MATÍAS CASTRO
Hay una foto que circula por Internet que muestra a Shakira, de espaldas a la cámara, rascándose en cierto punto cuyo nombre no daremos. No es una foto linda, no es nítida tampoco y aparte de lo raro del asunto tampoco aporta mucho. Pero nos da un dato claro: no hay donde esconderse ni cómo rascarse con tranquilidad cuando se es una superestrella de la música. Todo lo que hace, como ocurre con muchas otras figuras, está constantemente bajo la lupa y es espiado por medios de todo el mundo.
El domingo pasado, por ejemplo, tras su recital en Punta del Este, pasó unas horas con Antonio de la Rúa y su familia en su chacra. Él cumplía años, motivo de la reunión y de la presencia de ella. Ambos había anunciado tiempo atrás que se separaban luego de una relación de once años, cosa que oficializó los rumores que se manejaban sin pruebas. Poco después aparecieron fotos y más pruebas de que ella estaba saliendo con el futbolista Gerard Piqué.
Según la información oficial del hotel Conrad, la visita de Shakira a la chacra fue breve y a las tres de la madrugada se tomó un avión privado hacia Paraguay. Si eso es lo que verdaderamente ocurrió no hay mucho lugar para las conclusiones que algunos sacaron (y tampoco hay elementos para pensar otra cosa). Pero lo cierto es que eso hizo nacer la idea de que se habían reconciliado.
"Shakira y Antonito nuevamente juntos", decía un titular en la página Primicias Ya. Y, ciertamente, estaban nuevamente juntos. Pero esto no quiere decir que estén otra vez de novios ni nada por el estilo. El pie para esto es que cuando oficializaron su separación dijeron "nos estamos tomando un tiempo aparte en nuestra relación amorosa aunque hemos continuado trabajando juntos, en permanente contacto y lo hayamos mantenido hasta ahora en reserva". En estos casos conviene cuidar cada palabra que se dice porque todo podrá ser utilizado en contra de uno. Hasta la foto de una pequeña rascada.