Siempre me vengo en bicicleta a la radio", dice el actor y humorista argentino (Santa Fe, 1957) luego de atender el teléfono y disculparse por el ruido de la calle.
El próximo 15 de abril, Brieva comenzará una gira por Uruguay con su unipersonal DadyMan: Recuerdos de barrio, show con el que se viene presentando desde 2012 y que además lo llevará a recorrer varios departamentos de Uruguay, como Maldonado, Salto, Mercedes y Paysandú, hasta fin de mes. En Montevideo, en tanto, actuará por primera vez en su carrera en el Palacio Peñarol.
Con este formato, Brieva ya recorrió varios escenarios montevideanos y se presentó incluso en una edición de la Semana de la Cerveza de Paysandú. Su vínculo con Uruguay, de hecho, excede lo puramente artístico. "Tengo toda la expectativa de romperla, de que se llene y que se caguen de risa. Voy con mi mujer (Mariela Anchipi) y mis hijos porque nuestra historia de amor nació en Uruguay y además tengo muchos amigos ahí. De hecho, el 5 de marzo, cuando cumplí 58 años, hice una mesa con seis personas y tres eran uruguayos".
—¿Siempre trata de estar cerca de su familia, a pesar de la agenda?
—Ahora más que antes. Antes el tronco era mi trabajo y festejaba comuniones y cumpleaños de acuerdo a los tiempos que tenía libres en el trabajo. Organizaba el trabajo y después organizaba la vida. Ahora estoy tratando de no comerme esos caramelitos, de no tragarme esos sapitos como decía el General Perón, y trato de que mi vida familiar vaya un poquito más emparejada con mi vida laboral. Según cuenta a El País en su característico tono cordial, Brieva frecuenta el Rancho del Buceo, en Malvín, donde se junta con personas del carnaval que son viejos amigos suyos. A propósito, no pierde oportunidad de lanzar una recomendación: La matinée (2007), el documental de Sebastián Bednarik y Andrés Varela que muestra el reencuentro de la histórica murga. "Esa película se tendría que pasar en los colegios secundarios", dice Brieva.
Pero esta próxima visita y gira del argentino por Uruguay tiene como excusa principal el unipersonal DadyMan: Recuerdos de barrio. Se trata de una oportunidad de ver en otro formato al miembro de los históricos Midachi, conocido por los uruguayos, además, por sus papeles en telenovelas recordadas como Gasoleros (1998), El sodero de mi vida (2001) y Los secretos de papá (2004), además de su rol como conductor en el programa Agrandadytos. Actualmente, Brieva forma parte del elenco del nuevo éxito de El Trece, Guapas, que se emite por La Tele.
El motor de estos monólogos, asegura su creador, es el recuerdo. "Tiene que ver con una teoría que yo tengo y es que la mayoría de la gente no tiene recuerdo de su infancia porque no había Internet ni Youtube. Uno como cronista y payador se convierte en una especie de propalador de lo que fue eso. Se trata de activar la memoria de toda la gente que no puede tener, como tienen mis hijos, Youtube", dice Brieva. "Son cuentos, imágenes y música muy popular. Cada uno tiene su ADN musical y podríamos contar la historia personal de cada persona con una cinta de música de acuerdo a los temas que lo han ido marcando".
Y uno de los temas que no faltarían en esa cinta personal de Dady Brieva es Amor profundo de Jaime Roos, que canta el Zurdo Bessio. "Es el tema con el cual me casé", recuerda.
Solista.
Desde inicios de los años 80 hasta hace un lustro, Brieva fue parte del trío humorístico y musical Midachi, que completaban Miguel Torres del Sel y Darío "Chino" Volpato. Surgido del programa televisivo santafecino De doce a catorce. Junto a este trío Brieva dejó implantado su estilo en la cultura popular rioplatense y de ahí siguió su camino por televisión y radio. Hoy, de hecho, conduce el programa DadyMan por Radio América.
Con todo este recorrido a sus espaldas, sin embargo, Brieva encuentra nuevas posibilidades en el unipersonal. "Me da la posibilidad de hacerlo cuando quiero y de no hacerlo cuando no quiero. Lo hago cuando tengo ganas y dependo solamente de mí mismo, eso me gusta mucho. Me gusta que en épocas de Cirque du Soleil aparezca alguien como Luis Landriscina contando cuentos e historias. Y que en épocas de grandes espectáculos multimedia aparezca una guitarrita y dos voces como Los Olimareños. Alguien también tiene que hacer eso", dice Brieva.
"Es como ser el rey de mi vida. No tengo una legislatura o un congreso que necesite tener tantos votos y ponerlo todo a discusión. Lo decido un poco cuando se me cantan las pelotas. Eso para los 58 años que tengo no es poca cosa".
La familia, las relaciones de pareja, la infancia, la música, el barrio y casi cualquier cosa que pueda ser atrapada por el poder de la memoria forman parte del repertorio de Brieva en DadyMan: Recuerdos de barrio. Confeso peronista, el comediante argentino prefiere sin embargo dejar la política de lado en sus shows y concentrarse en aspectos más humanos y familiares. "Trato de ser un buen entretenedor y de ir al corazón y contar historias que hagan reír y dejen pensando a la gente", dice.
—¿Hay algún tipo de límite a la hora del humor?
—En general creo que se puede hacer humor con cualquier cosa y también creo que cualquiera se puede enojar por eso. Yo soy bastante respetuoso y hago salvedades por demás, porque no me interesa inquietar a nadie. Cuando me mando una cagada pido disculpas.
Los años.
Sin lugar a dudas la televisión fue el medio por el cual Dady Brieva se convirtió en un nombre muy conocido a este lado del Río de la Plata. Su trayectoria en las pantallas porteñas empezó en 1992 con Siempre es difícil volver a casa y siguió con personajes recordados en éxitos como Gasoleros y El sodero de mi vida. "Me parece que uno tiene la televisión que supo conseguir. Si digo la que se merece sería injusto para algunos que luchan por tener otra televisión. Uno tiene la televisión que tiene, como tiene la mujer que tiene y los gobiernos que tiene. A mí me parece que la televisión tiene que entretener y que si uno quiere tener un conocimiento más amplio tiene que leer libros".
En la televisión, el comediante también formó pare, en 2006, del popular programa Bailando por un sueño, conducido por Marcelo Tinelli. Coach de bailarines de aquel programa era Mariela Anchipi, su actual pareja, con quien se casó a fines de 2012 y tiene un hijo, Felipe, nacido en 2010, y una hija, Rosario, nacida en 2013. Anteriormente, Brieva también estuvo casado nada menos que 28 años, entre 1980 y 2008, con Evelia Duarte, junto a quien también tuvo dos hijos, Bruno y Franco.
Pero Brieva también tiene un amplio recorrido en cine: coprotagonizó Incorregibles (2007, Rodolfo Ledo) junto a Guillermo Francella y también se desempeñó como actor de voz para la superproducción de Disney y Pixar Cars (2006), doblando la voz del personaje principal, Mate, algo que también hizo en Isidoro: La película (2007) con Isidoro Cañones.
Después de terminar la gira por Uruguay con su unipersonal, Brieva retornará a Argentina para comenzar el 4 de mayo con el rodaje de Ciudadano ilustre, película dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat (El hombre de al lado), donde actuará junto a Oscar Martínez.
Y por si a la inquietud artística de Brieva le quedaba un rincón más por explorar, lo hizo con su incursión como conductor radial. Actualmente lo hace en Radio América con un programa que lleva el mismo nombre que tiene su unipersonal, donde entrevista desde figuras políticas hasta artistas, en un rol que hasta hace un tiempo no era el acostumbrado pero en el que ahora se lo ve muy cómodo. Para Brieva, como en otros terrenos, la clave en la radio parece estar ante todo en su capacidad de ponerse en el lugar del ciudadano común y desde esa posición desarrollar todo lo demás. "Una de mis frases de cabecera es: no hay peor cosa disimular un pedo", dice. "Siempre me paro desde el lado de la tribuna y del no saber. Hoy por hoy hay mucho periodismo que hace gala de su conocimiento. Preguntan y no les interesa lo que se contesta. Yo pregunto como pregunta mi tía. Me gusta preguntar para saber, no para que otros digan qué bien que está preguntando o para poner en aprietos al entrevistado. Siempre me paro desde el lugar de lo que siento y eso es imbatible".
Desde el barrio hasta el escenario.
Nacido el 5 de marzo de 1957 en Santa Fé, Rubén Enrique Brieva, mejor conocido como Dady Brieva, creció en el barrio Villa María Selva. Hincha fanático de Colón de Santa Fé, se convirtió en actor en contra del deseo de su padre, coronel y peronista, que, como el mismo Brieva acreditó en varias entrevistas, decía que el mundo artístico era "cosa de maricones". Fue empleado administrativo de un ente público hasta que a inicios de los años 80 se unió a Miguel Torres del Sel y Darío Chino Volpato para formar así el trío cómico y musical Midachi, con el que se haría conocido en la región. Estuvo casado 28 años con Evelia Duarte (con quien tiene dos hijos) y desde 2012 está casado con la coach de baile Mariela Anchipi, con quien tiene otros dos hijos.
Un formato de gran éxito.
De la mano del humor y la música, Brieva logró sus desempeños más destacados junto a los Midachi. En solitario, DadyMan: Recuerdos de barrio es sin lugar a dudas su más importante paso. Con este formato, con el que está actualmente girando por el interior argentino y con el que llegará a Uruguay a mediados de abril, se presentó en el histórico Teatro Ópera de Buenos Aires, lo que impulsó su idea de continuar con el show en otros escenarios. Todavía no están confirmadas las fechas exactas de sus presentaciones ni en el Palacio Peñarol ni en el resto de los departamentos, aunque serán sí entre el 15 de abril y fin de ese mes, cuando regrese a Argentina.
Drogas: "He sobrevolado los tachos de basura"
Recientemente, Brieva ofreció una entrevista con la revista THC, especializada en temas de drogas y difusión de información al respecto. En un polémico reportaje que fue tapa de la edición, el actor se refirió al tema de las drogas y no dudó en asegurar que probó varias (menos inyectables) y que no piensa ir en contra de su hijo si en determinado momento éste piensa en cultivar plantas de marihuana.
Consultado por El País sobre este tema, en discusión en Uruguay, Brieva volvió a afirmar su posición. "Yo soy muy amplio en general. Creo que a los hijos hay que acompañarlos. No creo en las prohibiciones en general. He sufrido una dictadura militar, he sido militante desde los 16 años, mi papá era comisario de la policía, así que sé de qué se tratan las prohibiciones y sé que nunca han funcionado. Yo he tenido caballos de carrera y he ido a Maroñas: siempre le redoblo la apuesta al perdedor como teoría de vida. Los adolescentes y los jóvenes tienen que probar todo lo que les llame la atención, como nos ha pasado a todos. Yo te diría que en un gran porcentaje todo lo que me ha llamado la atención lo he probado, y he sobrevolado los tachos de basura".

Dady BrievaGONZALO PALERMO