MATÍAS CASTRO
Para el argentino Ricardo Preve, hacer la película "José Ignacio" no representa solamente filmar un largometraje independiente, como le dice él. Se trata de representar el espíritu del lugar en el que él mismo vive durante buena parte del año.
A sus 52 años, Ricardo Preve divide su rutina anual en dos partes. En una de ellas vive en el balneario José Ignacio, donde tiene la casa en la que se desarrolla el film que dirigió y que este viernes llega a los cines montevideanos. En la otra se reparte viajando a Washington y luego recorriendo distintos destinos en Latinoamérica, para filmar documentales para National Geographic.
"La película José Ignacio tiene algo de tributo al lugar. Siempre quise contar lo que es Uruguay y sobre todo la costa y los pueblos que hay ahí. Creo que tenemos una gran estacionalidad en la cual muchos proyectos arrancan con grandes esperanzas en noviembre o diciembre y en marzo se terminan. Lo que intenté fue contar algo sobre ese ciclo", dice Preve desde su casa en el balneario. Justamente, la historia del film es la de un hombre de cincuenta años que vive solo y que, cuando llega el verano, conoce a una instructora de surf con la que vive un romance de estación.
"Hay varios lugares que ya no tienen el mismo aspecto de antes. Ahora nomás veo tres casas en construcción, el lugar está cambiando mucho y la idea era mostrar lo que era antes" cuenta. "Nosotros lo llamamos un experimento cinematográfico, por la forma en que trabajamos. Por un lado hubo falta de plata y no tuvimos apoyo económico oficial. Por otro me interesó el formar una tribu por un mes y ver qué salía a partir de ese experimento".
Él lo califica de experimento porque la casa en la que se filmó la película es la suya. Buena parte de la ropa que usa el actor Jean-Pierre Noher también es de él. Y el equipo de filmación, que fue muy pequeño, vivió bajo su techo durante un mes, entre febrero y marzo del año pasado.
Noher fue una parte clave del asunto. "Dicen que es peligroso escribir un guión con un actor en mente, y entiendo por qué. Siempre es un riesgo que no acepte la propuesta", cuenta. Sin embargo sabía que a Noher le gusta el balneario, así que cuando le propuso la idea, aceptó de inmediato.
"Siempre le doy participación a mis actores. Creo que dejar que intervengan es bueno para una película", cuenta. En este caso, un ejemplo está en la escena en que Marina, la entrenadora de surf, habla por teléfono con su hijo en Italia. Esa parte fue totalmente improvisada por la actriz Elisabetta Riva.
"Se hizo en video de alta definición porque no había plata para celuloide. Todo hecho como una home-movie y equipo mínimo. Nunca pensamos que a nadie le iba a interesar ponerla en cines y teníamos pensado exhibirla en algún festival", cuenta. Acto seguido, pudo mostrarla en el Festival de Cine de Punta del Este, donde atrajo bastante público. A partir de ahí un distribuidor local se encargó para llevarla a las salas comerciales, algo que ocurrirá a partir de esta semana.
Preve iba a José Ignacio desde chico. Eran tiempos en los que, según recuerda, no iba nadie por allí. En el año 2006 se mudó al balneario, "porque acepté que era un lugar que había crecido en importancia en mi vida. Siempre digo que somos 20 en invierno y 20 mil en verano". Pero ese punto es uno de los dos destinos de este realizador y también productor (intervino en la producción del film argentino de ciencia ficción Adiós, querida Luna). Cuando era joven se mudó a Estados Unidos y con el tiempo se hizo ciudadano de ese país. Allí tiene su empresa, Preve Films, con la que vende producciones al National Geographic. Para ellos ha filmado especiales sobre los Incas, Darwin y el paso de Joseph Mengele por Latinoamérica.
Uno de los nombres que Preve cita como referente suyo a la hora de filmar es el de Lars Von Trier, cuyo trabajo intentó reflejar en sus cortos La noche antes y La notte prima. Pero entre otros está Francois Truffaut y los integrantes de la nouvelle vague. La obra de Truffaut, además, tiene una presencia especial en José Ignacio. Otra referencia que incluyó en su film es a 25 Watts. "Me gusta mucho el cine uruguayo", afirma. Este film puede ser su contribución a ese cine.
Proyecto nuevo en Uruguay
Entre los planes de mediano plazo que maneja Preve, hay otra película sobre la costa uruguaya. Se trata de Garzón, un proyecto que se filmaría el año próximo. "Es una adaptación al siglo XXI de Don Quijote y Sancho Panza", cuenta, "Se filmará este año entre Garzón y Montevideo. Es una historia de amor y una búsqueda. Se trata de dos mecánicos que viven en Garzón y reparan una antigua Mehari y se van a Montevideo a buscar un viejo amor. Estamos tratando de completar la financiación, es más grande, con más personajes y más locaciones". Hasta no completar el presupuesto que necesitan no quiere adelantar más detalles sobre cómo será. Mientras tanto, le queda el estreno de esta.