Un dibujo animado chileno de largometraje puede ser una pequeña rareza en la cartelera cinematográfica, pero también la prueba de que se hacen cosas en el género en Latinoamérica. Hoy se estrena en Montevideo Misterio de la Isla Encantada, animación dirigida por Alejandro Rojas a partir de uno de los más famosos y tradicionales cómics de Chile.
Varias generaciones de chilenos han disfrutado de la revista Mampato, muy popular en los años sesenta y setenta, que publicaba las aventuras del personaje titular, un chico pelirrojo y de clase media que viajaba con frecuencia a través del tiempo acompañado por su amigo, el cavernícola Ogú, dibujadas por el historietista Thelmo Lobos. Para la primera aventura cinematográfica de esos personajes arraigados en el inconsciente colectivo chileno, el director Alejandro Rojas eligió un entorno no menos legendario que ellos mismos: la Isla de Pascua, denominada Rapa Nui en la lengua aborigen.
El film que ahora se estrena, y cuyo título original es Ogú y Mampato en Rapa Nui, se basa en una historieta publicada en 1971, contando cómo el protagonista, intrigado por los secretos de la cultura de la isla, viaja al pasado, antes de la llegada del hombre blanco. Allí descubrirá que la isla está sometida a la tiranía del Gran Aniki, una mezcla de guerrero y hechicero contra el cual combatirán Mampato, su amigo Ogú y la pequeña pascuence Marama.
En la revista de cine Mabuse, el crítico chileno Rafael Valle afirma que la adaptación de Alejandro Rojas "no se desvía del trazo aventurero impuesto por Lobos, evoca correctamente su talento de narrador y sus dotes de fabulista, aunque también se aleja con prudencia de la fuente de inspiración". Valle añade que "sin dejar el humor de lado, se agudizan los matices épicos del relato", así como "su afán didáctico, con rigor en la recreación de paisajes, vestimentas y tradiciones de estos isleños que en medio de una colorida lucha entre buenos y malos llegan a demostrar una lúcida desconfianza ante estos intrusos venidos del futuro y del pasado".
El crítico chileno afirma también, en esa crónica, que "Rojas no pretende ser Disney", pero da la pelea "con oficio y ambición". Su película combina animación de la vieja escuela con algunos efectos digitales, con resultado al parecer atendible.