Tangos malditos y en lunfardo

2007-08-16 00:00:00 300x300

FABIÁN MURO

El músico argentino se presentará esta noche en Montevideo, una ciudad de la cual guarda recuerdos que lo acompañan desde los doce años, cuando volvía a su casa en compañía de su primera novia.

"La primera vez que lloré escuchando una canción fue con Volver. Fue volviendo a Buenos Aires desde Uruguay. Era chico, tenía 12 o 13 años y volvía de una vacaciones con una novia, la primera que tuve. Escuché Volver cuando tomamos el ferry de vuelta. Fue una emoción muy grande y me quedó grabada en el corazón. Ahora, siempre que vuelvo de Montevideo me acuerdo de eso".

Eso escribió Melingo hace dos años, cuando el diario argentino Página 12 le pidió que eligiera su canción favorita. Muchos todavía siguen asociando el nombre de Melingo al rock, algo bastante comprensible, dado su pasado como integrante de Los Abuelos de la Nada (junto a Andrés Calamaro, Miguel Abuelo y Cachorro López, entre otros) y el grupo que acompañó la mejor época de Charly García.

El cantante y compositor también fundó una banda de rock que aún sigue resonando en círculos de entendidos y melómanos, Lions in Love, cuando vivía en España. Pero el tango siempre estuvo presente en la vida de Melingo. En el mismo artículo del diario argentino, el músico contaba que en su casa siempre se cantó, bailó y recitó tangos: "Mi abuela cocinaba silbando tangos y en cada cena, mi tío mayor, `El poeta del Parque de los Patricios` recitaba un acróstico para un tanguero (tomaba el nombre en sentido vertical y le hacía un verso)".

Es conocido, también, que su madre estuvo casada con uno de los representantes de Edmundo Rivero, una de sus mayores influencias artísticas y que él, en otra entrevista, dijo haber desaprovechado de joven: "Cuando lo conocí, en los 60, no me caía bien el tango. En esa época, el tango era amargo".

PA`L ARRABAL. Melingo se largó como autor e intérprete del género en 1998, con el disco Tangos bajos. El repertorio integraba canciones asociadas a la trayectoria de Rivero y composiciones propias, además de estrechar el vínculo artístico entre Melingo y Luis Alposta, poeta e integrante de la Academia Porteña del Lunfardo (también es médico y el autor de un diccionario de homeopatía).

La colaboración con Alposta continuó en Ufa! (2003), en tres canciones que algunos denominan "la trilogía del terror": Tango del vampiro, Jack the ripper y Sin enroque (en ese disco, además, Melingo versionaba a Alfredo Zitarrosa, cantando El violín de Becho).

Luego, vino el recopilatorio Santa Milonga (2004), una edición pensada para el mercado europeo que juntaba temas de los dos primeros discos con el agregado de dos canciones inéditas, y también hay colaboraciones entre Melingo y Alposta en el nuevo Maldito tango, un álbum que saldrá a la venta en estos días y que lo confirma como referente tanguero y actual, no solo en Argentina sino también en algunos países europeos, como Francia, España y Suecia, donde ha realizado varias presentaciones.

Además de haber conocido a su primera novia en Uruguay, la relación de Melingo con este país se ha reiterado a lo largo de los años. Vino junto a Los Ramones del Tango, el grupo que lo acompaña esta noche en el Central, hace unos años al desaparecido boliche El Ciudadano, cuando había editado Ufa!. En esa banda militaba entonces Cristóbal Repetto, cantante que luego iniciaría una carrera solista con un primer y muy recomendable disco producido por Gustavo Santaolalla.

La última vez que estuvo en un escenario montevideano fue hace dos años, en la Sala Zitarrosa, para presentar el espectáculo Santa milonga, en la que estuvo junto a Alposta pero sin Los Ramones del Tango. En esa ocasión, Melingo le decía a El País: "Para mí es muy importante. Mi padrastro era el manager de Rivero y de niño me acuerdo de algunos encuentros con `El Feo`, encuentros que me quedaron grabados por varias razones, una de ellas que metía miedo (ríe). Y cantar junto a alguien que escribió letras para Rivero... es como que se completara un círculo del destino".

También estuvo en el Solís junto a Luciano Supervielle, cuando éste presentó su único disco solista, en el cual Melingo grabó, junto a Repetto, el homenaje a Rivero Leonel el feo: "Siempre me han recibido muy bien en Montevideo. Creo que se estableció un vínculo de complicidad entre la audiencia montevideana y yo", decía hace dos años.

A casi una década de su debut discográfico como autor e intérprete tanguero, Melingo sigue sosteniendo que el rock no es un capítulo cerrado. Ni el rock ni ningún otro género. "Yo soy músico. Nunca me sentí rockero, la verdad. Y en el tango soy un humilde aprendiz", comentaba cuando estuvo por Montevideo la última vez. Sus proyectos posteriores respaldan sus desprejuicios musicales: ha grabado junto a Turf y León Gieco, participó en la versión que hizo Vicentico de Ayer -una canción de Tangos bajos-para Los pájaros, el más reciente trabajo del ex-Fabulosos Cadillacs. También participó en proyectos más oscuros y difíciles de definir, como el primer y único disco de Marcelo "Cuino" Scornik, poeta y letrista de algunas de las más bellas melodías de Calamaro, como Estadio Azteca y Rumbo errado.

Luego de un período en el cual prescindió de Los Ramones del Tango, el argentino rearmó la banda y hoy estará acompañado por Mario Roberto del Cueto, Rodrigo Martín Guerra, Santiago Fernández y Patricio Cotella. El comienzo del recital en el Central está marcado para las 21 horas y las entradas tienen dos precios: $ 365 con derecho a sentarse y $ 265 "de dorapa", como diría Melingo, tan afecto al lunfardo.

Tres colegas en la ruta al arrabal

Litto Nebbia

Más allá de ser una figura de la primeras épocas del rock argentino, Nebbia no sólo tiene discos de tangos propios, como Nebbia canta Cadícamo, sino también fundó el sello discográfico Melopea, que editó a muchos artistas del género.

Andrés Calamaro

El rockero incursionó con el género en discos como Honestidad brutal (Naranjo en flor) y El salmón (Cafetín de Buenos Aires) hasta que se dio el gusto de grabar un álbum íntegramente tanguero: Tinta roja, que fue editado el año pasado.

Fernando Samalea

El actual baterista de Gustavo Cerati y ex de Charly García también es bandoneonista y tiene una discografía en solitario de tango contemporáneo que ya va por su noveno título. Uno de ellos, Fan, con participación de Luciano Supervielle.

Con la ayuda de los gomías

Por lo que ha trascendido, el nuevo trabajo de Daniel Melingo ya no parece un asunto principalmente para iniciados. Si Tangos bajos y Ufa! fueron producciones de bajo perfil con olor a "independiente" y Santa milonga estuvo pensado como un producto para exportación, el cuarto título en la discografía tanguera del músico viene con las palabras "Apuesta Importante" implícitas.

Un repaso a la lista de invitados de Maldito tango sustenta la suposición de que Melingo apunta cada vez más alto. En el nuevo trabajo del ex-Abuelos de la Nada y Los Twist participan varios de los más notorios rockeros argentinos, además de algunas figuras menos sujetas a un estilo en particular, como el actor y músico Horacio "Negro" Fontova. Está, casi previsiblemente, dada la pasión que los une por el tango-canción y por una historia compartida, Andrés Calamaro. También figura en los créditos del nuevo álbum Vicentico, que devuelve la gentileza cuando Melingo grabó una versión de Ayer en el disco Los pájaros. Además de Vicentico, hay otro ex-Fabulosos Cadillacs en Maldito tango: Flavio Cianciarullo. El bajista y compositor de figura redonda es fanático a tal punto del tango que bautizó a su primer hijo Astor. Por ahí también aparece otro viejo compañero de Melingo, de las primeras épocas: Pippo Cipolatti, que hace unos años hizo un triste papel en los programas de chimentos argentinos. El guitarrista de Los Redondos, Skay Beilinson, también aporta algo para el nuevo proyecto de Melingo, además de Christian "Pity" Alvarez, el toxicómano vocalista y front-man de la banda Intoxicados.

Se dice de mí

Luciano Supervielle: Tecladista, integrante del grupo Bajofondo

Conocí su música cuando ya había empezado a transitar por el tango. Sabía que había estado con algunos de los más importantes argentinos, pero no fue por ahí que le entré. Luego lo conocí personalmente, cuando estuve viviendo en la casa de Fernando Samalea, en Madrid. Obviamente, me gusta mucho y él grabó en mi disco solista. Si hay algo que pueda denominarse Nuevo Tango, Melingo es uno de sus auténticos exponentes. Ni Bajofondo, ni Gotan Project, ni ninguna de esas expresiones. Pero él sí".

Mónica Navarro: Cantante de tangos con raíces rockeras

Para mí, fusiona el tango y el rock de una manera muy personal. Lo ves y parece el cantor de una orquesta de los años 40 o 50. Recrea desde hoy esa imagen en una teatralización, actúa muy empilchado, como un `Varón del Tango`. Me gusta como intérprete. Puede que haya gente que dice que canta mal, pero eso es una pavada. Por ahí, tal vez no tiene una gran voz, pero sí tiene algo para expresar. Si tenés algo bueno para dar a conocer, la voz es el conducto, punto.

Néstor Vaz: Bandoneonista que lidera un quinteto de tangos

Es un cantor, un atípico y viene de un lado que no es el que más me gusta, pero me parece que es un artista respetuoso del género y honesto. No es un subido a ningún carro, hace bastante que viene desarrollando una carrera dentro del tango. Que haya logrado permanecer en un medio tan exigente como el porteño demuestra que encontró un público que se idenfica con su música. Además es un creador, y todo aporte al tango hecho así, con honestidad, es para valorar".

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