Una noche, como cualquier otra, Verónica Marín y Marta Salazar desaparecen. Las jovenes de poco más de 16 años y con vidas tan comunes como las que puede dar un pueblito de la Costa del Sol española, son buscadas por familiares y uniformados de la zona.
Así inicia Dos tumbas, la miniserie policial española de solo tres episodios que estrenó Netflix y es una de las producciones más esperadas del mes. Motivos no faltan, una trama policial, un elenco de caras conocidas, y una tríada de guionistas de peso.
Está escrita por Jorge Díaz, Agustín Martínez y Santos Mercero, los tres escritores que firman en conjunto sus libros como Carmen Mola, una identidad secreta que se reveló en 2021 cuando ganaron el premio Planeta por la novela, La bestia.
Dos tumbas es la primera serie que escriben juntos desde el premio.
Días después de la desaparición aparece el cuerpo de Marta, atrapado en una red de pescadores y con señales de violencia, pero de Verónica no hay rastros. La policía investiga, pero luego de dos años no hay mucho más que hacer. Otros casos, y otros temas generan más atención, relegando la desaparición de la joven al olvido.
“Sargento, no se puede vivir así, sin saber nada”, dice Isabel, la abuela de Verónica, interpretada por la magnífica Kiti Mánver, quien fuera “chica Almodóvar” y ha formado parte de éxitos como Velvet, Gran Hotel y La casa de papel. Aquí vuelve a compartir elenco con Álvaro Morte y Hovik Keuchkerian, o sea “El Profesor” y “Bogotá” de la icónica serie de Alex Piña y Ester Martínez Lobato.
“Hemos hecho todo lo posible” le dice el sargento a cargo del caso a esta abuela que se niega a olvidarse, y no tiene miedo de investigar ni de ensuciarse las manos para conocer la verdad y hacer justicia.
El camino la lleva a Isabel a un espiral de violencia para conocer los últimos momentos de su querida nieta, con algún guiño a la Misery de Stephen King incluído.
Su hijo Antonio, interpretado por Keuchkerian, dirige un restaurante que tiene algunos problemas económicos y no quiere sumarse más dolores de cabeza intentando hacer lo que la policía no pudo.
Pero Isabel está decidida con su propósito, incluso si tiene que recurrir a Rafael Salazar (Morte), el padre de Marta y que dirige algunos negocios turbios de la zona.
“No tengo intención de pasar página”, dice la abuela a su hijo y su otra nieta, quienes intentan seguir con sus vidas. Pero Isabel no puede dejar de pensar en su nieta, lo que se convierte en una obsesión, y la llevará a conocer un costado desconocido de ese pueblito de Málaga de apariencia idílico, como de sus vecinos, y ella misma.
Que la protagonista de este policial sea una abuelita que todavía recibe alumnos, es profesora de piano, en su casa, no es cuestión del azar. Agustín Martínez, quien firma como creador de la serie, comentó a El País de Madrid que la intención fue plantear un thriller con un personaje poco habitual para estas historias. Una señora canosa con cara de bonachona, sale de lo esperado.
“Las series son, cada vez más, el territorio de lo concreto. Como novelista puedes entrar en alguna que otra digresión, pero en la serie más vale que seas concreto, que sepas muy bien qué quieres contar y no marear al espectador con ninguna tontería. Tenemos clarísimo que tenemos que agarrar al espectador de la pechera y no soltarlo hasta que acaba la serie. Es el primer mandamiento del guionista: que el ritmo no decaiga, no aburrirás”, dijo Mercero en la entrevista.
Con una carrera que abarca varias décadas como guionistas de televisión (han sido responsables de Hospital general, La caza: Monteperdido y Sin tetas no hay paraíso, entre otras series), el trío consolidó su estatus como celebridad en 2021, cuando se conoció que eran los nombres detrás del seudónimo Carmen Mola que había saltado a la fama en 2018 con la novela policial La novia gitana, cuya serie y secuela están disponibles en el streaming NSNow de Nuevo Siglo.
Conociéndose por tanto tiempo, y habiendo escrito libretos para televisión como novelas, no fue complicado armar esta miniserie para Netflix.
“Es el mismo sistema siempre”, comentó Díaz sobre el proceso de escritura de Dos tumbas: “Hay unas reuniones donde diseñamos la temporada entera, los puntos de giro importantes, el ritmo, el tono… Y después cada uno se pone con su parte y todo pasa por el coordinador. En las novelas sustituimos esa figura por la de las relecturas y reescrituras cada uno de lo que han hecho sus compañeros”.
Ya sea en series o libros, como Díaz, Martínez y Mercero, o Carmen Mola, lo que se mantiene inalterable es el género policial y de novela negra sobre la que se asientan las tramas, lo que se ha convertido en el sello del trío español.
“Y dentro de eso, los giros y un retrato de la violencia, en este caso por medio de la venganza”, comentó Mercero del diferencial de Dos tumbas con respecto a sus anteriores producciones.
En tres episodios de una hora, donde no sobran subtramas innecesarias ni minutos, se cuenta cómo esta abuela justiciera sale en busca de respuestas, mientras ese pueblo costero en el que siempre vivió comienza a revelar algunos secretos, y aquellas personas que pensaba conocer, muestran sus peores caras y miserias.
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