LANZAMIENTO
El prolífico autor es parte de "Para leerte mejor", un coleccionable de libros infantiles que El País lanza este domingo junto a Santillana.
Sentado en el comedor de su casa de Barcelona, la ciudad en la que vive hace 47 años, Ricardo Alcántara mira la estantería que sostiene todos los libros que ha escrito y dice que recuerda el momento en el que cada idea surgió. O lo que es lo mismo: el escritor, uno de los autores uruguayos más prolíficos en la literatura infantil, tiene claro por qué escribió cada libro, cómo creó a cada uno de sus personajes.
A Óscar, por ejemplo, lo hizo por la necesidad de abordar las problemáticas comunes de los más chicos desde una perspectiva distinta: la de una figura “grande, potente, con unas garras enormes y unas patas muy poderosas”. Es un oso “bien plantado”, y el protagonista del primer título de la colección que se lanza hoy con El País.
El coleccionable Para leerte mejor ofrece 10 cuentos para niñas y niños que ya se aventuran a leer solos, en colaboración entre el diario y la editorial Santillana. Son títulos del propio Alcántara y de Verónica Lecomte, Karina Macadar, Evelin Aixalá, Lala Sever, Roy Berocay, Helen Velando y Gabriela Fleiss; saldrán, desde hoy, uno por domingo, y se pueden adquirir al 29004141, vía web o con el canillita de confianza. Cuestan $ 220 cada uno.
Para leerte mejor se inaugura hoy con El regalo de Óscar, en el que Ricardo Alcántara aborda el tema de la vergüenza, la pena, el “qué dirán” y aquello que puede hacernos reprimir intereses o decisiones. En el caso del oso, le acaban de regalar un impermeable que le gusta mucho, pero que genera algunas burlas con las que debe lidiar.

Del escritor, la colección también publicará Tento y el diente, uno de sus mayores éxitos. Allí se apela a “los momentos mágicos que tiene la infancia”, explica Alcántara, y dice. “Creo que lo que más me gusta de mi trabajo como escritor es partir de algo que en principio no me gusta mucho, darle la vuelta y ver cómo podría hacer si pensara diferente. Los escritores tenemos un poder muy grande de inventar las historias como nos gustaría que ocurrieran”.
El escritor no tiene idea, aún hoy, de por qué escribe para niños. “Lo que sí sé es que estoy en el sitio donde tengo que estar, y haciendo lo que quiero hacer”, dice con certeza y marcado acento español.
Lo que sabe, también, es que su proceso de escritura no va a cambiar: aún hoy lo hace a mano, y atraviesa un camino largo hasta llegar a la computadora y de ahí a una potencial edición. En el trayecto, se acerca y pule la historia hasta dar justo con la emoción buscada.
Y así como prefiere el lápiz, Alcántara —varias veces premiado en España y traducido al coreano, al japonés o al griego entre tanos otros idiomas— reafirma el vínculo con el libro.
“Yo creo en el libro”, asegura. “No soy un consumidor de ebook; me gusta el libro papel porque creo que es más completo: tiene olor, tiene volumen, se puede tocar. Yo no consumo pantalla, pero entiendo que hay generaciones que sí, que han crecido con eso. Pero la lectura sigue siendo la lectura. En un primer momento temí que las pantallas acabasen con el libro de papel, y hoy creo que van conviviendo con bastante armonía. No sé qué podrá pasar. Pero la calidez que me da el libro impreso, que tiene un peso, que tiene aroma, no se sustituye”.