Tras largos años alejado de la actuación, Jorge Denevi vuelve a interpretar a un personaje. Y lo hace en su primer papel protagónico en el cine, en "El ingeniero", una película cuyo protagonista se ha retirado de su especialidad.
El ingeniero representa varias cosas. Por un lado el debut de Denevi como protagonista y en pantalla grande. Por otro el regreso al cine de Diego Arsuaga, el director que había hecho diez años atrás la exitosa Corazón de fuego y, antes aún, Otario. Aquí la propuesta es sobre el ingeniero del título, un ex entrenador de fútbol que en su momento de gloria, en el punto en que más se esperaba de él, se retiró sin dar explicaciones. Un periodista joven, interpretado por Jorge Temponi (conductor radial y actor de teatro y cine), se acerca a su historia y consigue la oportunidad única de entrevistarlo por primera vez desde su retiro y así saber cuáles fueron sus motivos. A su modo, la película es una historia de fútbol pero lejos de las canchas, muy lejos, en medio del campo.
"Es una película muy personal por mi historia, es lo que me tocó vivir", cuenta Arsuaga, cuyo padre dirigió Defensor y ha seguido vinculado al ambiente del fútbol. "Porque vi todo lo que hay atrás del fútbol. Era mi experiencia con el fútbol, pero sin la cancha. Así que naturalmente surgió esto".
El germen apareció diez años atrás, cuando Taco Larreta le mostró el libreto de la obra a Juan Palmieri. Estaba dividida en ocho escenas y ocho diálogos, idea que le quedó dando vueltas. El guión de la película de Arsuaga no tiene nada que ver, pero el hecho de que se trate de una serie de diálogos sobre algo que no se ve, surgió de ahí. Pasó un buen tiempo hasta que se puso a escribir un guión, a mediados de 2010. Cuando se acercó la fecha para una convocatoria de los Fondos de Fomento del Icau, pisó el acelerador y en cuestión de días terminó su guión con la idea de no depender de otros fondos nacionales e internacionales ni atarse a mayores plazos. En febrero de 2011 presentó el proyecto a los Fondos y, tras ganarlos, comenzó a filmar en septiembre.
Desde que la etapa de escritura de guión, la productora Andrea Pollio (también directora de fotografía en la película) le recomendó a Denevi para interpretar al ingeniero Erramuspe. "Me parecía un poco joven para el personaje. Pero por otro lado tenía la ventaja de que es un tipo acostumbrado a dirigir grupos humanos, con personalidad fuerte. Por su forma de pensar sería afín al personaje también". Así que lo envejecieron al mismo tiempo que rejuvenecían a Temponi para lograr mayor contraste entre ambos dos; porque el objetivo era enfatizar el mano a mano de los encuentros entre los dos durante una hora y media. Quienes la han visto, coinciden en que los noventa minutos de conversación atrapan y funcionan muy bien, planteando cuestiones que van de la vida en general al fútbol.
"La pasión es inevitable, porque el fútbol tiene toda esa parte no racional", explica el director. "Lo que los personajes dicen al comienzo es más o menos como lo veo yo. Podés pensarlo y racionalizarlo, pero tu ánimo puede variar por cómo le fue a tu equipo".
A la hora de convocar a históricas figuras del teatro uruguayo como Roberto Fontana, Pepe Vázquez y Julio Calcagno, el director no tuvo dudas y por ello no hizo casting para probar distintas opciones. Hizo casting para personajes más jóvenes, como los que interpretan Fernando Dianessi, Florencia Zabaleta y Temponi. Al ver a los actores veteranos sobre una pantalla grande, es imposible no pensar en que podrían haber rendido muchísimo en cine de haber sido convocados para otras películas. Y sobre eso, Arsuaga tiene una interpretación.
"Se hacen pocas películas" dice. "Te tiene que coincidir también el proyecto con los actores que a vos te gustan. Además a determinada edad hay pocos roles. Yo creo que el viejo prejuicio contra el teatro y la forma de actuación para el escenario se ha ido modificando. Los actores se han enfrentado más a la cámara y los directores ya han hecho el proceso y el aprendizaje de cómo dirigirlo. Esos prejuicios tenían como mitad y mitad en ambas partes. Y cuanto más jóvenes son, se han filmado tanto con teléfonos y jugando que la cámara ya está incorporada".
La primera película que dirigió Arsuaga fue Otario, en 1997, un policial ambientado en los cuarenta. Sin embargo, él considera que como fue una producción televisiva, su primera película fue El último tren, o Corazón de fuego, estrenada en 2002. Esa historia de tres veteranos que robaban un tren cosechó un gran éxito dentro y fuera del país.
Algunos han elogiado la evolución que ha tenido su forma de hacer cine hasta El ingeniero. Él, por su lado, dice que nunca dejó de trabajar y de filmar ya que además de hacer publicidad ha filmado cosas como uno de los capítulos de la serie uruguaya Adicciones. "Eso te hace evolucionar y aprender. Y también trabajar con gente más joven. Siempre estoy trabajando, con otros o en mis cosas… Así que algo te tiene que quedar en la cabeza, por más burro que seas".