Un formidable viaje hacia la imaginación: UP

Aliados. La nueva película de Pixar cuenta la historia de un viejo jubilado que cumplirá su sueño a los 78 años con la ayuda de un niño que tiene sólo 8 | Aliados. El espíritu aventurero de la dupla protagonista llevó al equipo a realizar un relevamiento real por Venezuela y Brasil

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GUILLERMO ZAPIOLA

Es un prejuicio. Durante años (Disney tuvo parte de la culpa), "cine de animación" se ha confundido con "cine para niños", ubicándose en un "ghetto" a menudo (reconozcámoslo) muy poblado. Un film como "Up", que se estrena el viernes, debería ayudar a romper algunos esquemas.

Es la décima producción de largometraje de Pixar/Disney (responsables entre otros de Bichos, las dos Toy Story, Buscando a Nemo, Los intrépidos y Monsters Inc.), y llega después que su equipo de producción ha aportado dos obras maestras del género (Ratatouille y Wall-E), un dato recogido por los programadores del festival de Cannes, donde el nuevo film fue lanzado en una función especial, en 3D, aplaudido calurosamente y ampliamente elogiado por la crítica.

Ni siquiera el soso subtítulo de lanzamiento en español (Una aventura de altura) parece poner en riesgo esa valoración. Porque lo que parece cada vez más claro es que el equipo Pixar ha decidido eludir las etiquetas y apuntar más alto. A la altura de Wall-E no estaban ya haciendo cine "para niños" sino muy buen cine a secas, que puede ser visto (y disfrutado) por chicos y grandes. Con Up: una aventura de altura parecen haber dado un par de pasos más.

Uno de ellos se produce a nivel tecnológico: es el primer largo de Pixar con la tecnología 3D que debe ser vista con los correspondientes lentes, lo que añade un atractivo a su apreciación en sala: si uno espera que llegue al DVD o la televisión deberá conformarse con la versión plana.

El otro riesgo asumido tiene que ver con la anécdota, aunque ello se mueve a un nivel mucho más eventual e imprevisible: la elección del personaje protagónico. Por una convención que el género no practica siempre pero sí con frecuencia, los films animados pensados para público infantil suelen estar protagonizados también por personajes infantiles (y eso, en el caso de que no se trate incluso de seres imaginarios de la tradición del cuento de hadas, o animales parlantes). En cambio, Up está protagonizado por un viejo cascarrabias de 78 años, un dato que no va a preocupar a espectadores y críticos pero que llegó a poner nerviosos a los vendedores de "merchandising", que tienen dudas sobre la comercialidad de un muñeco de esas características. Por supuesto, eso tiene poco que ver con el cine.

Y, en todo caso hay también un niño en el film, aunque el protagonista de esta comedia de aventuras sea un anciano vendedor de globos que logra concretar su sueño de vivir una gran aventura. Ata miles de globos a su casa y se lanza a volar a la (para él) lejana, agreste y exótica Sudamérica. Apenas iniciado el viaje aparece el niño: un `boy scout` de ocho años llamado Russell que se "cuela" en su pintoresco vehículo volador y le provoca algunos dolores de cabeza.

El director Pete Docter es un viejo puntal de Pixar. Con John Lasseter y Andrew Stanton desarrolló la historia y los personajes de Toy Story, el primer largo animado de Pixar, del cual también fue su animador supervisor. También se desempeñó como artista de bocetos de la historia de Bichos, y escribió el `treatment` de Toy Story 2. En Monsters Inc. recibió también créditos como director, y fue guionista (candidato al Oscar) por Wall-E, película galardonada como mejor animación en la última entrega de los premios de la Academia.

Docter y su productor, Jonas Rivera, han señalado que un anciano rezongón les pareció una buena idea de libreto porque ofrecía otras posibilidades de diversión. Pero además les tentaba lo de "más dificil todavía", y hacer algo que no había sido hecho en los nueve largos anteriores de Pixar.

CARICATURAS. Otro de los empeños del equipo fue, según dicen bromeando, "hacerlo todo mal". En el diseño de los personajes no querían realismo, querían caricaturas, lo que describen como "una vuelta al antiguo Disney". Reconocen empero que la imagen del protagonista es una mezcla de Spencer Tracy con Walter Matthau (y Docter agrega a Joe Grant, viejo animador de la Disney que trabajó en Blancanieves y al que conoció cuando ya tenía noventa años), aunque para el niño se basaron en cambio en uno de los empleados de Pixar que prefieren no nombrar.

Por otra parte, y más allá de la voluntad de caricatura, quisieron que los escenarios resultaran convincentes, y eso llevó un largo trabajo de investigación. Algunos integrantes del equipo viajaron a Venezuela y efectuaron excursiones en jeep y helicóptero, buscando inspiración para las escenas que transcurren en la selva. También pasaron muchas horas en diversos zoológicos californianos estudiando a los pájaros exóticos, y llenaron de avestruces los estudios de Pixar, todo ello para inspirar a los diseñadores en la creación de algunos de los animales de la película.

Docter y los suyos imaginaron las Cataratas del Paraíso, la ficticia región donde transcurren algunas instancias claves de la película, como una especie de isla entre las nubes, entre montañas de más de un kilómetro y medio de alto que no se pueden subir ni bajar, en la triple frontera entre Venezuela Brasil y Guyana. Necesitaban ese escenario porque querían un lugar aislado, donde el protagonista debería quedar atrapado, sin influencias exteriores. Ello lo obligaría y crecer y evolucionar como personaje.

Cuando tienen que definir el género en el que inscribir al film, el productor Rivera opta por el de "una película de acción y aventuras, un poco más suave que las películas que se hacen hoy en día".

Aunque el director Docter desconfía sensatamente de las películas con un "mensaje" explícito (cuando quiero enviar mensajes uso el telégrafo, decía Hitchcock), insiste en que una película valiosa es aquella que logra que el espectador siga pensando en ella al volver a su casa. Y para ello tiene que tener emoción. Humor, sin duda, pero también emoción. Aunque se trate de monstruos, de robots o de insectos, los personajes deben tener un componente emocional que los conecte con el espectador.

Y es que la vida, insiste Docter, consiste sobre todo en las pequeñas cosas. El cineasta recuerda una visita a Europa que hizo con su familia. Se alojaron en hoteles de lujo, degustaron comidas exquisitas, visitaron magníficos castillos y vivieron toda una aventura. Sin embargo, lo que más recuerda es el chocolate que bebió con sus hijos en un pequeño café de París, riendo y bromeando. Eso es, en definitiva, lo que queda en el recuerdo.

John Lasseter, el cerebro creativo de Pixar (y productor ejecutivo de Up) comparte la idea, y recuerda que Walt Disney insistía en que en una película, por cada risa debía haber una lágrima. Tanto como la relación (a veces amistosa, a veces conflictiva) entre el anciano y el niño, importan en la película la serie de peripecias físicas en las que se ven involucrados, y el amor que se tenían el protagonista y su esposa.

Lasseter se declara particularmente orgulloso de la película. Cree que es una de las más graciosas y "también de las más hermosas" que han hecho. Una de las cosas que lo divierten es contar con el héroe de película de acción más improbable que se pueda imaginar: un maniático octogenario que no descuida jamás la costumbre de almorzar a las 3.30 de la tarde.

El guión tardó tres años y medio en concluirse. Había mucha cosa en él, y elementos dispares (un anciano, una casa volante, perros que hablan), y reconocen que les dio trabajo ensamblar todo eso en una historia consistente. Docter sostiene que todo nació casi por casualidad, uno de esos días en los que todo parece salir mal y dan ganas de irse a vivir a una isla desierta. El productor Rivera y él comenzaron a darle vueltas al asunto, y de a poco surgió la idea de una casa flotando en el aire, arrastrada por globos, y un personaje gruñón que insiste en huir en ella del mundo que lo rodea.

ESTILO. Docter se confiesa particularmente atraído por el "viejo Disney", el de Peter Pan y La Cenicienta. De ahí la insistencia en la fantasía y la caricatura, y el empeño en que el film tuviera un estilo propio y distinto al de otras películas de Pixar. Rivera agrega que se inspiraron en dibujantes que los atraen especialmente, como Mary Blair y George Booth, y las ilustraciones de cuentos de Martin Provensen. También pensaron en los dibujos de Hank Ketcham para el viejo cómic Daniel el travieso, al que le alcanzaban dos líneas para sugerir un pliegue en el delantal de la madre del protagonista.

El diseñador de producción Ricky Nierva insiste en el término "simplismo" para describir el estilo del film, sin intentar el menor sentido peyorativo. Su objetivo fue despojar de detalles la animación, sin que se volviera ordinaria. Las computadoras permiten reproducir detalles impresionantes y acentuar el realismo de las imágenes, pero Nierva no buscaba eso. No se trataba, dice, de realizar una película realista, sino "tangible". Querían caricaturizar a los personajes sin exagerar, para no alejar al espectador. En la imagen del anciano predomina el cuadrado (estático, como un muro de ladrillos), mientras que en la del niño abundan los círculos, más dinámicos, símbolos del futuro.

LOS FILMS QUE SEGUIRÁN

Tras el estreno de "Up", Pixar continúa trabajando en su nueva apuesta (a estrenarse en el 2010): "Toy Story 3". La dirección correrá por cuenta del ex-montajista Lee Unkrich, con supervisión de John Lasseter.

Para el 2011 se espera "Newt", dirigido por Gary Rydstrom, sobre los dos últimos tritones de pies azules del planeta, macho y hembra, que se detestan pero se ven obligados por la ciencia a salvar la especie.

En la Navidad del mismo año llegará "The Bear and the Bow", una fantasía épica ambientada en una Escocia mítica y dirigida por Brenda Chapman, quien anteriormente trabajara en "El príncipe de Egipto".

Por último, en 2012 volverá el personaje de Rayo McQueen en una secuela de "Cars" que será dirigida por Brad Lewis, un hombre que ya se desempeñara como productor en la memorable "Ratatouille".

"El viaje más magnífico que la mayoría del grupo haya hecho"

AP | SIGAL RATNER-ARIAS

El director de Up, Pete Docter, y el supervisor Ronnie del Carmen fueron entrevistados el viernes en Nueva York acerca de su película. Esto es parte de lo que dijeron.

-¿Qué lugares a los que fueron podemos ver en el film?

-Docter: Enfocamos nuestro viaje alrededor de los tepuyes de Venezuela y Brasil, especialmente Roraima. Escalamos Roraima y pasamos tres noches ahí, en carpas. Tomamos un helicóptero a otro tepuy y después fuimos al Santo Ángel, que cambiamos un poco en la película.

-¿Cómo fueron a parar ahí?

-Docter: Estábamos buscando lugares donde poner a nuestros personajes en los que no tuvieran más remedio que estar juntos. Pensamos en una isla tropical. Pero vimos un documental de Adrian Warren y dijimos: "Tenemos que ir para allá". Es algo único, muy específico, que realmente necesitábamos experimentar para ponerlo en la película.

-¿Qué sintieron cuando llegaron a la Gran Sabana?

-Del Carmen: Ese fue el viaje más magnífico que la mayoría de nosotros hayamos hecho en nuestras vidas. Lo único con lo que puedo compararlo es el momento de Parque Jurásico en el que dicen "Bienvenidos al Parque Jurásico". Aterrizamos en un helicóptero pero no podíamos vernos en contexto con Roraima. Uno se siente tan pequeño frente a esta magnífica montaña. Lo deja a uno sin aliento y uno se queda mirando largo rato. Es memorable no solamente el hecho de estar parado frente a un tepuy, sino que estás a punto de escalarlo.

-¿Cuánto les tomó escalar Roraima?

-Del Carmen: ¡Ay, Dios! Esta va a ser una larga subida. Somos gente que dibuja. Nos tomó más de lo que pensábamos. Estaba oscuro cuando llegamos a la cima, y ese no era nuestro plan.

-¿Qué tanto cambió ese viaje la historia?

-Docter: Pasamos tres días pintando, tomando muchas fotos. Esto realmente afectó a la película, tanto en términos de imagen como de la historia. Sacamos muchas ideas de las formas misteriosas que tienen las rocas, que parecen personas. Eso es real y lo pusimos en la película: así es como presentamos al personaje del perro.

Cuidada paleta de colores

El color fue uno de los elementos expresivos al que se jugaron con particular esmero los realizadores de Up. El film comienza con un noticierio en blanco y negro, y luego pasa a una paleta de colores saturados que expresa un período de felicidad en la vida del protagonista. En cambio, el magenta aparece vinculado a un personaje que no está más, y cada vez que se lo vuelve a ver suscita su recuerdo. Los colores se atenúan cuando el protagonista resuelve aislarse del mundo.

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