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"Un dios salvaje", de Yasmina Reza, en una memorable versión

Humor duro. Mario Morgan dirige a un notable elenco en el MovieCenter

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CARLOS REYES

Yazmina Reza se ha convertido con los años en una gran conocida de la escena uruguaya. Su teatro reflexivo sabe captar al auditorio y hacerlo reír. Sin embargo, con "Un dios salvaje", el espectador encuentra más de lo que la dramaturga suele ofrecer.

Eso se debe en buena medida al elenco, cuatro actores jóvenes que han distendido este texto, de marcado corte intelectual. Es que las obras de Reza habían llegado a Uruguay a través de los intérpretes más veteranos, que le infundían un aire más serio a sus personajes, maestros de las frases tajantes, las reflexiones posmodernas y el humor negro.

Pero para servir sobre el escenario esta buena pieza, que está entrando en sus últimas funciones, el director Mario Morgan eligió a dos parejas de mucho carácter y gran frescura, consiguiendo que las palabras verdaderamente cobren vida sobre las tablas. Leonor Svarcas y Cecilia Sánchez, en los papeles femeninos, dotan a sus personajes de mucho filo, con interpretaciones que aprovechan las insinuaciones, las miradas, todo lo que no se dice.

Los dos actores masculinos, César Troncoso y Rogelio Gracia, ubicados en roles opuestos, completan el equipo, el primero desde el tipo campechano, confianzudo, algo vulgar; el otro desde un personaje soberbio, frío, poco preocupado por lo que le sucede a los demás.

La trama es sencilla: un niño golpeó a otro, rompiéndole dos dientes. Los padres se reúnen para conversar sobre lo sucedido y acercar posiciones, todo en un ambiente educado y de cierto buen gusto.

Pero a medida que la acción se desarrolla, la violencia de los padres empieza a aflorar, hasta dejar como algo menor el incidente entre los hijos. Primero las palabras se cargan de violencia: luego las acciones. Así la autora exhibe una mecánica de la que no es difícil extraer la conclusión: la agresividad de los padres se manifiesta en la de sus niños.

Sobre ese planteo, el director arma el juego. En primer término, las insinuaciones, las frases largadas como al azar. Después las afirmaciones tiradas directamente al enemigo. Por último, la violencia física, la lucha, lo peor de cada uno. Y en todo ese trayecto, cada actor va manejando su cuerpo con soltura, con destreza, con tensión o con insolencia, según pide cada ocasión.

El resultado es una pieza de humor negro, que dice muchas frases inteligentes, algunas de las cuales seguramente el espectador no olvidará. Tampoco olvidará el trabajo de este cuarteto de intérpretes, que consigue hacer reflexionar y divertir por partes iguales.

Una Dramaturga amiga

En 1998 se presentó "Arte", en el Teatro del Anglo, protagonizada por Taco Larreta, Pepe Vázquez y Ricardo Beiro. Se trató de un texto clave en la dramaturgia de Yasmina Reza, que hablaba de estética, y más allá de eso, de tolerancia.

Hacia 2002, en el Teatro Stella se dio "Un hombre inesperado", que interpretada por Júver Salcedo y Ducho Sfeir, hablaba sobre los encuentros y el azar.

En 2005 llegó al Teatro del Centro Carlos E. Scheck "Tres versiones de la vida", donde Laura Sánchez, Nidia Telles, Roberto Jones y Juan Antonio Saraví ofrecían diversas miradas sobre un mismo hecho. Ahora, "Un dios salvaje" vuelve al tema de la tolerancia y los distintos puntos de vista, recurrente en la obra de Reza. Va en Sala Teatro MovieCenter, hoy a las 22 horas y mañana a las 20 horas.

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