Paul McCartney siempre lo supo. Siempre tuvo claro que en algún lugar de su archivo, entre sus pertenencias celosamente guardadas, había unas fotos —unos rollos, negativos, hojas de contacto— que había tomado en algún momento de los años sesenta, temprano, justo cuando la ola beatle estaba a punto de convertirse en un tsunami de consecuencias irreversibles. Y siempre creyó lo mismo: que buscarlas no tenía sentido; que un día, cuando fuera su tiempo, se le iban a aparecer así como se aparece una revelación.
Ocurrió recién en 2020. McCartney preparaba una exposición con obra de su difunta esposa, Linda, y en ese contexto mencionó, en voz alta, la existencia de aquel tesoro casi perdido. Se ubicó fácil: alguien lo había guardado en el archivo de MPL Communications, la McCartney Productions Ltd., la empresa que el músico fundó en 1969 y que nuclea sus intereses comerciales.
Entonces, sin saberlo, nació 1964. Los ojos de la tormenta, el monumental libro que llegó a Uruguay en edición de lujo de Liburuak, editorial vasca especializada en cultura que acaba de desembarcar en el país, con distribución de Escaramuza. Cuesta 4.590 pesos y solo existe en formato físico.
Es, como el material original, un tesoro. Una joya para la colección de cualquier beatlemaníaco, pero también el registro de un momento histórico: el instante de la consagración de The Beatles como un fenómeno de masas, como un evento cultural, hasta hoy, imparable.
1964. Los ojos de la tormenta es contemporáneo de la nueva gira de Paul McCartney, quien ya llevó su Got Back Tour a Australia y a México y aterrizó esta semana en Brasil. Se presentó el 28 —de sorpresa, para 300 personas— y el 30 de noviembre en Brasilia, está hoy y mañana en Belo Horizonte; jueves, sábado y domingo en San Pablo, y el 13 en Curitiba; es la única fecha para la que quedan entradas. Cerrará el 16 de diciembre en el Maracaná de Río.
Acompaña, además, una temporada que ya cosechó la inédita y última canción de The Beatles (“Now and Then”), pieza rompe-récords, encajonada y recuperada por inteligencia artificial, y las recopilaciones The Beatles 1963-1966 y The Beatles 1967-1970, en versiones extendidas.
Lleva 53 años desarmada, pero la maquinaria beatle sigue sin parar. 1964. Los ojos de la tormenta es un viaje en el tiempo, directo al origen de un monstruo.
A medio camino entre el álbum personal, las memorias y el ensayo, el libro de “fotografías y reflexiones”, como se lo presenta, tiene su base en las instantáneas que el propio McCartney —o quien manipulara su cámara— tomó durante la gira que los Beatles hicieron entre 1963 y 1964, justo cuando la beatlemanía se configuraba como el termómetro definitivo de la cultura pop.
Las fotos —275— se dividen en seis capítulos que equivalen a seis ciudades: Liverpool, Londres, París, Nueva York, Washington y Miami, más una coda de época.
Las articulan los textos de McCartney; un prefacio de Nicholas Cullinan, director de la National Portrait Gallery londinense (que reabrió en junio exponiendo el material que aquí se presenta), una introducción de la historiadora Jill Lepore que explica el mundo en 1964 y el papel que los Beatles jugaron en él; un texto de Rosie Broadley, de la NPG, sobre la fotografía de Paul, y una cronología de los años abarcados.
Dan un contexto necesario, aún cuando no consiguen decir nada más —nada mejor— que las imágenes, que son de una sensibilidad refinada e inteligentísima. La mirada de McCartney captura con precisión, pero también con inocencia. Así, 1964. Los ojos de la tormenta no solo es los Beatles viendo cómo los veía el mundo: es ver el mundo por primera vez, y desde la cima.
El golpe de impacto al descubrir el Arco del Triunfo. Esa imagen tan inusual de John Lennon en traje de baño, radiante en la piscina. El plano sin cabeza de una modelo en una suite de hotel. La presencia de tantos personajes secundarios: un chofer, un roadie, un publicista. Los músicos con los que compartían escenario y temporada. Los paparazzi estoicos bajo la nieve. La policía como barrera de contención ante tantos fanáticos. La chica de rostro desencajado que abre los brazos, intenta salir corriendo y suelta un grito que casi se hace escuchar. Una fiebre capturada en blanco y negro (a veces a color) como testigo del año en que el mundo vio a los Beatles, y nunca más volvió a ser igual.
Editorial vasca y cultural aterriza en el país
1964. Los ojos de la tormenta funciona de carta de presentación de Liburuak en Uruguay. Es la editorial que integra los proyectos de Last Tour, una productora, promotora de eventos y distribuidora vasca que se define como “activador cultural y social”, y que desde este año está en el circuito local. Se especializa en libros de música que comparten la exclusividad del formato físico; distribuye Escaramuza, que además de la publicación de McCartney tiene, entre otros títulos, Una furiosa devoción, la biografía del recién fallecido Shane MacGowan, una leyenda del punk.