Redacción El País
Además de ser cantante y de su incursión en la política en el Espacio 906 del Frente Amplio, Martín Quiroga es un reconocido hincha de Nacional. La camiseta del Bolso es parte de su indumentaria más característica, y con ella va tanto a votar en las elecciones nacionales como a las entrevistas.

Esta semana, de hecho, fue vestido con el conjunto tricolor al programa Que digan lo que quieran del canal de streaming Topic, y en esa situación contó una historia particular sobre su tradicional rival futbolístico, Peñarol: aseguró que irá a cantar a un beneficio para ayudar a las familias de los manyas detenidos en Río de Janeiro.

"Como es de conocimiento público, hay muchos hinchas de Peñarol presos en Brasil y hay un menor dentro de ellos", relató el miércoles, "y es el hijo de un compañero mío que me ha contratado mil veces, un gran hincha de Peñarol. Y me dice: 'Martín, mirá, yo estoy acá en Río de Janeiro y la verdad, hay que solventar los gastos de una familia allá, esperando que le devuelvan al hijo y que se lo negaron, y andar yendo. ¿Qué posibilidad hay, hacemos un beneficio?".

Entonces contó, con cierta sorpresa: "Y me llama la hinchada de Peñarol. Y le digo, ¿y qué garantía tengo yo de que no me agarren a balazos, que no me faltan el respeto? Y me llamaron dos o tres brazos gordos y me dijeron: 'Martín, andá sin frazada que acá Peñarol no te va a faltar el respeto. Por algo te llamamos, porque vos tenés aguante acá. Está todo más que bien contigo, no importa que seas de Nacional, la gente lo sabe".

"Y eso a uno lo llena de orgullo, ¿entendés?", valoró el cantante. "Que está de más, o sea, no caminar perseguido, ni ir a un lado perseguido por alguna represalia, y es algo que yo he cosechado, que yo he hecho el camino así para que se dé así, porque yo soy lo más respetuoso que hay en el fútbol".

"A mí me dicen: 'bo, mirá que sos gallina, aguante Peñarol'. Aguante Peñarol, (pero) yo soy bolso hasta la médula", comentó para risa de los conductores. "No va a faltar oportunidad de que vaya a dar una mano, como se lo dije al hincha, por los pibes, porque la cárcel no se la deseo a nadie y más en otro país", comentó y remató con una promesa: "Estoy esperando que ellos pongan el día y la hora que yo voy a ir a tocar".

De los 21 detenidos, todavía quedan 11 presos en Brasil. Están en esas condiciones desde el 23 de octubre, tras los incidentes que se produjeron en la primera semifinal de la Copa Libertadores entre el Carbonero y Botafogo.