Matías Castro
La serie de "El juego del miedo" se ha convertido en la franquicia proporcionalmente más lucrativa (Batman, por ejemplo, recaudó más, pero costó mucho más). En ellas Tobin Bell ha saltado a la fama como un villano con cáncer, que crea complejas y truculentas trampas. Vuelve el viernes con el quinto film.
Hablar por teléfono con Tobin Bell impresiona. Tiene exactamente la misma voz que usa para su personaje, el complicado asesino Jigsaw en la serie de películas El juego del miedo. Sucesor de Freddy Krugger, Jason Vorhees y otros, aunque con mayor determinación y una voluntad de castigar a personas "malas" con mucho sadismo e ingenio. Parece un tipo serio, tanto como su personaje. Es difícil imaginar a Bell con su esposa y dos hijas, abriendo regalos junto al árbol de Navidad en Nueva York, ciudad donde nació y vive. Hijo de una actriz británica, alumno de Ellen Burstyn, dice no ser un aficionado al cine de terror. Irónico. Comenzó como extra en Tootsie (1982), hizo decenas de papeles menores en televisión en series como Los Soprano, Archivos X, E.R. y 24, roles secundarios en películas notorias como Buenos muchachos y Fachada, hasta que finalmente dio con el personaje que lo convirtió en estrella. A pesar de que Jigsaw murió en la tercera película, asegura que todavía puede haber mucho más.
-¿Sientes que sos el Freddy Krugger para esta generación.
-No. Por empezar, no tengo mucha idea sobre Freddy Krugger, pero sé quien es. ¿Es el tipo de Martes 13?
-No, es el de Pesadilla.
-Ah, claro. No he visto estas películas, ni las de Jason o de Leatherface, aunque sé de qué me hablás obviamente, porque la gente me pregunta todo el tiempo por estos temas. Jigsaw se ha convertido en un icono del cine de terror y eso está totalmente fuera de mi control. Por empezar John Kramer, más conocido como Jigsaw, es un ser humano que tiene su propia agenda de asuntos a tratar, y que cree en lo que hace. No se ve a sí mismo como una mala persona, solamente ha llegado a sus conclusiones, así como tú has llegado a las tuyas. Él tiene sus quejas y hace algo al respecto. Y el tema del icono de terror tiene más que ver con el marketing y el éxito de las películas que conmigo como actor. Ciertamente creé al personaje, y si me preguntas estoy feliz del estatus que ha alcanzado. No tengo ningún control sobre la forma en que esto se percibe.
-¿Por qué no te interesa el género de terror?
-Cuando era chico no me gustaba asustarme en las películas y tener que taparme los ojos en el cine. No es lo que más me gusta ahora. Pero hay otros a los que realmente les gusta. Puedo entender que si vas a ver una película de terror, tenés más cosas por tu dinero. No solamente vas a intelectualizar la película, sino que tendrás una experiencia visceral. Me he encontrado con gente que me dijo que ver un film de terror es una experiencia física. No es como una comedia romántica. Y por mi parte, aunque el terror no es mi género favorito para actuar, encuentro que hay excelentes películas de terror, como Alucinaciones del pasado y La zona muerta. En ésta, la actuación de Christopher Walken era lo mejor, sin ella no quedaba nada. Creo que en una película de terror puedes lograr tantas cosas como en cualquier otro género, si estás dedicado de verdad al guión. Durante años los productores se han enfocado en los efectos y no en la escritura.
-¿Qué te atrajo del proyecto de "El juego del miedo 1"?
-Era como una obra de teatro para tres personajes. Cuando leí el guión me maravillé de que se trataba de tres tipos encerrados en un cuarto, era muy teatral, y eso no lo ves a menudo. Y aún cuando el tipo muerto en el piso no se movía, tenía tanto peso dramático como los otros dos. Hice la película, sobre todo, por la vuelta del final. Me imaginé que sería uno de los grandes momentos de la historia del cine de terror. Y también me interesaba trabajar con Danny Glover.
-¿Sabías que el personaje iba a evolucionar?
-No tenía ni idea. No sabía qué iba a pasar con Jigsaw después del final de la primera película, y no creo que nadie más lo hubiese sabido en el momento. El éxito de la primera fue lo que motivó a expandir la historia. En general, los productores esperan a ver el resultado de una película para decidir si quieren continuar y cómo quieren hacerlo.
-¿Qué diferencias encuentras entre el trabajo con Darren Lynn Bousman, que hizo de la segunda a la cuarta película, a ser dirigido por David Hackl en esta quinta?
-Con Darren generamos una buena relación. Lo bueno de su forma de trabajar es que toma las buenas ideas de todos los del equipo y las pone en acción. Es enérgico en ese sentido. David Hackl diseñó los escenarios de las tres películas que Darren dirigió. Es un tipo muy visual, tiene la sensibilidad de un pintor. En las anteriores películas había ayudado mucho a la hora de concebir los escenarios y los ambientes en los que se mueven y viven los personajes. Tiene mucho interés en lo que los actores pueden decir y saber qué aportan a eso.
-¿Nunca sentiste que fueron demasiado lejos con el sadismo de las películas?
-Vivimos en un mundo violento. Como artista debo ver esto: si algo existe en la naturaleza humana, mi responsabilidad como pintor, escultor, actor o lo que sea, es intentar representarlo. La decisión de ver eso, de dejar que tus hijos vayan al cine a ver la película, es de los otros. Lo que yo intento hacer con Jigsaw es llegar a su lado humano. Puedo entender porqué mucha gente tiene reservas a la hora de ver sus películas. También entiendo a mucha gente que se acerca y me dice que le gustaron porque son "locas y reales". Una vez un chico de 12 años me dijo que estas películas enseñan algo, como por ejemplo el medir cómo vivir la vida si se conociera el momento en que se va a morir. Por eso trato de concentrarme más en esos aspectos que en lo truculento. Y hay que tener en cuenta que los efectos especiales han cambiado mucho. Antes la escena de horror en una película podía ser la toma en que un cuchillo se levantaba y bajaba una y otra vez. Ahora podemos simular cualquier cosa. Y dentro de diez años los efectos especiales podrán hacer otras cosas diferentes, así que crearán películas que mostrarán cosas distintas a las de ahora.
-Jigsaw ha pasado por un montón de situaciones en sus cuatro películas previas. Hasta se murió. Pero continúa de algún modo. ¿Cuántas cosas más pueden hacer con él en futuras secuelas?
-Eso depende de los guionistas. Desde mi punto de vista, el personaje es ilimitado. Tiene poder, una visión y además cubre un terreno muy amplio. Mi papel acá, básicamente, no es diseñar la historia de El juego del miedo. Creo que hay grandes posibilidades de expandir la historia. Pero eso depende de cómo reaccionen los fanáticos, y ahí veremos si la historia continúa en el futuro.
-¿Y si esta quinta película es suficientemente exitosa veremos a Jigsaw en una o dos secuelas más? ¿Aunque esté muerto?
-Jigsaw es un personaje seminal en esta historia. Patrick Melton y Marcus Dunstan, los guionistas, comparten mi punto de vista, y espero que logremos mantenerlo interesante. No quiero que se desvirtúe. Por otra parte, Kevin Gruert, que fue el montajista de El juego del miedo 1 a 5, será quien dirija la sexta película. Kevin ha sido fundamental para crear los ritmos y texturas de estas películas, así que me parece una buena opción como director.
-¿Te interesaría dirigir una secuela de la serie?
-Ser director es una tarea distinta, no la minimizo. El director se lleva mucho estrés y gasta mucho tiempo en comparación con un actor. Cada vez que un diseñador de vestuario, un iluminador, un asistente, tiene una duda, ésta recaerá sobre tus hombros, no los del actor. Así que se necesitan muchas cualidades: paciencia, energía, tienes que estar dedicado. No sería mala idea dirigir alguna vez, pero en cuanto a El juego del miedo, creo que tengo las manos muy ocupadas con John Kramer.
Secretos de rodaje y claves para una secuela
En entrevista telefónica, el actor Scott Paterson, famoso por su rol en la serie de televisión Gilmore girls, habló sobre su papel en la serie de El juego del miedo. "Yo firmé para hacer tres películas, pero eso no quería decir necesariamente que iba a sobrevivir", comentó. Su personaje, el agente Peter Strahm aparece por primera vez y termina prisionero tras una puerta, en un final que es retomado al comienzo de la quinta película. El confundido agente, cae en medio de las imposibles manipulaciones de Jigsaw y en este film debe recorrer oscuros rincones y enfrentarse a trampas sádicas como la que ilustra la foto. "Entrar a una de esas trampas es como ser invitado al Salón de la Fama del Cine de Terror. La idea que me presentaron era tan truculenta que no sabía cómo sería ejecutada. Pero la hicimos". En la franquicia de El juego del miedo las vueltas de tuerca del guión son parte esencial de las continuaciones. Paterson no pudo adelantar nada sobre una eventual sexta parte, y agregó que incluso cuando rodaba la cuarta y quinta película, se enteraba de puntos del guión al llegar al set de filmación. "Mientras filmábamos una escena de la quinta, no entendía lo que pasaba y no podía conectarme con el trabajo. Le expliqué mi problema al director y al productor y no tuvieron más remedio que contarme un punto de la sexta película, que aclara lo que ahí estaba filmando. Esa fue la forma de entender lo que querían. Así trabajan ellos", contó. El quinto film recaudó menos que los otros, pero igual fue un éxito. La sexta está asegurada.
Las cifras
1: Un millón de dólares es lo que costó la primera película de El juego del miedo. Muchos trabajaron gratis en ella.
342: 342 millones de dólares han recaudado las cinco películas en taquilla. La dos costó 4 millones y las otras diez millones cada una.