La voz de Estela Medina en un gran registro discográfico

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CARLOS REYES

En 1975, en un momento dificilísimo para la historia uruguaya, se estrenó "Retablo de vida y muerte", un espectáculo en el que Estela Medina desplegaba todo su histrionismo. El éxito llevó la obra al disco, material que ahora se acaba de reeditar.

El libreto del espectáculo, a cargo de Mario Morgan y Mercedes Rein, se basaba principalmente en los mayores nombres de la literatura española: Arcipreste de Hita, Fernando de Rojas, Lope de Vega, Góngora, Quevedo, Valle Inclán, Antonio Machado, Miguel Hernández y, por supuesto, García Lorca.

Con dirección de Morgan (y dirección musical de Federico García Vigil), el espectáculo fue armado como una pieza de relojería, aspecto que luego el disco aprovechó y reforzó. El magistral uso de la voz por parte de Medina hizo de la versión discográfica una pieza autónoma, disfrutable más allá del escenario. A él aporta su voz también Alejandro Pampuro, junto a la guitarra de Daniel Queirós, un virtuoso que supo ponerse a la par de los tonos y ritmos de la poesía española, antigua y moderna.

El material que ahora sale al mercado editado por Sondor cuenta además con un librillo que narra la historia de aquel espectáculo, su nacimiento, los elogios de la crítica, su repercusión a nivel internacional en las giras, y el pasaje al disco, con copias de los programas de mano de época y de los recortes de prensa y fotos de los artista implicados. La edición crítica fue por cuenta de Marita Fornaro con colaboración de Marcelo de los Santos, quienes entrevistaron a los artistas y trabajaron junto al Centro de Investigación, Desarrollo y Difusión de las Artes Escénicas, del Solís.

El resultado es una pieza de colección, que contiene los infinitos matices de la voz de la intérprete. Medina recorre sucesivos conjuntos temáticos con soltura, gracia y carácter, en un castellano que ni es marcadamente castizo ni tiene el acento local. El amor, el desengaño, el honor, el paso del tiempo, la locura y la muerte son expresados a través de lo mejor de la poesía hispana, con modulaciones que van de la ironía al desgarro, de la risa a la denuncia.

La música, a veces protagonista y otras incidental, agrega valor a este registro lleno de secretos por descubrir. Melodías españolas tradicionales, ritmos populares y música culta se van alternando junto a la compuesta por el propio García Vigil, que en gran parte procura el estilo de la época de los poemas que acompaña. En ese sentido, esa atmósfera musical de corte histórico se ve reforzada por las diversas formas de interpretar la guitarra, con intención de sacarle el color del laúd. En suma, un espectáculo completo que cabe en un disco, que visita la mejor tradición española para llenarla de frescura.