GUILLERMO ZAPIOLA
La tendencia a las "remakes" parecía un fenómeno de ida: a alguien se le ocurría algo en Europa, y después lo copiaban en los Estados Unidos. Esa puede ser la primera de las paradojas de El latido de mi corazón, película francesa dirigida por Jaiques Audiard que se estrena el viernes en Montevideo y que al parecer revierte la dirección apuntada en la frase anterior: aquí se da el caso de un film europeo inspira do en un antecedente norteamericano. Se trata de una nueva versión de un "clásico maldito" del cine independiente, El precio de un hombre (Fingers, 1978) inquietante, perturbadora `opera prima` del neoyorquino James Toback.
A la altura de su cuarto largometraje, el realizador francés de Un hero trés discret y Lee mis labios" se reunió con su habitual coguionista, Tonino Benacquista, para reeditar la historia de un antihéroe romántico. El integrante de la mafia ítaloamericana de Nueva York que interpretara Harvey Keitel en el film anterior se ha convertido aquí en un joven parisino (Romain Duris) que se debate entre dos universos opuestos e incompatibles.
Por una parte, se gana la vida como matón a suelto del negocio inmobiliario de su manipulador e inescrupuloso padre (Niels Arestrup), maltratando a inmigrantes africanos que ocupan casas tomadas. Por otro, y del modo más imprevisto, recupera una vieja pasión por el piano que crece de a poco hasta grados de verdadera obsesión.
El personaje intenta escapar, física y financieramente, a las presiones de un ambiente riesgoso, mientras se prepara para una audición con la ayuda de una profesora china (Linh Dan Pham) que no habla una sola palabra de francés. Puede ser su única oportunidad de dejar atrás de un mundo sórdido y sin horizontes.
En un comentario del crítico argentino Diego Batlle se señala que la película "combina con gran inteligencia y fluidez la tensión del thriller psicológico con la grandilocuencia del melodrama, el lirismo propio del cine romántico (y de un amor platónico) con elementos del mejor film-noir francés, la sordidez y la claustrofobia del submundo de los gángsters rusos con una desgarradora relación de amor-odio entre un padre y un hijo, así como los códigos y convenciones de la alta cultura, aquí concentrados en los conservatorios y en los conciertos de música clásica, con la modernidad de la música electrónica."
Batlle cree ver en el film influencias del cine de Olivier Assayas, el ingenio de construcción de los guiones de David Mamet, y la furia y la sordidez del primer Scorsese (Calles peligrosas, Taxi Driver). El crítico destaca la solvencia narrativa, la capacidad de observación y la minuciosa dirección de actores de la película, y añade que se la disfruta también desde la música y desde sus climas visuales. Esas virtudes fueron reconocidas por ocho premios César (el equivalente francés del Oscar), incluyendo los de película, director, actor secundario, adaptación, fotografía y música.
Convergencia
El thriller psicológico y el melodrama se entrecruzan en un título muy elogiado
Los destinos
Hijo del director y guionista Michel Audiard, comenzó como montador y guionista hasta lograr financiar su primera película. El director Jacques Audiard ha explicado las razones que lo impulsaron a realizar El latido de mi corazón": "Tenemos derecho a una segunda oportunidad, y ésta siempre resulta más cara que la primera, pues aquélla no la eliges, pero la segunda sí, es tu opción. Es por ello por lo que me hago preguntas sobre nuestro destino y me gusta que la gente apueste por una vida diferente a la que tiene".