El cambio llegó en el momento justo. En 2024, Bandalos Chinos celebraba 15 años, un hito ineludible. En diálogo con El País, Goyo Degano, cantante del grupo argentino, cuenta que la fecha los empujó a hacer un balance, no solo del camino recorrido, sino del paso siguiente. Hasta entonces, el saldo era más que positivo: la trilogía de discos BACH (2018), Paranoia Pop (2020) y El Big Blue (2022) les había asegurado un repertorio de hits —como “Vámonos de viaje”, “Mi fiesta” y “Demasiado”—, además de llevarlos de gira por Latinoamérica y España, y de consagrarlos con un show agotado en el Luna Park de Buenos Aires.
La pregunta era hacia dónde ir. Como referentes del indie pop rioplatense, sentían la necesidad de un cambio sonoro. La apertura de COCO, su propio estudio en Buenos Aires, marcó un punto de inflexión y les dio la oportunidad perfecta para reinventarse. “El hecho de cambiar el contexto nos ayudó bastante en nuestra cruzada por generar una nueva capa de posibilidades musicales para Bandalos Chinos”, asegura.
Hasta entonces grababan con el productor mexicano Adán Jodorowsky, en residencias intensivas de 20 días en Sonic Ranch, un estudio en el desierto texano por donde pasaron Fiona Apple, Bon Iver y Arcade Fire. Es más, El Big Blue fue registrado íntegramente en vivo, en cinta y sin metrónomo, lo que implica un nivel máximo de concentración. “Ese disco nos dio la oportunidad de profesionalizarnos como músicos y como ejecutores de música. Está bueno saber que pudimos hacer algo así, entonces ahora la idea era: ‘volvamos a cagarnos de la risa en el estudio’”.
Y ya que habían inaugurado su sede musical en Buenos Aires, decidieron sacarle el mayor jugo posible. “Nos tomamos seis meses para hacer el disco”, comenta Degano sobre Vándalos, el álbum que marca un cambio de rumbo en la historia del grupo. “Grabábamos de noche, de día, bien temprano en la mañana, tomando un vino o un tecito. Teníamos que cambiar y volver a jugar. Esa era nuestra intención”.
El propósito se completó con la entrada de Fermín Ugarte, productor de los impecables discos Por cesárea y Post Mortem de Dillom, quien se sumó al equipo en lugar de Jodorowsky. “Pensamos en proponerle a Adán que viniera a grabar a Argentina, pero eso era muy complejo, así que nos pareció una buena oportunidad para probar con otro productor”, cuenta. “Queríamos trabajar con alguien que viviera acá, y así llegó la idea de trabajar con Fermín”.
Aunque no fue tan simple. Antes que la música, lo importante era el lado humano. “Nos juntamos a comer un asado, y después, durante las primeras dos o tres reuniones, no tocamos ningún instrumento; es más, apenas escuchamos música. Filosofamos alrededor de lo que queríamos hacer, y una vez que nos pusimos de acuerdo, fue como: ‘Bueno, de una. Ahora... ¿qué mierda hacemos?’”, relata entre risas.
Ese fue el inicio de un proceso “relindo” de entrar al estudio en busca de una metamorfosis musical. Y Degano todavía recuerda el instante en que la banda confirmó que iban por el camino correcto. Fue una tarde cualquiera, cuando el tecladista Salvador “Chapi” Colombo compartió una nota de voz con dos compases de una canción en la que estaba trabajando. “Empezamos a jugar con eso, sin mucha expectativa, y luego surgió la letra; empezamos a improvisar con los sintetizadores, se grabó una línea de bajo y una guitarra en loop a lo Cerati, y cuando terminamos el demo fue epifánico. Era el primer indicio de que había un nuevo rumbo”, cuenta.
Se refiere a “El ritmo”, su canción más rupturista. Marcada por una línea de bajo cargada de groove y un colchón de sintetizadores, el tema apuesta a lo bailable con una dosis de irreverencia que culmina en un segmento instrumental hipnótico de dos minutos. Primer adelanto de Vándalos y señal clara del nuevo rumbo: una canción pensada para despistar a su público más fiel.
La provocación no se detuvo ahí. Además de bautizar el disco con un título que juega con el nombre de la banda y sugiere la idea de vandalizar su imagen, lanzaron un videoclip desconcertante protagonizado por Peter Lanzani —quien ya había actuado en el clip de “Mi fiesta”—. Allí encarna a un extravagante instructor de yoga que, en pleno ritual de baile en el centro de un grupo de adoradores, termina bañado por una lluvia de dólares. Es todo lo contrario a lo que se puede esperar de una canción de Bandalos Chinos. Y es excelente.
La segunda cosecha musical fue “Comando juntar”, que, según Degano, “recuperaba la esencia de la banda, pero también mostraba una nueva cara”. ¿A qué se refiere con eso? A que esos certeros estribillos en los que roza el falsete, mientras un coro lo arropa y refuerza la intención bailable, conviven con un pegadizo riff de sintetizador, el rasgueo de una guitarra acústica y acordes largos de piano. El resultado: una canción donde lo orgánico se encuentra con lo electrónico, y que tiene aires de clásico de su repertorio en vivo.
La canción, segundo adelanto de Vándalos, se acompaña de un clip que ironiza el lado B de lo que vivieron en el estudio durante esos seis meses: los músicos se asesinan entre sí tras juntar tanta rabia. “Es un juego con lo que pasa en el estudio: en definitiva, renunciás un poco a vos mismo para aceptar el input del otro, y así se genera esa instancia de decir: ‘Ah, ¡lo odio! Me está convenciendo y lo mataría’”.
Según Degano, ambas canciones delinearon el resto del disco, que se mueve entre la innovación y el sonido más clásico del grupo, como se oye en “Nosotros”, “El único romántico” y “Gloria y pena”. Entre las novedades musicales destacan la conmovedora “Viajes en el tiempo”, donde un mellotron aporta delicadeza a una honesta carta de despedida, y “Mentira”, donde se burlan de lo que se espera de la industria musical (“¿Cuánto te costó la nominación?”, disparan con picardía) en cuatro minutos repletos de detalles para escuchar con auriculares. Aunque la mayor novedad, junto a “El ritmo”, es “Te amo”, una potente declaración de amor que muestra a Degano al borde de un grito visceral inspirado en el Fer Ruiz Díaz de la época dorada de Catupecu Machu.
El salto definitivo será el viernes 22 de agosto, cuando presenten Vándalos en vivo en la carpa de Sitio, en el Velódromo Municipal. Será el show más grande de Bandalos Chinos en Uruguay, y el primero con este nuevo sonido desplegado sobre un escenario montevideano. Las entradas están en RedTickets por 1590 pesos. Después de seis meses de laboratorio creativo, toca mostrar el resultado. Eso, para ellos, también es parte del juego.
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