Por primera vez en sus 26 años de historia y tras 13 largometrajes animados y 26 Oscar, los estudios Pixar estrenan una película animada con una protagonista femenina. Y, como es habitual en sus producciones, su perfil es atípico.
Merida, la pelirroja que protagoniza Valiente, es una princesa. Y su historia es lo más parecido que Pixar ha hecho a un cuento de hadas. Pero no tiene nada de las princesas y las hadas que están tan de moda entre las niñas, coquetas, adocenadas y estereotipadas. Al menos así la promocionan desde el estudio, donde cuentan que el proceso del film llevó cinco años y dos directores. "Los cuentos de hadas han adquirido algo de mala reputación, especialmente entre las mujeres", dijo al New York Times la directora Brenda Chapman, quien gestó el proyecto desde el comienzo y fue directora de El príncipe de Egipto y trabajó haciendo animación para series de televisión.
El tiempo que demandó la producción es más o menos el habitual para muchas de sus producciones (algunas, como Toy Story 3, han llevado mucho más), pero darle la forma correcta a Merida fue toda una historia aparte, desde la idea inicial hasta lo que se verá desde el viernes en cines de Montevideo.
También es la primera película de Pixar que se ambienta en el pasado, ya que todas, excepto Wall-E, transcurrían más o menos en tiempo presente. Valiente se desarrolla en Escocia del siglo X. Su protagonista es Merida, una habilidosa arquera que integra la realeza y que no quiere saber nada con el destino que las convenciones sociales guardan para ella (algo así como la princesa Arya en la historia más adulta de Juego de tronos y como Éowyn en El señor de los anillos). La vocación por el arco, la flecha y la acción que tiene Merida le causa unos cuantos problemas y desajustes en el reino. Tras la intervención de una bruja su familia recibe una maldición y Merida tiene que enfrentar una serie de peligros para arreglar las cosas y al mismo tiempo demostrar que su rebeldía no es solo cuestión de ostentar una salvaje melena pelirroja.
"Lo que quise hacer fue poner todo cabeza abajo" contó la directora. "Merida no está molesta con la idea de ser una princesa o ser una chica. Sabe cuál es su papel. Solamente quiere hacerlo a su manera y no del modo en que le indica su madre", agregó. La segunda ilustración en esta página, que muestra a su madre luchando con su pelo, es una buen ejemplo sobre esa relación y también muestra una de las etapas que tuvo la evolución gráfica del personaje. Y ese sí que fue un punto fundamental a la hora de ver cómo encarar la película.
Chapman tenía ideas bastante claras sobre cómo quería ver a su personaje. Quería que luciera como una chica real, que se diferenciara claramente del estereotipo de princesa que se vende habitualmente, con chicas altas, delgadas y largas piernas. "Quería una chica atlética. Quería ver algo salvaje en ella", contó. Y por eso resolvieron darle gran importancia al pelo. No en vano para uno de los actos de lanzamiento que se hicieron en Los Angeles la producción distribuyó entre los cientos de participantes del público faldas escocesas y pelucas rojas.
El pelo tenía que representar su espíritu libre. "Quería darle a las chicas algo que mirar, pero no algo que pareciera fuera de lugar". El pelo imponía a su vez una dificultad técnica clara para la que hubo que desarrollar nuevas herramientas informáticas. (Una nota aparte merece el hecho de que el software que las compañías desarrollan para sus películas suele tener licencia para venderse como servicio posterior para otras producciones, desde ficciones hasta videoclips y comerciales.)
En toda esta evolución participó más de un ilustrador. Así los artistas Steve Pilcher (autor de la imagen en blanco y negro) y Matt Nolte (autor del dibujo de abajo a la izquierda y el recortado) fueron agregando sucesivos detalles para la construcción visual de Merida. El diseñador de producción Mark Andrews, quien se incorporó como codirector en los últimos dieciocho meses de trabajo, aportó su cuota. La película tuvo un tercer director, Steve Purcell, quien hasta ahora había sido básicamente guionista y diseñador de videojuegos.
Claro que uno no paga la entrada de un cine 3D para ver pelos en movimiento, sino para seguir una historia e involucrarse con los personajes. La crítica ha sido muy buena en ese sentido y algunas reseñas han destacado, justamente, el tema de la relación entre madre e hija. El viernes padres e hijos uruguayos podrán sacar sus propias conclusiones.
Ojos en acción
La directora Brenda Chapman hizo énfasis en el trabajo de los ojos de la protagonista. Debían ser grandes y de mirada decidida, pero no exagerados. Ese fue uno de los aportes que ejemplifican cómo el diseño pulido de un personaje puede contribuir a transmitir su historia y su forma de ser a la hora de ponerlo en acción.