Evocando a Rock Hudson y Doris Day

Dos figuras de la popularidad de Renée Zellweger y Ewan McGregor encabezan el elenco de la comedia romántica Abajo el amor, que llega hoy a Montevideo. De entrada, el asunto se impregna de una tonalidad nostálgica: la acción se ubica a comienzos de la década del sesenta, lo que implicó por parte de los diseñadores de producción un esfuerzo adicional para encontrar los ambientes adecuados y recuperar una época pasada mezclando tomas procesadas y de archivo, recreación de calles, departamentos y centros nocturnos, para levantar el telón de fondo sobre el cual se desarrolla esta historia del Don Juan impenitente (McGregor) que se enfrenta a una mujer (Zellweger) que ha jurado no enamorarse nunca. Se sospecha cómo termina todo el asunto.

La historia se dispara cuando la protagonista Zellweger irrumpe en el negocio editorial con un libro titulado justamente Abajo el amor, que ha podido ser definido como "un manifiesto pre-feminista que le dice no al amor y sí a la profesión, el poder y el sexo". El libro se convierte rápidamente en un ‘best seller’, y enciende la no muy santa indignación del periodista McGregor, conquistador y machista que se empeña en que la mujer fracase. Van a saltar chispas, claro, pero no de la clase que McGregor espera.

El modelo que tuvieron en mente los productores Bruce Cohen y Dan Jinks y sus libretistas Eve Ahlert y Dennis Drake fueron las comedias de Rock Hudson y Doris Day filmadas justamente en los años sesenta, a partir del gran éxito inicial de Problemas de alcoba de Michael Gordon. El productor Jinks sostiene: "Abajo el amor no solamente celebra aquellas películas, sino también el recuerdo que tenemos de ellas. La diferencia es el giro contemporáneo que en ésta se presenta". Y agrega: "Mientras leíamos el guión nos desternillábamos de risa. Nos transportó al fantástico mundo de aquellas comedias maravillosas, pero al mismo tiempo alteraba absolutamente todas las convenciones que vimos en aquellas películas".

El coguionista Drake no oculta las influencias: "Crecimos con aquellas películas que pasaban todas las noches por televisión, y siempre nos encantaron". Su colega Ahlert agrega: "Creo que esas comedias eran muy delirantes y extremas. No parecían ser películas reales. Eran tan puras, pródigas en Technicolor y desfachatadas, con diálogos muy precisos. Y el tipo de actuación que tanto Rock Hudson como Doris Day ofrecían era novedoso. Pensamos que todo esto era algo con lo que nos podíamos divertir". Ambos confían, por supuesto, que esa diversión se transmita también al espectador.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar