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Bajofondo presentó "Aura" en el Sodre y desplegó su talento ante un público encendido

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Bajofondo en el Auditorio del Sodre. Foto: Agustín Martínez

CRÍTICA

El colectivo rioplatense vino a Montevideo a presentar su último disco, y lo hizo ayer con entradas agotadas. Repite mañana en el Auditorio Adela Reta

El aplauso largo, bien largo, que vino después de "Código de barra", marcó la pauta de cómo iba a seguir la velada: anoche en el Auditorio del Sodre, Bajofondo dio una lección de talento y entrega, y fue recibido de brazos abiertos por un público que evidentemente estaba deseoso de este reencuentro. Las entradas estaban agotadas y las 1.800 personas que ocuparon el lugar ovacionaron y gritaron durante las dos horas de concierto, a un colectivo que es todo en uno.

Eso implica varias cosas. Por un lado, que la primera gran ovación vino después del primer tema más bajofondero del repertorio, ya que lo que antes había sonado eran dos piezas de Aura, el disco que el colectivo vino a presentar. La apertura había sido con "Solari Yacumenza" y los tambores de C 1080, y el reconocimiento había sido cálido, sí, pero no tan efusivo como después de esa dosis bien electrotango.

Después, Aura se ganó el protagonismo del repertorio de la noche y se metió a la audiencia en el bolsillo. Su variedad, la perfección en la ejecución y la potencia rockera implícita o explícita, hicieron el trabajo.

Y por otro lado, ese calor de la gente que no suele ser muy propio de los uruguayos, tuvo que ver con el reencuentro y con la reactivación de un grupo que, salvo excepciones puntuales, hacía rato no salía de gira. Eso se notó incluso desde arriba del escenario, donde los ocho que hacen a Bajofondo desbordaron entusiasmo y alegría.

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Esos ocho formaron, de izquierda a derecha, con Luciano Supervielle, Gustavo Santaolalla, Javier Casalla y Martín Ferrés en la primera línea, y con Verónica Loza, Juan Campodónico, Adrián Sosa y Gabriel Casacuberta en segunda. La disposición estaba pensada como para que todos pudieran ser vistos, y de fondo quedaban los visuales de Loza u2014algunos bien interesantesu2014 como para completar la foto.

Y a la derecha del escenario quedó Alejandro Terán, ya otro Bajofondo a esta altura, dirigiendo, a decir de Santaolalla, a un "doble cuarteto" de cuerdas (cuatro locales y cuatro argentinos) que hizo un aporte notable al espectáculo. Terán, de por sí, se robó las miradas: no es común ver a un director de orquesta con tanta onda y tan entregado al baile.

Esa disposición de los músicos permitió apreciar el aporte de cada uno, más allá de que Casalla y Ferrés (sobre todo el primero, alternando entre el violín y el violín eléctrico que aporta distorsión) son lo más parecido a un frontman en la banda, en cuanto a la actitud. Supervielle también tiene su momento de destaque, sea rapeando u2014la versión de "Miles de pasajeros" estuvo tremendau2014 o a través de los scratches.

Bajofondo en el Auditorio del Sodre. Foto: Agustín Martínez
Bajofondo en el Auditorio del Sodre. Foto: Agustín Martínez

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Casacuberta hizo un aporte enorme en bajo y contrabajo, y brilló en la demencial "Duro y parejo". Adrián Sosa se lució en la batería sobre todo en "A tiempo", la colaboración con la banda Usted Señalemelo que fue grabada con dos baterías (en el Sodre, las voces sonaron desde las pistas). Campodónico, además de ocuparse de las guitarras, fue por momentos otro director de orquesta, el de una orquesta abstracta que también involucraba al público. Y Santaolalla, sin necesidad de ser foco de atención del diseño de luces, se robó todas las miradas como cantante e instrumentista.

La suma de sus aportes y la elección de un repertorio dio lugar a un show bien dinámico, que tuvo en el segundo tramo de "Clueca la cueca" uno de sus puntos más altos. En esos minutos, Bajofondo fue su versión más libre y logró llevar a todos los presentes a un mismo viaje de entrega plena.

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Esas dinámicas se sostuvieron a lo largo de los dos bloques del show, y quedaron perfectamente reflejadas en la sucesión de "Absente", del último disco, que pinta un paisaje bien urbano pero también introspectivo; el hit "El mareo", quizás la pieza más representativa del "neotango" bajofondero, que acá fue cantado por Santaolalla y con el respaldo de voces de la mayoría de la banda; "La trufa y el sifón" que es pura explosión electrónica"; y "Pa' bailar", otro hit. Con estas tres últimas, el público se entregó al baile como para completar la experiencia.

Si aquel aplauso largo citado al principio marcó la conducta de la gente a lo largo de la noche, el bis que hizo Bajofondo fue el resumen perfecto de una noche que se repetirá mañana a las 21.00 en el Auditorio (y quedan las últimas entradas en venta en Tickantel). "Escuchen todo' el colectivo Bajofondo, que del Rio de la Plata ya llegó. Tocan candombe y hip hop, tocan tango y rock and roll. Y cuando arranca no para, no para", cantaron a lo barra brava en "Olvidate", con Supervielle al bombo. "Cada concierto, bailan hasta los muertos. Nosotros somos de Argentina y Uruguay. Los que nos quieren imitar, no nos pueden igualar. Le faltan huevos a la hora de tocar", cantaron todos, y lo demostrado les dio toda la razón.

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