Nueva York-AFP | El escritor Frank McCourt, que murió de cáncer el domingo en Nueva York a los 78 años, había alcanzado la fama por un "bestseller" sobre su niñez miserable en la Irlanda de los años 30 que le valió millones de lectores, un premio Pulitzer y una adaptación al cine. De nacionalidad norteamericana e irlandesa, McCourt nació en 1930 en Brooklyn, en el seno de una familia de católicos irlandeses, numerosa y pobre. Sin futuro en medio de la Gran Depresión, la familia regresó a Irlanda a la búsqueda de trabajo para toparse con una situación peor.
Las memorias Las cenizas de Ángela publicadas en 1996, que lo hicieron famoso como escritor y le valieron un Pulitzer al año siguiente, relatan precisamente esa vida miserable en la ciudad irlandesa de Limerick. Un padre alcohólico y desempleado, enfermedades y desnutrición que costaron la vida a tres de sus seis hermanos, y una vivienda mugrienta e infestada de ratas fueron el tenebroso marco de esa niñez. Sin embargo, McCourt lo relató con brillo, humor y compasión en un estilo particular que omite las comillas y obliga al lector a una mayor atención para seguir el hilo narrativo. La obra vendió millones de ejemplares y fue adaptada a la pantalla grande en 1999.
McCourt dejó la escuela a los 13 años, sobrevivió entre empleos precarios y pequeña delincuencia y regresó a Estados Unidos, donde fue movilizado para la guerra de Corea, aunque permaneció estacionado en Alemania donde pudo estudiar.
A su regreso ingresó a la Universidad de Nueva York y posteriormente se dedicó a la docencia durante 27 años en el sistema de enseñanza pública de la ciudad.
El resto de su breve obra también es de carácter autobiográfico. Un segundo libro, Lo es (1999), retoma las memorias donde las había dejado Las cenizas de Ángela y una tercera obra, El profesor (2005) relata la experiencia docente en Nueva York.