Keane, un show fuerte en su regreso a Argentina

Recepción. El público recibió cálidamente al trío británico

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BUENOS AIRES | IGNACIO QUARTINO

Los británicos Keane se presentaron en Buenos Aires para ofrecer un show que selló su lazo con su público argentino. Entre la emoción, la intimidad y también el pop y las melodías, su show volvió a demostrar que merecen el lugar que ocupan.

La catarata de agua que cayó en Buenos Aires se transformó horas más tarde en el Club Ciudad en otra catarata, pero de hits melosos y psicodélicos de Keane, el trío pop británico que presentó su disco, Perfect Symmetry en su segunda visita a Argentina en dos años.

Con puntualidad inglesa y un escenario que emulaba la tapa del último CD, el grupo saltó al escenario aún con mucha gente por ingresar al predio con capacidad para 25 mil personas. Sin escatimar tiempo, Tom Chaplin, Tim Rice-Oxley (teclados), Richard Hughes (batería), más el aporte de Jesse Quin con sintetizador, bajo y guitarra empezaron a encantar con su música a fuerza de hits, distribuidos en los más de 20 temas del repertorio que forman parte de los tres discos de estudio de la banda (Hopes and Fears, Under the iron sea y Perfect Symmetry).

Se agregó una perla que llegó en el bis, con un cover de Under Preassure, el tema interpretado a dúo por Freddy Mercury y David Bowie.

Recuperado de su adicción a las drogas, el frontman de la banda se mostró sorprendido por la respuesta del público argentino y esa pasión made in Argentina, que siempre cautiva a los artistas extranjeros. Tanto afecto llevó a Chaplin a prometer un pronto regreso a Buenos Aires, con o sin su grupo, ya que le gustaría comprar un terreno en la Patagonia.

Keane se presentó por primera vez en Buenos Aires en 2007, en el estadio de River. Fue en el marco del Quilmes Rock y, si bien había cumplido con las expectativas del público, quedó la interrogante sobre qué podían dar estos tres ingleses que prácticamente no utilizan guitarras en sus canciones (a excepción de dos o tres temas), en un entorno más íntimo que la inmensidad del Monumental de Núñez no puede ofrecer.

El sábado pasado, ese clima buscado se instaló desde el primer tema y se mantuvo durante los casi 120 minutos de show, en los que Chaplin (a pocos minutos de celebrar su cumpleaños) sin falsa modestia, revelaba su opinión de las composiciones del grupo.

En particular, con You don`t see me (No me ves), tema de su último corte en el que pidió a los fans que elevaran los celulares al cielo para iluminar la calurosa noche porteña, porque se trataba de uno de los temas lindos de la banda. Efectivamente, el inglés no se equivocó. En los cuatro minutos que duró el tema, los ingleses lograron un respetuoso silencio del público que hizo su aporte para crear uno de los momentos más intensos de la noche, igual que ese instante en el que decidieron dejar a un lado sintetizadores y los recurrentes rayos coloridos que emanaban de la pantalla gigante, para hacer un set prácticamente acústico con delicada percusión y la voz de Chaplin.

El cierre. Para el final, la banda se guardó los dos hits más escuchados de la radio. Antes del bis, sonó Somewhere only we know, con el que saltaron a la fama en 2004 y, en el estribo, el no menos exitoso Is it any wonder, del segundo disco Under the iron sea.

Parecía que la noche se iba a puro baile, con un tema de su último disco que suena mucho más up que los dos trabajos anteriores. Sin embargo, como sucedió en 2007, Keane fue a lo seguro y eligió un clásico de la banda, Bedshaped, el último track de Hopes and Fears, conscientes que sería coreado desde el principio hasta el final. Y no fallaron.

Historia lenta pero firme

Keane se formó en 1995, pero no usó el nombre con el que actualmente se los conoce hasta dos años después. La característica que los ha marcado a lo largo de su carrera ha sido la de apoyarse en pianos en lugar de guitarras, aunque muchas veces sean alterados con distorsión para generar otros efectos y climas. Últimamente han incluido otros instrumentos en su repertorio, como banjos, saxofones, violines y hasta guitarras acústicas. Su carrera no fue meteórica. Recién en el año 2004 y tras algún cambio en su formación, comenzaron a destacar. Ese año editaron "Hopes and fears", con el que vendieron cinco millones y medio de copias y saltaron a la fama. A mediados del 2006 editaron su segundo disco y en octubre del año pasado el tercero, que fue el que presentaron en Buenos Aires y ahora en Brasil.

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