Es exactamente la clase de película que gana festivales secundarios, premios de la crítica y elogios políticamente correctos. Producido por la BBC, este film británico que podría, sin embargo ser norteamericano, (lo que en Estados Unidos se llama falsamente "cine independiente"), no perdona un sólo lugar común para contar su historia de erotismo veraniego y lésbico, acechada por un entorno pueblerino puritano y algunas carencias afectivas de sus propias protagonistas.
La joven de clase baja (Nathalie Press) intenta escapar de un hermano fundamentalista, un amante insatisfactorio y un futuro gris. En su camino se cruza la forastera seductora (Emily Blunt), expulsada de un exclusivo colegio por ser "una mala influencia", y que pasa sus vacaciones en el lugar. El vínculo entre esas dos jóvenes evoluciona de la amistad a la intimidad sexual, pero no es difícil adivinar lo que va a ocurrir al final del verano.
Corresponde corregir un pequeño error en la nota previa que se publicó ayer sobre este film en esta misma página: éste no es el segundo sino el tercer largo del director polaco Pawlikowski, radicado en Inglaterra, quien antes hizo documentales y trabajos para la televisión y ha recibido algunos elogios por Last Resort, sobre los padecimientos de fugitivos del difunto "socialismo real". Alguien ha escrito empero que ese film previo era más importante "por su contenido que por su forma", lo cual no es exactamente un elogio para un director cinematográfico, en Polonia o cualquier lado.
Y hay que seguir desconfiando de Pawlikowski como director después de este Mi verano de amor que se revela incapaz de crecer dramáticamente a partir de sus datos iniciales, incurre en la obvia caricatura para describir a sus personajes secundarios, establece contrastes elementales (la tosquedad del entorno de Press versus la aureola refinada y culta de Blunt), y rellena la banda sonora con música durante largos minutos para fingir que algo pasa cuando realmente no pasa nada. De acuerdo, es un placer escuchar un rato a Edith Piaf.
Las desconfianzas se acentúan ante la comprobación de que no hay un sólo personaje masculino que exhiba algún rasgo positivo, que la única relación heterosexual que se describe en el film es un acto brutal e insensible, que el padre de Blunt es mostrado apenas como un distante adúltero cuya conducta las protagonista miman torpemente y el hermano religioso es un evidente fraude: ni siquiera los fundamentalistas "reborn" se merecen el penoso retrato que Paddy Considine (que es un actor considerable) proporciona de uno de ellos. A esas alturas el resultado ya no es cine dramático, y debe ser archivado en el estante de "agitación y propaganda".
Pequeños aciertos en medio del desacierto, si se quiere: Press es una joven debutante con posibilidades (puede llegar a ser una nueva Samantha Morton), Blunt exhibe alguna sugestión, cerca del final el libreto se permite una vuelta de tuerca ingeniosa aunque no deje de advertirse el truco. Pero es poco y llega demasiado tarde: en la mayor parte de su desarrollo, el film es una estirada nadería. A la larga, solo queda Edith Piaf.
CRITICA/GUILLERMO ZAPIOLA
MI VERANO DE AMOR
My Summer of Love
Director. Pawel Pawlikowski.
Libreto. Pawel Pawlikowski, Michael Wynne, sobre novela de Helen Cross.
Fotografía. Ryszard Lenczewski.
Elenco. Nathalie Press, Emily Blunt, Paddy Considine, Dean Andrews.
Inglaterra 2004