Winnie Pooh ha vuelto a los cines con su quinto largometraje y las críticas coinciden en sus elogios. El hecho no ha pasado desapercibido por tratarse de una producción infantil habitualmente ignorada por la crítica.
Winnie Pooh disfruta a su propio ritmo de la vida y sus amigos en el Bosque de los Cien Acres, por lo que su nueva película no pudo llegar en un momento mejor a los cines. Es la alternativa ideal para esos filmes brillantes llenos de efectos especiales que han acaparado las salas de cine a mitad del año. No se excede en trucos generados por computadora y, afortunadamente, no está en 3D.
Simplemente son 68 minutos de satisfacción pura y dulce como la miel, señala la cronista Christy Lemire, de la agencia The Associated Press.
Como su origen son las historias para niños de A. A. Milne, Winnie the Pooh (Winnie Pooh) esta dirigida naturalmente a los más pequeños con sus personajes tiernos y sus agradables tonos en acuarela, pero no impide que los adultos la disfruten. Al contrario, los grandes podrían interesarse más y quizá llegar hasta las lágrimas.
Winnie the Pooh también es muy divertida, hay mucha torpeza en ella y el ímpetu en las aventuras de Winnie, Tigger, Piglet y sus amigos lleva en una bufonada total. Al mismo tiempo da un aire de nostalgia, de memorias de la infancia y de los tiempos en los que todo era más sencillo. La primera secuencia de la película muestra versiones de felpa de todos los personajes queridos disfrutando del sol y la quietud en la habitación de un niño, la de Christopher Robin para ser exactos, lo que nos recuerda que estas historias surgen siempre de la imaginación de un pequeño.
Esas imágenes representan bien el trabajo que se buscó en la película. Los directores Stephen Anderson y Don Hall regresaron a la animación hecha a mano y a la estructura narrativa de las películas originales de Winnnie.
También se comunican directamente con el público recordándole que la fuente de la historia es literaria. Los personajes saltan de una página a la otra, juegan sobre renglones y ven como caen letras alrededor de ellos.
En otro momento, cuando Búho cuenta un relato delirante sobre un misterioso monstruo en el bosque, al tiempo que dibuja en un pizarrón, sus dibujos cobran vida en un tipo de animación completamente distinta. La belleza está en que es una animación elaborada e imperfecta al mismo tiempo, con esas líneas multicolores de gris que casi hacen ver polvo volando frente a la pantalla. En las escenas musicales, que no podrían faltar en una película de Winnie, los ritmos y la letras crean una energía hipnotizante. Los chicos se divertirán con la música y los adultos reirán con las cosas que cantan los animales.
Efectivamente, cada personaje se mantiene en su irrompible burbuja de humor: Búho siempre es arrogante, Piglet siempre tiene miedo, Tigger es un hiperactivo, pero todos logran brillar. Los habitantes del Bosque de los Cien Acres destacan mejor cuando están en problemas, incluyendo un gran enredo como el que desata la historia en esta película. Sin duda es la cinta perfecta para llevar a los chicos al cine por primera vez reseñaba la cronista de Associated Press.
Para A. O. Scott, editor del New York Times, una de las mejores cosas de la película es que "no se trata de Cars 2". La comparación que realizó el periodista se explicaba diciendo que Winnie the Pooh no es larga ni ruidosa ni en 3D. Y, además, el hecho de que no incluye referencias adultas de la cultura pop es, para el crítico, un punto a favor. "En lugar de eso está cómoda consigo misma y confiada en su capacidad para entretener y seducir a los más jóvenes".
"Así que es bueno ver a Pooh otra vez en el cine junto a Tambor, el Búho y Eoyore", continuaba diciendo Scott. "También es bueno descubrir un nuevo camino hacia la vieja pero clásica historia del oso. Winnie the Pooh tal vez no sea una película que los adultos busquen por su cuenta, pero los dejará celosos del disfrute de los de 4 años que vean al noble oso por primera vez".
BASADO EN AGENCIAS
Pixar deja la animación para adaptar "John carter"
Los estudios Pixar, que son los más famosos en el mundo de la animación infantil digital, cambiaron de rubro para su próxima película: "John Carter". Basada en la novela "Una princesa de Marte", de Edgar Rice Burroughs (creador de Tarzán), trata sobre un veterano de la guerra, el exmilitar capitán John Carter interpretado por Taylor Kitsch, quien es transportado hasta Marte donde se verá inmerso en un conflicto de proporciones épicas con los habitantes del planeta. Entre los personajes que conocerá se encuentran Tars Tarkas (interpretado por Williem Dafoe) y la Princesa Dejah Thoris (Lynn Collins). El director de la película es Andrew Stanton, ganador del Oscar por su dirección de "Buscando a Nemo" y "Wall-E". La fecha de estreno prevista para este film, que será una aventura familiar, es marzo del año próximo, pero ya se puede encontrar en la web el primer "teaser", es decir, video que avanza e insinúa cosas de la película. El proyecto estaba en gestación desde hace cinco años, cuando estaba en manos de Kerry Conran el realizador de la aventura retro "Capitán Sky y el mundo del mañana".