SEBASTIÁN AUYANET
Todos los récords que el cuarteto sueco creador de Mamma mía y Chiquitita logró en su cuarto de hora de fama no se comparan con lograr aquello con lo que todo músico sueña: que una de sus obras se vuelva atemporal.
Eso es lo que ha sucedido con Gold, recopilación de éxitos publicada en 1992 que sorpresivamente se acaba de convertir en el disco más antiguo en conseguir el número uno de las listas británicas.
La recopilación lleva hasta el momento unos 26 millones de copias vendidas y ha logrado esa posición por cuarta vez desde que fue lanzado. Nunca un disco llegó a eso en un intervalo tan largo de tiempo. Y esto no sólo habla de la popularidad de estas canciones del cuarteto sueco, sino del estado de la música pop actual.
Es que ABBA acaba de desplazar nada menos que a los ingleses de Coldplay. La banda del afectado Chris Martin estaba desde hace algunas semanas en el primer lugar de los charts con su Viva la vida or death and all his friends, pero una banda que hace 26 años no está en actividad logró desbancarla. En tercer lugar quedó la cantante Duffy, también británica pero de Gales. Algo así como la sucesora de Amy Winehouse sin tanto brillo ni carisma, con su disco Rockferry se quedó en el tercer puesto.
La clave del resurgimiento de Gold se encuentra en una película protagonizada por Meryl Streep y Pierce Brosnan llamada Mamma mía! La banda de sonido de esta película ha alcanzado los puestos más altos hace dos semanas y eso fue lo que disparó las ventas de Gold una vez más, junto a la popularidad de los suecos.
Los números de facturación de ABBA son escandalosos. Desde su formación ha vendido 350 millones de álbumes y esa cifra se engrosa año a año, ya que cada año unas 3 millones de copias de sus trabajos se venden en todas las tiendas de discos del mundo.
Hasta el momento, y a pesar de algunas apariciones públicas recientes, ABBA parece uno de los grupos cuyas esperanzas de reunión no tienen fundamento alguno. No lo necesitan para volver a recaudar.