Una familia se reúne en una chacra para comer un asado. Durante esas horas muchos secretos salen a la luz y muestran que la aparente perfección esconde problemas en una fachada insostenible. El director Gabriel Drak habló sobre su film.
"Yo creo que todos los personajes tienen un poquito de distintas personas", cuenta el director sobre posibles inspiraciones para este drama que perfectamente podría convertirse en una obra de teatro. "Puedo decir que algunos personajes tienen elementos de amigos o de conocidos, o incluso de mi viejo o de un tío o un vecino. Hay muchas cosas que me di cuenta después de tener escrito el guión".
En La culpa del cordero los personajes que interpretan Ricardo Couto y Susana Groisman reúnen a sus hijos en su chacra, para comunicarles un par de noticias relativas a la jubilación. Pero, quien tiene realmente algo que contar, es el personaje de Couto. O más bien, tiene cuentas que ajustar con todos los de su familia. El trabajo de este actor, jugado al sarcasmo y a la ironía, es uno de los pilares de la trama. "El eje de la familia es la madre (Groisman) pero el de la historia es el padre (Couto)", explica el director.
De todas maneras Drak se frena a la hora de hablar más sobre qué personas ha conocido en la vida real que hayan podido servir de inspiración consciente o inconsciente para su historia. Y no se frena por no acusar públicamente a nadie, sino porque quiere evitar cualquier adelanto sobre las revelaciones de su película. La gracia está en cómo de forma paulatina las revelaciones de cada integrante de esa familia y alguno más convierten un lugar paradisíaco en un infierno concentrado.
Once años atrás, Drak estrenó en cine su primer largometraje, Los desconocidos, que tenía algunos puntos en común con éste. Contaba una historia concentrada en tiempo y espacio y era protagonizada por pocos personajes (en ese caso, fueron tres). Los desconocidos era un thriller de suspenso sobre un cineasta contratado por un mafioso para filmar a un político al que quiere asesinar. La historia transcurría en un solo espacio y se resolvía en un período más o menos delimitado de tiempo. En ese sentido, también podría haber sido convertida al formato de obra de teatro.
Las similitudes, según Drak, son casuales y no tienen que ver con que prefiera ese formato de historia a otros. Durante muchos años trabajó en el mundo de la publicidad, pero en la última década vivió en México y ha producido proyectos de televisión. La culpa del cordero se gestó en 2009, tras el fracaso de un proyecto de película muy distinto.
Drak comenzó a escribir el guión ese mismo año y en poco tiempo encontró colaboradores y socios que le ayudaron a concretar el proyecto rápidamente. "En la desilusión de aquel proyecto cancelado surgió este. Viajé a la chacra donde transcurre y ya tenía en la cabeza las ganas de contar la historia de una familia que viviera un gran cambio a lo largo de unas pocas horas".
El reparto de la película se completa con Rogelio Gracia, Lucía David De Lima, Mateo Chiarino, Agustín Rodríguez, Mariana Olivera y Ernesto Llioti. El elenco, como se ve, integra varias generaciones y perfiles de actores.
Debido a que Drak recién había vuelto a Uruguay después de haber pasado seis años en México, no conocía a la mayoría de los actores jóvenes del teatro nacional. Por ello contó con el apoyo de Bruno Aldecosea para realizar el casting. En el caso de las cabezas de familia, ya tenía la idea de convocar a Couto, pero a Groisman la conoció a través de una foto que de inmediato le dio la pauta de que encajaba perfectamente con el perfil que buscaba.
Cuando comenzaron el casting, Couto había sido operado hacía poco tiempo y tenía un pulmón menos. Sin embargo, las noticias que le llegaron al equipo de producción es que ya tenía muchas ganas de volver a trabajar. "Se robó el personaje" cuenta el director. "En el rodaje había gente que se enteraba lo que había vivido con la operación. Es impresionante. Es de los que hacen que todos vayan atrás de él, es líder total. La película gira en torno a él".
Debido a que la historia se concentra tanto en los personajes y sus diálogos, el trabajo con los actores era fundamental. Hubo muchos ensayos para probar los diálogos y ver qué tan cómodo se sentía cada actor con las líneas que Drak les había escrito. "Las dos grandes reescrituras del guión se hacen en la edición y en los ensayos. En la edición con el material ya filmado y en los ensayos cuando uno está por filmar, es cuando se ajusta la letra y las escenas", comenta.
Luego de filmar Los desconocidos, quince años atrás, tardó cuatro en poder estrenarla. El proceso con esta nueva película, que inicialmente se iba a llamar La chacra, fue mucho más ágil y tardó un poco menos de tres años entre el comienzo del trabajo y el día del estreno. Las súbitas adherencias que encontró en 2009, cuando escribió su guión, sumadas a las facilidades que le ofrecía que la historia se concentrara en una sola locación, lo ayudaron a concretar todo rápidamente. De hecho, el rodaje ocupó aproximadamente tres semanas.
Ahora La culpa del cordero ya cuenta con un distribuidor internacional, una empresa argentina que inicialmente contrató la comercialización en América Latina pero que, tras ver la película completa, firmó un acuerdo de ventas para todo el mundo. Uno de los siguientes pasos será participar de los mercados de venta en el Festival de Cannes, en pocas semanas. Y antes, desde mañana, está la prueba de fuego ante el público uruguayo en los cines.
Quince años de cambios entre dos películas
El contexto para el cine producido en Uruguay era muy distinto en 2001 y antes de lo que es hoy. Gabriel Drak puede dar fe de ello, porque filmó Los desconocidos a fines de los años noventa y la estrenó en 2001, en dos salas, unos meses después del éxito gigantesco que tuvo En la puta vida y el prestigio que ganó 25 watts. Recién desde ese año en adelante se comenzaron a producir cambios mayores en la exhibición de películas uruguayas y también en las formas de producción.
"En la actualidad hay de repente más opciones para contratar técnicos", comenta el director. "El equipamiento viene siempre por el mismo lado, por una empresa que se ha profesionalizado mucho. El ambiente no sé si se ha profesionalizado más. La gente que viene de otra época tuvo que adaptarse a otras tecnologías. Los estrenos de cine uruguayo ya no son una sorpresa como eran antes, donde cada estreno era el gran evento. Cuantitativamente el cambio se ha dado para peor, porque cada vez se venden menos entradas. Año a año el cine uruguayo vende cada vez menos. Esto tiene que ver con Internet y con que se sufre la piratería como en otros rubros".