(BASADO EN AGENCIAS)
La película tailandesa "El tío Boonmee, que no puede recordar sus vidas anteriores", una fábula budista del realizador Apichatpong Weerasethakal, ganó ayer la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes.
Coproducido por España, este film, que tiene imágenes muy bellas, cuenta la historia de un hombre que decide pasar sus últimos días en la selva, donde se le aparecen el fantasma de su esposa muerta y el de su hijo desaparecido, éste transformado en un gran mono negro.
Premiado en el 2001 en la sección Una Cierta Mirada de Cannes por Tropical malady, su segundo largometraje, el cineasta, muy apreciado por cinéfilos, dijo en que una de las inspiraciones para su nueva película fue su región natal, en el Norte de Tailandia, "con su vegetación, sus montañas y algunas de sus creencias animistas". Y otra fue México, donde ha viajado dos veces. "En algunos lugares de México se siente que el tiempo se detiene. Los relojes se detienen y suceden cosas inexplicables para la ciencia. Por eso México es un país con el que un tailandés como yo puede identificarse totalmente", dijo el realizador.
"Creo en la transmigración de las almas entre los hombres, las plantas, los animales y los fantasmas", dice Apichatpong Weerasethakul. "Además, me he interesado (en Tío Boonme) por los procesos de destrucción y extinción de las especies y culturas. Estos últimos años en Tailandia, el nacionalismo azuzado por los golpes de Estado, ha provocado confrontaciones de orden ideológico", añadió.
El segundo premio más importante del festival, el llamado Gran Premio, fue para el director francés Xavier Beauvois por el drama Des hommes et des dieux, basado en la verdadera historia de siete monjes franceses decapitados durante la guerra civil de Argelia en 1996. El mismo jurado otorgó su segundo premio especial a la película Un hombre que grita, del chadiano Mahamat-Saleh Haroun. Era la primera película africana en competición desde hace 13 años. Un hombre que grita, que debe su título al poeta martiniqués Aimé Cesaire -"un hombre que grita no es un oso que baila"- viene a resumir la esencia de la tragedia del Chad y su guerra civil a través de una pequeña historia familiar. Bardem, quien ganara un Oscar por Sin lugar para los débiles, ahora compartió su premio a la interpretación masculina por su retrato de un padre agonizante en Biútiful, del director mexicano Alejandro González Iñárritu. El otro actor premiado, también por la interpretación de un padre en crisis, fue Elio Germano, protagonista de la película La nostra vita, dirigida por Daniele Luchetti, un drama sobre un viudo con tres hijos.
Juliette Binoche, quien ganó un Oscar por El paciente inglés, recibió ayer la distinción a la mejor actriz por la historia críptica de amor Certified copy, dirigida por el maestro iraní Abbas Kiarostami, un habitual asistente del festival francés donde además ya había conseguido una Palma de Oro en 1997 con El sabor de las cerezas.
Nunca como este año Cannes estuvo tan enraizado temáticamente en los problemas que afectan al mundo, como la guerra en Irak y la crisis económica global, entre otros. Esos temas, además del fundamentalismo religioso, las luchas armadas revolucionarias y la violencia del hombre contra seres humanos y animales, abundaron en competición y fuera de ella, en la reseña oficial y en las distintas secciones paralelas.
Incluso la situación iraní figuró en primer plano cuando el festival invitó como jurado al cineasta Jafar Panahi con la esperanza de que las autoridades de su país lo liberaran. Panahi está encarcelado desde el 1º de marzo, acusado de conspirar contra el régimen con la ayuda de gobiernos extranjeros. Hoy Panahi está en su séptimo día de huelga de hambre.
Los otros elegidos por el festival
El francés Mathieu Amalric se llevó el premio a la mejor dirección por "Tournée", interpretada por cinco voluptuosas artistas nudistas norteamericanas. Conocido en el extranjero sobre todo como actor, Amalric retrata a las bailarinas de striptease de gira (la "tournée" del título) por Francia, dirigidas por un promotor maniático con más pasado que futuro, interpretado por el mismo realizador. El premio del guión fue concedido a la muy elogiada "Poetry" (Poesía), del surcoreano Lee Chang-dong. El cineasta, que regresaba a Cannes tres años después de la galardonada "Secret Sunshine", presentaba un retrato intenso y emotivo de una abuela que encuentra en la poesía una manera ideal de evadirse.
La mexicana "Año bisiesto", primer largometraje del director australiano Michael Rowe, presentada en la Quincena de Realizadores, ganó la Cámara de Oro. Describe la soledad de una joven indígena de Oaxaca en la capital federal. De hecho, transcurre prácticamente en su domicilio, donde esta periodista modesta practica con regularidad el sexo con desconocidos con la pretensión de encontrar compañía. El film está protagonizada por un dúo soberbio, Mónica del Carmen, actriz que debutó en "Babel", y Gustavo Sánchez Parra, el "malo" de "Amores perros".
Las actrices argentinas Victoria Raposo, Eva Bianco y Adela Sánchez, protagonistas de "Los labios", de Iván Fund y Santiago Loza, fueron galardonadas en la sección oficial Una Cierta Mirada.
La española "Todos vós sodes capitáns", primer largo del gallego Oliver Laxe, recibió el Premio FIPRESCI de la crítica internacional. Presentada en la Quincena de Realizadores, es un curioso experimento en blanco y negro desarrollado en Tánger con niños de un centro social.