Tras la obra y la identidad judía de un gran artista: José Gurvich

Muestra. Mañana abre "Canción de la pintura" en la Galería Óscar Prato

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CARLOS REYES

Mañana a las 19.30 horas se inaugura la exposición "Canción de la pintura", que reúne unos 90 valiosos trabajos de José Gurvich en la Galería Óscar Prato, entre los que se encuentran obras que no han sido expuestas anteriormente en Uruguay.

La muestra, de grandes dimensiones cuantitativas y cualitativas, fue organizada temáticamente, aunque como señala su curadora la crítica de arte Alicia Haber, el tema del kibutz es un poco el eje de toda la exposición. Un área ha sido destinada a los temas bíblicos, con énfasis en el amor y la pareja, y otra a las festividades, especialmente las de carácter colectivo.

Cerámicas, dibujos y bocetos conviven en la muestra con documentos y textos explicativos, puesto que como señala la curadora, "una muestra sobre Gurvich necesita más apoyatura que otras, puesto que no todo el mundo sabe sobre temas bíblicos o sobre cómo era la vida en un kibutz en los años `50 y `60, que fue cuando el artista vivió y trabajó allá, en Israel".

Haber remarca que los temas de identidad judía y multiculturalidad son básicos en la obra de Gurvich y en esta muestra en especial. "Incluso en las obras abstractas muchas veces aparecen las referencias religiosas, a través por ejemplo de un candelabro o una estrella de David. Porque no se trata de que pintara rabinos, sino que todos esos temas los interpreta desde lo artístico, desde la imaginación. Acá no hay realismo".

Esta exposición integra un proyecto más ambicioso, que se completa con conferencias, seminarios y un libro, que la curadora está elaborando luego de haber viajado a Israel y a Europa para recoger de primera mano testimonios sobre la vida y obra del artista.

En Israel, Haber tomó contacto con viejos amigos de Gurvich y con obra del artista en aquel país, profundizando en los conocimientos que tenía del pintor. "Yo conocía Israel, pero en este viaje pude recorrer las tierras donde Gurvich pastoreó las ovejas, los lugares donde trabajó. Pude también hablar con quienes lo conocieron y fueron sus amigos. Y la impresión que me dejó es que era un hombre mucho más religioso de lo que a veces se cree. También fue muy sociable, muy comunicativo, que además hablaba muy bien idish, con todo lo que significa como idioma de pertenencia para los judíos de la diáspora".

"Fui descubriendo un Gurvich más judío de lo que yo pensaba", sintetiza la crítica de arte. "A veces se ha dicho que él pintaba temas judíos para una clientela que los requería y no es así. De hecho, pintó más de mil cuadros, y solamente ocho o 10 hizo por encargo, sin que le condicionaran el tema. Fue un pintor muy auténtico".

El férreo vínculo de Gurvich con su madre es otro de los aspectos que la curadora pudo constatar en esa experiencia vivencial que significó para ella, al ir tras las huellas del artista. "Cuando Gurvich estuvo en el kibutz, en los años `50 y `60, la realidad de Israel era otra, y eso es fundamental para entender su experiencia en aquel país. Israel por entonces era mucho más pobre que Uruguay, menos desarrollado. Y Gurvich vivió allí una vida modesta, de trabajo, ascética: la mitad del día trabajaba y la otra pintaba. Y en sus obras se refleja ese sentido colectivo del kibutz, asociado a la autonomía, la vida agrícola y la libertad".

La inauguración de la muestra, que tendrá lugar en Galería Óscar Prato (Paraná 743, tel. 9014793) es el puntapié inicial de un conjunto de actividades que incluyen charlas de destacados intelectuales que analizarán la obra de Gurvich desde diversos puntos de vista. Pablo Da Silveira, por ejemplo, hará un análisis filosófico del artista, mientras que Felipe Arocena ofrecerá una mirada desde la multiculturalidad, mientras que para julio Haber prepara la presentación de su libro.

Bar Flor

Óleo sobre cartón

Gurvich pintó este cuadrito de 25 por 42 centímetros en 1957, en la madurez de sus recursos artísticos. "La obra de este artista admite muchas interpretaciones, y habilita muchas miradas y puntos de vista", señala la curadora Alicia Haber, quien destaca que en la muestra hay también un espacio para obras que hablan de la aldea natal de Gurvich, en Lituania.

Familia en puros colores

Óleo sobre tabla

Pintada en 1968, esta tabla de 30 por 45 centímetros refleja un magistral uso del color y gran libertad compositiva e imaginativa. La familia es un motivo que se repite en la carrera de Gurvich (1927-1974), unas veces tomado desde un enfoque cotidiano y otras veces desde los temas bíblicos, todo interpretado desde la fantasía.

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