La imagen por excelencia de Diego Torres es esta: el músico de pie, una rodilla apenas flexionada que vuelca ligeramente el cuerpo hacia un costado, los brazos abiertos en su totalidad y un vaivén cálido que contagia. Es una postal que abre, con las manos extendidas a cada lado del cuerpo en una suerte de abrazo universal, de reconocimiento de la amplitud. El gesto del que abarca todo.
Quedó grabada en el videoclip de “Tratar de estar mejor” y ahora, 29 años después de aquel estreno, es lo primero que viene a la cabeza cuando, en charla con El País, el músico habla una y otra vez del horizonte amplio. Así, dice, ha sido siempre su música: una “confusión” —más que una fusión de ritmos— que no se cierra a ninguna restricción, ningún límite.
“Creo que en esa libertad, esa mezcla de géneros, esa fusión, ahí está mi sonido, y si eso me ha dado un sonido propio, bienvenido sea. Es muy importante poder tener un sonido propio”, dice el argentino en charla con El País, en la previa a su próximo show en Uruguay. Este viernes, el cantante de “La última noche” y “Deja de pedir perdón” se presentará en vivo en el Enjoy Punta del Este, con banda completa y una sorprendente cantidad de éxitos. Quedan entradas en Redtickets, desde $ 1.590.
Después, ya con la cabeza puesta específicamente en Atlántico a pie, el disco que lanzó en 2021; del que participan Natiruts, Carlos Vives, Fonseca, Macaco, Buika, Ivete Sangalo y así, y que dirá presente en el repertorio del show del viernes, dice: “Me quedo con lo ecléctico, con lo diverso de ese mundo que refleja lo que soy. Esta posibilidad que me ha dado la música de viajar y conectarme con otros pueblos. En un momento donde no se podía viajar, intenté que este disco fuera una manera de viajar con las canciones. Creo que ese mundo amplio es el que me enseñaron en mi casa, mi padre, mi madre que también fue artista (Lolita Torres): la música es música, y hay mucha libertad en ella; simplemente tendrás que tomar decisiones de qué te gusta o no, qué te queda bien. Pero lo fundamental es conservar la libertad”.
Antes de llevar todo eso —la amplitud y la libertad, los colores y los brazos abiertos— al recital de Punta del Este, esta es parte de la conversación que Diego Torres tuvo con El País.
—“Tratar de estar mejor” la escribiste pensando en tu familia, y es una canción que sigue muy vigente: la gente la sigue eligiendo para acompañar momentos especiales, su mensaje sigue muy vivo. ¿Cómo te llevás con esa permanencia y significado?
—Cuando pasa el tiempo y las canciones provocan eso, me da mucha emoción. En pandemia me pasó de no viajar, de estar en casa o en el estudio con la guitarra y el piano y volver a encontrarme con esas canciones pero con otra edad, con un montón de kilómetros recorridos, y las canciones toman otro sentido. Cuando la canción sigue y permanece en el tiempo es que algo mágico tiene. Y me da mucha felicidad.
—Lo ecléctico de tu repertorio también lo da la composición; hay tantas canciones que llevan tu firma como temas de otro que también has convertido en clásicos. El ejemplo más claro es “Penélope”, porque para toda una generación, la versión conocida es la tuya y no la de Serrat...
—Me han pasado tantas cosas con “Penélope”… Fue un lindo accidente: estaban haciendo un disco homenaje a Serrat, me invitaron a ser parte, estaba todo grabado y “Penélope” no lo había grabado nadie, me fui a Argentina, hicimos la versión con dos músicos que trabajaban conmigo, la mandamos a España y nunca pensamos que iba a provocar tantas cosas buenas. Que iba a mostrarle una canción a generaciones nuevas… Me terminé encontrando con Serrat en Chile, y yo ya había escuchado que a Pablo Milanés le gustaba más mi versión que la de él. Y ahí Serrat me dijo: “A mí también. Últimamente estoy cantando tu versión”. Que un artista tan emblemático, una leyenda de la música, diga eso… Estoy feliz y agradecido con lo que me ha pasado, que no me lo imaginaba, e ilusionado con todo lo que va a venir.
—Si pensás tu camino como un viaje, ¿imaginás un destino?
—Yo soy un hombre que necesita de diferentes destinos, necesito moverme. Me siento tan argentino como ciudadano del mundo, porque llevo mi argentinidad a donde voy, mi mate, mis culturas, represento a mi país y me gusta mezclarme con otras culturas. La música me ha dado esa posibilidad y me ha traído una experiencia humana muy linda, enriquecedora. Soy un tipo que no tiene prejuicio, que cuando se encuentra con su prejuicio intenta derribarlo porque no sirve. Hay que tener amplitud para aceptar al otro en su diferencia: me parece que eso es evolucionar, madurar. Es muy lindo decirlo, pero nos cuesta mucho, y en eso estoy.