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El jueves se estrenó la tercera y última temporada de Luis Miguel: la serie, por lo que la vida del cantante mexicano es otra vez tema de conversación de la prensa y de los fanáticos.

En esta temporada final, protagonizada como siempre por Diego Boneta, se abordan distintos aspectos de la vida del Sol de México. Su romance con Mariah Carey, los desencuentros con sus hermanos, la estafa de su mánager Patricio Robles (un personaje ficticio) y, más cerca en el tiempo, un nuevo reencuentro con su hija, Michelle Salas, y una demanda laboral son parte de los asuntos desarrollados.

Para salir de esa demanda, de hecho, es que Luis Miguel habría aceptado —tal como se relata en la serie— que se hiciera una producción sobre su vida. La génesis de este proyecto que el público latino abrazó, también es contada en los seis episodios definitivos.

Con la información más concentrada que nunca —la tercera es la temporada más corta de todas—, muchos de los hechos que aparecen en este desenlace no ocurrieron en la vida real, o están muy lejos de la versión presentada ante la audiencia. Quizás por eso, el hermético Luis Miguel, el de la vida real, decidió romper el silencio y hacer una aclaración.

Este domingo, en su cuenta de Twitter, Luismi, que no tiene actividad alguna más allá de las publicaciones promocionales, dejó un mensaje breve pero contundente. "La serie de Netflix es ficción. No es 100% verdad. Basada en hechos reales", redactó.

¿Algo le molestó particularmente? ¿Por qué Luis Miguel sintió, recién ahora, la necesidad de salir a hacer esta aclaración? ¿Habrá atendido reclamos personales? Es probable que ninguna de esas preguntas encuentre su respuesta, a juzgar por la vida que lleva el artista, lejos de las declaraciones a la prensa y de la exposición.

Pero Luis Miguel: la serie siempre se promocionó como la versión oficial, así que por más ficcionalizada que esté, será lo más cercano a la verdadera historia de Micky que el público conocerá. Al menos por ahora.