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Matías Valdez: de la vida en un pueblo de Florida a convertirse en la nueva estrella de la charanga

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Matías Valdez. Foto: Difusión.

ENTREVISTA

Matías Valdez nació en un pueblo de 700 habitantes y trabajó durante años en un tambo; ahora tiene 210 mil oyentes en Spotify, colaboró con Chacho Ramos y Lucas Sugo y llega al Teatro Metro

Matías Valdez se ríe con vergüenza y fija la mirada en la mesa mientras relata cómo grabó su primera canción. “Fue en un cuarto con mis amigos. Puse el micrófono contra la pared y canté de espaldas a ellos para que no me vieran. Yo era muy jodido con la timidez”, le dice a El País desde un bar del centro montevideano. Y, apenas evoca la imagen, se le escapa una cálida sonrisa. “He cambiado mucho en este tiempo”.

El panorama se modificó radicalmente desde aquella sesión casera con uno de sus ya extintos grupos de cumbia pop. “Ya no sudo como perro cuando subo a un escenario, pero sigo teniendo los nervios de todos los días”, comenta. Pero ese es apenas uno los cambios que definen la vida del cantante nacido en Mendoza, un pueblito de Florida de 700 habitantes. Desde que lanzó su debut solista en febrero del año pasado, su carrera creció a un ritmo vertiginoso: ya acumula 210.000 oyentes mensuales en Spotify, tres de sus canciones son las más escuchadas de la plataforma en Uruguay, grabó con referentes como Lucas Sugo y Chacho Ramos, cantó en el Antel Arena, recorre el interior cada fin de semana y hasta salió de gira por Argentina. Por si fuese poco, su último lanzamiento, "Adiós" —que grabó con Gonzalo Castillo— alcanzó las 250 mil visitas en apenas dos días y es, actualmente, el videoclip más visto de YouTube por los uruguayos.

“Es muy raro que se haya dado todo tan rápido, y más viniendo de afuera”, dice el músico que hace semanas agotó su presentación del viernes 20 en el Teatro Metro. La demanda de entradas fue tan grande que debió lanzar una nueva fecha para el domingo 22; está a punto de agotarlas. Se venden en Abitab.

“Esto lo imaginé y lo soñé varias veces, pero lo veía muy lejano. No fue tan fácil como parece, pero me sorprende que le pase a alguien como yo, que vengo de entre medio de las vacas y los camiones”. Y cuando repasa su historia, al cantante de éxitos como “Latidos” y “Quédate” se le dibuja otra sonrisa. “Yo soy de Mendoza, de donde también es Nilson Viazzo —el primer ganador de Masterchef—, que es un ambiente muy cálido y amable. Allá nos conocemos todos y cuando vuelvo me pone contento ver que la gente se alegre de verdad porque pasen estas cosas”.

Valdez se dedica a la música desde los 14 años. Tocó en grupos de cumbia pop como Dame Un Beso y Quebrando Estilo, y a los 18 empezó a trabajar. Pasó por un tambo —“le cantaba a las vacas y salían corriendo”, dice—, repartió gasoil en estaciones de servicio y hasta manejó excavadoras. “Lo mío era la música o las máquinas. Cuando paso por la ruta y veo a un tractor sembrando me dan ganas de bajarme a chivear un ratito. Ahora me dedico a la música, pero si mañana me toca volver al trabajo, lo hago con gusto”.

Mientras se acomoda su boina negra, admite que extraña “bastante” esa época. “El año pasado dejé el trabajo porque no me daban los tiempos para ambas cosas. No quería quedar mal con la gente que me dio la oportunidad de dedicarme a la música. Aunque fue sufrido, me tiré al pozo y, por suerte, se dio todo muy bien”.

Su nueva vida —así es como la define— comenzó el año pasado, cuando lanzó “Nace un borracho”, una versión charanguera del éxito del mexicano Christian Nodal. “La idea era empezar con dos o tres covers para ver qué pasaba, pero como tuvo buena aceptación nos animamos a sacar una canción nuestra”.

Así llegó “No quiero ser tu amigo”, su primera canción, que continuó con la línea de la charanga romántica. “Me gusta mucho contar historias”, asegura. “Y si bien la cumbia es muy parecida en todos los estilos, siempre trato de generar algo diferente en las melodías y en las letras. Me encanta el grupo Morat y me interesa ir por ese lado”. Esos primeros lanzamientos tuvieron una cálida recepción, pero fue en junio cuando las cosas se salieron de control. “Fue un bombazo”, recuerda sobre la salida de “Quédate”, que lo llevó a girar sin descanso por bailes del interior uruguayo.

La consagración llegó con “Latidos”, que se coló en el Top 50 de las canciones más escuchadas de Spotify en Uruguay y le generó una ola de fanáticos. “Me sorprende el rango de edad de la gente que me sigue, porque el estilo que hago lo escucha gente más grande, pero mis canciones les gustan a los niños, a los adolescentes y a los grandes. Me emociona y me hace dar cuenta de que estoy presentando algo diferente”.

Entre sus seguidores destacan Lucas Sugo y Chacho Ramos, dos de sus referentes. Pero eso no es todo, porque ya colaboró con ambos e incluso Ramos lo invitó a abrir sus dos shows en el Antel Arena. “Es increíble porque hace un año estaba abajo del escenario mirándolos cantar y soñando con conocerlos y ahora me dan la posibilidad de trabajar con ellos”, dice y adelanta que compuso una de las letras de Canciones que amo 2, el inminente nuevo álbum de Sugo.

Cuando se le pregunta por la causa de su éxito, no duda: “En gran parte se debe a mostrarme como soy. Por eso me ven así, bien abombado, así nadie se sorprende cuando me conoce”, dice con una carcajada. “La gente te tiene que seguir por cómo sos y no por tu personaje, y yo quiero celebrar mi identidad. Lo mío va por no tener que fingir”.

Además de sus shows en el Teatro Metro, ya tiene grandes planes para este año. Próximamente editará su álbum debut y volverá a Argentina para una nueva gira. “Pasó todo muy rápido, y si bien eso te descoloca, no terminan de pasar cosas lindas: salís de una y entrás en otra. Todo lo que está sucediendo es un sueño cumplido”.

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