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El Estado compró plano del Estadio Centenario

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El Estado quiso ser "consecuente" con la postulación de Uruguay al 2030. Foto: Darwin Borrelli

REMATE

Lo adquirió por su trascendencia cultural y por la postulación al 2030.

El Estado se quedó con un plano original del Estadio Centenario firmado por el arquitecto Juan Antonio Scasso. Un particular ganó la puja ofertando 2.750 dólares, pero por ley el Estado puede igualar la oferta. Y lo hizo. La pieza será de dominio público.

El precio base fue de 700 dólares. Durante cuatro minutos hubo una puja entre un particular y Mario Romano, presidente de la Comisión Administradora del Field Oficial (CAFO) quien asistió en conjunto con Andrea Lanfranco, secretaria de la Asociación Uruguaya de Fútbol. (AUF).

Romano señaló a El País que el precio “se fue muy lejos” y por eso decidieron junto a la AUF no seguir ofreciendo más dinero.

Luego de que Sebastián Zorrilla bajara el martillo, el rematador señaló que el plano se lo quedaría el Estado, que tiene el derecho por ley de igualar la mayor oferta, sin pujar, al considerar un bien de interés público.

Este plano, firmado por Scasso y que mide 80 centímetros de alto por 99 centímetros de ancho, tiene apuntes en lápiz de su autor y está firmado por él en tinta. En ese histórico y simbólico bosquejo quedó establecido que el coloso de cemento tendría una capacidad para 74.556 espectadores. En los hechos, esa cifra se modificó.

El Estado también se quedó con una revista de 40 páginas, impresa en blanco y negro y tapas a color, realizada tras la inauguración del Centenario por el propio arquitecto Scasso. El documento posee información sobre la construcción del estadio, comentarios de diversas autoridades de la FIFA, fotografías de la construcción y partidos inaugurales, un resumen general del campeonato de 1930 y diversas publicidades de empresas de la época. Se pagó 300 dólares.

También se hizo de un banderín, con asta de madera, impreso sobre tela en apoyo a la selección uruguaya en el Mundial de aquella época. Luce la inscripción “1830 Uruguay 1930”.

Pedido.

La Secretaría Nacional de Deportes le sugirió a la Comisión de Patrimonio asistir al remate para adjudicarse esta histórica pieza. “Si el Estado entiende que es un bien que amerita ser preservado para el patrimonio cultural de la Nación, puede hacer opción y quedarse con él”, comentó Daniel Daners, gerente nacional del Deporte.

Como la Asociación Uruguaya de Fútbol no estaba en condiciones de pagar por la pieza, el Poder Ejecutivo mostró interés al entender que era importante que el país se la quedara.

El jerarca recordó que el motivo de la compra es “ser consecuentes” con el fundamento básico por el cual Uruguay se viene postulando a la organización del Mundial de 2030. “Y es que se cumple el centenario de la organización de la primera Copa del Mundo. Y ser consecuentes es proteger el patrimonio documental”, comentó.

La idea es que todos estos objetos vayan al Museo del Fútbol para que sean expuestos al público. “Hoy no existe otro museo temático. Podría suceder que en algún momento se haga un Museo del Deporte y podría tener estas piezas”, dijo.

A particulares.

Una medalla dorada de un futbolista (del que se desconoce su identidad) campeón de los Juegos Olímpicos de 1924 fue rematada por 10.500 dólares. En este caso, el Estado no se hizo cargo de la pieza, de 80 gramos de peso y 55 milímetros de diámetro.

Quedó sin vender un afiche original de la primera Copa del Mundo. El precio base era de 10.000 dólares. No hubo oferentes. Algunos entienden que el costo solicitado en primera instancia era muy elevado.

En tanto, un talón de entrada a la Copa de 1930 se fue a manos de un coleccionista por 1.100 dólares, informó la agencia AFP.

Entre los objetos más curiosos, figuró una portada de un suplemento del extinto diario El Día, con el título “Uruguay, otra vez campeón del Mundo”, con fecha de 1928, publicado la misma tarde del triunfo olímpico.

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