo desear y hasta ahora Longo no encontró quién geste a su hijo y la parte económica también es complicada. “Apenas estoy llegando a algunos costos. Soy actor y escribano y no me da ninguna de las profesiones para vivir tranquilo y ahorrar tanto dinero. El costo se va arriba de US$ 100 mil, ya pagué la primera parte pero me faltan aún US$ 70 mil”, explicó. Por otro lado, cuando apareció un posible vientre lo descartó por consejo de su médico porque no se lo consideró adecuado para la gestación de su bebé.

Longo contó que su historia tuvo una gran repercusión, tanto positiva como negativa y que incluso se contactaron diputados del oficialismo y oposición para tratar una posible ley que ayude a la subrogación de vientre en Uruguay, algo que está previsto en la ley 19.167 pero con ciertas excepciones.

El deseo de ser padre a como de lugar.

Federico Longo insiste que su deseo de ser padre y tener un hijo propio lo llevó a realizar el esfuerzo que trasciende fronteras y posibilidades económicas.
“No estoy pidiendo caridad, estoy buscando la forma de juntar el dinero para poder pagar el tratamiento porque cuando me confirmen que está latiendo el corazón en el vientre subrogado tengo que pagar lo que percibirá la madre durante el embarazo”, explicó.
Su deseo es compartido. En el camino se encontró con las historias de muchos uruguayos que, como él, no pueden ser padres por diversas razones y esperan que la ley sea modificada para poder cumplir su deseo.
Longo tiene pendientes reuniones para impulsar un proyecto de ley junto a diferentes parlamentarios, tanto del Partido Nacional como del Frente Amplio, quienes le ofrecieron su apoyo.

Subrogar en Uruguay.

Mientras existen países como Estados Unidos, Canadá o Ucrania donde la subrogación de vientre es legal y se hace habitualmente sin mayores limitantes e incluso es utilizado por las mujeres como una salida económica, en Uruguay la ley la prevé en casos excepcionales y con muchas limitaciones, con el ánimo de que no se haga una explotación comercial del recurso.

La especialista en reproducción asistida, codirectora de la Unidad de Reproducción Humana del Hospital Pereira Rossell y presidenta de la Sociedad Humana de Reproducción Asistida, la doctora Ana Capurro, explicó a El País que la subrogación en Uruguay consiste en que una mujer geste el hijo de otra.

“La subrogación prevista en la ley uruguaya se da cuando una mujer gesta al hijo de otra mujer. Las indicaciones son muchas: cualquier mujer que por alguna razón no pueda gestar, sea porque no tiene útero, porque el útero está enfermo o porque tiene enfermedades que no le permitan llevar adelante un embarazo”, explicó Capurro, quien además hizo énfasis en que la ley se refiere a las mujeres: solas, en pareja con una mujer o con un hombre.

Madre en una consulta médica. Foto: archivo El País
Madre en una consulta médica. Foto: archivo El País

Las patologías que pueden provocar que una mujer no pueda llevar un embarazo van desde razones oncológicas, personas transplantadas, cardiopatas y muchas otras afecciones que afectan la salud reproductiva femenina. Ante el deseo de ser madres, una mujer puede solicitar en soledad o en pareja subrogar un vientre para poder cumplir el deseo de tener un hijo propio.

El proceso de subrogación: ¿Cómo se realiza?

La especialista, Ana Capurro, explicó a El País que la subrogación tiene dos etapas: una consiste en generar los embriones, sea con óvulos y espermatozoides propios o donados (siempre y cuando uno de los gametos sea de una de las partes involucradas), mientras que se prepara el endometrio de la mujer que prestará su vientre para recibir el embarazo.
Una vez que ambos procesos se concluyen, se procede a transferir los embriones al útero donde serán gestados.
Muchas veces la fecundación de los óvulos y la preparación del útero subrogado no se hacen al mismo tiempo por tiempos laborales, entre otras razones.
El procedimiento es similar al que se realiza en otras técnicas de reproducción asistida.

Además, la especialista explicó que la ley uruguaya además hace algunas salvedades en este caso: uno de los gametos (óvulo o espermatozoide) tiene que pertenecer a uno de los miembros de la pareja y que la subrogante tiene que ser un familiar en segundo grado, es decir una hermana o cuñada de ella.

Por otro lado, una vez que se encuentra una mujer que pueda subrogar, empieza un análisis exhaustivo: “Tiene que haber tenido hijos y estar en perfecto estado de salud. Existen distintas patologías que ponen en riesgo la salud de la mujer durante el embarazo y quien presta su vientre no puede poner en riesgo su vida”, agregó Capurro.

La norma tiene sus fallas: “Si la mujer no tiene hermana o cuñada que pueda gestar, la ley no lo cubre, así como no considera a hombres solos u hombres con pareja masculina”, agregó.

Una vez que una pareja en Uruguay decide subrogar y reúne las condiciones, cada caso, sea particular o financiado por el Fondo Nacional de Recursos, es presentado ante la Comisión Honoraria de Reproducción Asistida del Ministerio de Salud Pública, a la cual integra la propia Capurro.
“El caso se presenta en la comisión, lo estudiamos y vemos que se presente todo lo que necesita: consentimientos de las partes, las constancias de salud y el caso clínico general”, indicó la especialista.

Los cambios sugeridos a la ley en Uruguay.

Ana Capurro explicó a El País que desde la Comisión Honoraria de Reproducción Asistida se hicieron sugerencias durante la legislatura pasada para mejorar las falencias que tiene la ley Nº 19.167.
“Entendemos que el espíritu del legislador fue evitar la explotación lucrativa de los vientres subrogados”, indicó la especialista, por eso la ley cae en algunos errores o determinaciones que son discriminatorias contra buena parte de la población.
Por un lado, la limitante de que se restrinja a que solo un familiar de segundo grado pueda prestar su vientre supone un desafío e incluso supone conflictos familiares: “Eso genera problemas familiares a la pareja de la hermana o cuñada que tendrá un hijo que será su sobrino o, por ejemplo, genera como la ‘obligación’ de prestar a una hermana que no puede tener hijos el vientre. A nivel mundial la subrogación dentro de la familia suele evitarse”, enfatizó Capurro.
Por otro lado, explicó que la ley no contempla a aquellas hijas únicas que no tienen una hermana o cuñada que pueda prestar su vientre.
Finalmente, destacó que la ley deja por fuera a la población compuesta por hombres solos -como sería el caso de l actor Federico Longo- o parejas de hombres homosexuales.
Sin embargo, Capurro señaló que se trata de un tema delicado que no tiene soluciones necesariamente sencillas. “Para cambiar la ley hay que hacer propuestas viables y no son fáciles. Por algo en el mundo son pocos los países que hacen subrogación uterina, esa es la realidad”, reflexionó.
Si bien la comisión desea avanzar con estos temas, los especialistas son conscientes que actualmente el foco está en otro lado.

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