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Alerta en el oeste y un poco de tregua en el este por presencia de cianobacterias en playas

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Cianobacterias en Playa Ramírez. Foto: Marcelo Bonjour

TEMPORADA DE VERANO

Las floraciones estarán concentradas en las costas de Colonia y San José; déficit hídrico es determinante en los próximos tres meses

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Una buena y una mala. La buena es que las condiciones meteorológicas esperables para los próximos tres meses controlarán la ocurrencia de floraciones de cianobacterias desde Montevideo hacia el este del país. La mala es que el fenómeno que deja tapizada de verde las playas en verano va a estar concentrado en las costas de Colonia y San José.

Esto, según explicó Carla Kruk, investigadora del área Pedeciba Geociencias y docente del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias y del Centro Universitario de la Regional Este de la Universidad de la República, augura un verano menos problemático que el de 2019, pero no por ello estará exento de impactos negativos.

Esta semana, distintas playas de Carmelo y Colonia del Sacramento fueron inhabilitadas para su uso recreativo debido a la presencia de cianobacterias. Así fue colocada la bandera sanitaria –la roja con una cruz verde en el centro– en un momento del año que sorprendió al director de Higiene y Servicios de la Intendencia de Colonia, Luis Garat, porque lo consideró como un hecho prematuro.

La fecha, en realidad, no es lo más significativo del caso. Kruk explicó que en noviembre empieza a crecer la clorofila que es el indicador de biomasa de cianobacterias y fitoplancton. Pero la temperatura no es un factor determinante. “En Uruguay nunca las mata porque nunca llegamos a tener temperaturas lo suficientemente bajas para que vuelvan a cero. En embalses de Salto y de Río Negro puede haber cianobacterias formando floraciones en invierno”, comentó la doctora en biología a El País. Lo que hace el calor (con la mayor luminosidad del verano) es que crezcan más rápido.

Entonces, en el episodio de cianobacterias de Carmelo y Colonia que, en realidad, forman parte del mismo inóculo que se registró días antes frente a Puerto Madero, en Buenos Aires, hay otros factores predominantes. El omnipresente es la concentración de nutrientes, en particular, de nitrógeno y fósforo. “Cuantos más nutrientes haya en el agua asociados a la agricultura y al uso de herbicidas y pesticidas habrá más cianobacterias”, explicó Kruk.

Pero aquí entró en juego otro factor que es el exactamente opuesto al que determinó que el verano de 2019 haya sido uno de los peores de los últimos años en cuestión de florecimientos o blooms: el déficit hídrico.

Sí, es un problema que llueva mucho y también lo es que llueva poco o nada.

Personal de Sub Prefectura de Carmelo en patrulla de rutina detectó el miércoles la presencia de cianobacterias: “Algas verdeazuladas, masa pastosa y/o espuma con aspecto de pintura verde oscura en el espejo de agua del arroyo de las Vacas en mayor cantidad, así como un descenso de las mismas a lo largo de Playa Seré”, según un comunicado. Para Kruk, “si ya está verde Carmelo, en enero y febrero va a estar horrible. Esa zona va a estar sufrida”.

El peor verano: un evento masivo.

En el verano de 2019, los primeros registros de floraciones cianobacterianas intensas o “espuma” en la costa uruguaya del Río de la Plata fueron en el departamento de Colonia a principios de enero. Allí, las floraciones o blooms se registraron al menos hasta el 11 de marzo. El 9 de enero la CARU registró un nivel de alerta 1 en el río Uruguay a la altura de Nueva Palmira. En Montevideo, los primeros registros de floraciones con espuma realizados por la Intendencia correspondieron al 28 de enero y la presencia de colonias visibles y espuma cianobacteriana en remansos o resaca se mantuvo hasta la primera semana de mayo. En La Paloma, Rocha, guardavidas observaron el 30 de enero la presencia de espuma, mientras que guardaparques y vecinos realizaron similares observaciones el 31 de enero en la Laguna de Rocha. La extensión total de este evento extremo fue de aproximadamente 500 kilómetros de la costa comprendida entre Colonia y Rocha.

Efectos de la sequía.

Con precipitaciones más escasas de lo normal para esta época del año –situación que se mantendrá en el próximo trimestre, según el pronóstico del Instituto Uruguayo de Meteorología–, hay poca descarga del río Paraná y del río Uruguay en el Río de la Plata. Es más, hasta ahora, nunca se habían visto cianobacterias “tan adentro” de la capital porteña. “Uno de los factores parecería ser que los valores (de caudales) son históricamente bajos”, apuntó. Y añadió: “Lo que aportaba el Paraná, en realidad, no eran cianobacterias, sino agua cargada con nutrientes, metales pesados, pesticidas y materiales en suspensión turbios. Esa turbidez limitaba, de alguna manera, a las cianobacterias porque no tenían luz para crecer. Como ahora están muy bajos los caudales, el agua está más quieta, se sedimentan las sustancias turbias y las cianobacterias crecen porque el agua está más transparente”.

El frente de turbidez está, en estos momentos, “retraído”, según lo demuestran las imágenes satelitales a las que accede Kruk para monitorear las floraciones de cianobacterias. En concreto, está contra la costa argentina. “Montevideo no tiene turbidez y probablemente el agua esté más salada. Si se mantiene (el verano) sin lluvias, es más probable que haya menos floraciones hacia el este y que se contengan más en el oeste”, dijo Kruk a El País.

Las mismas imágenes satelitales mostraban ayer blooms frente a la costa de San José, aunque en menor medida que en Colonia.

cianobacterias colonia
Imagen satelital de Colonia: el verde corresponde a los blooms.

Influencia del agua salada.

La salinidad actúa como un filtro. En el agua marina no pueden crecer las cianobacterias; sí pueden sobrevivir. Las que sobreviven son las que tienen mejor capacidad de flotación y forman la capa superficial. Da la casualidad que estas son las más tóxicas.

Pero si el agua salada actúa como un filtro, ¿porqué en 2019 la floración abarcó una distancia total de 500 kilómetros hasta las costas oceánicas (y saladas) de Rocha? La lluvia da la respuesta. Cuando aumentan los caudales de los ríos se arrastran las cianobacterias; así llegan a inocular ambientes como las lagunas costeras donde, normalmente, no pueden crecer. En 2019 se movió el frente de agua dulce favorecido por las precipitaciones y el viento, por lo que se extendió una gran mancha verde de 1.000 kilómetros cuadrados: unas 100.000 canchas de fútbol.

La costa oceánica y las lagunas costeras (como la de Rocha, por ejemplo), empero, no estarán libres de cianobacterias, aunque probablemente sí de blooms. “Donde hubo floraciones en los veranos pasados es más fácil que vuelva a haber cianobacterias porque ‘ya sembraste’”, señaló Kruk porque, recordó, los nutrientes están “omnipresentes”.

Cianobacterias: en 2019 ocurrió la mayor floración de la historia registrada en el Río de la Plata. Foto: Leonardo Mainé
Cianobacterias: en 2019 ocurrió la mayor floración de la historia registrada en el Río de la Plata. Foto: Leonardo Mainé

Los dos complejos con riesgo sanitario.

Hay dos grupos de cianobacterias que desarrollan floraciones tóxicas. El llamado complejo Microcystis aeruginosa corresponde a colonias globosas con células embedidas en mucílago que producen microcistinas con toxinas hepatóxicas que toleran aguas salobres y están en las costas del Río de la Plata. “Son las colonias gordas, como manchones verdes”, ilustró Carla Kruk, docente del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias y del Centro Universitario de la Regional Este de la Universidad de la República.

La eutrofización antrópica y la generación de embalses han promovido su desarrollo en la Cuenca del Plata. La distribución y abundancia de Microcystis aeruginosa son, en gran medida, afectadas por factores como temperatura, irradiación y disponibilidad de nutrientes actuando sinérgicamente con otros factores físicos y químicos.

El otro grupo comprende a las cianobacterias en filamentos que están en ambientes solo de agua dulce y poco profundos. Estas producen, principalmente, neurotoxinas. Es el ejemplo de las llamadas Raphidiopsis y Dolichospermum. No son frecuentes en las playas del Río de la Plata.

La presencia de cianobacterias debe ser advertida con la bandera sanitaria, de color rojo y cruz verde, que indica que en la playa existe un riesgo potencial para la salud de la población. Por ese motivo, se recomienda no bañarse, consultar a los guardavidas y observar la arena. Si hay manchas verdosas se recomienda evitar el contacto, teniendo especial cuidado con los niños.

Las banderas sanitarias pueden ser utilizadas por floración desarrollada de cianobacterias, alta concentración de coliformes termotolerantes u otros eventos que impliquen un riesgo sanitario.

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