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Una película de acción sobre el tráfico de niños que está entre la conspiración y la denuncia

Se estrena en cines locales, "Sonido de libertad" con Jim Caveziel que está rodeada de polémicas y se convirtió en uno de los éxitos del año

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Jim Caviezel en "Sonido de libertad"

Con información de The New York Times
Sonido de libertad un thriller protagonizado por Jim Caviezel como un agente federal que se enfrenta a traficantes de niños, no fue el mayor éxito de taquilla del verano. Pero puede que sea el más improbable.

La película —cuyo distribuidor, Angel Studios, tiene un gran éxito con The Chosen, una serie en streaming sobre la vida de Jesús— recaudó 180 millones de dólares en el mercado estadounidense, algo así como un record para una película independiente que costó 14.5 millones de dólares. Eso recaudó, por ejemplo, la última Indiana Jones.

Hoy se estrena en Uruguay, donde, según cifras de su distribuidora, llega con una decena de funciones ya agotadas.

Sonido de libertad está basada en una historia real: Caviezel interpreta a Tim Ballard, un agente del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos que investigaba a pedófilos. (Más tarde, Ballard fundó el grupo contra la trata Operation Underground Railroad, se convirtió en un invitado frecuente en la cadena Fox News y fue designado por el expresidente Donald Trump para un panel asesor federal sobre la trata de personas).

Algunos críticos han dicho que la película apela al movimiento QAnon, que plantea una teoría de conspiración falsa que acusa a las élites progresistas de pedofilia.

The Guardian lo llamó un “thriller no adyacente a QAnon”. Un artículo de Rolling Stone decía que su “accesibilidad generalizada lo hace valioso como herramienta de enrolamiento”. The Economist tituló “Cómo hacer una fortuna con una película mediocre”.

Sonido de Libertad comienza con el secuestro de dos niños hondureños, robados de su padre por una ex reina de belleza después de haber sido engañados para hacer un casting. Empieza una terrible travesía por América Latina hasta que uno de ellos, Miguel, termina en Tijuana para ser trasladado a Estados Unidos.

Ahí es que aparece Ballard rubio y típico héroe americano que trabaja en el Departamento de Seguridad, quien lo rescata poco antes de ser vendido en el mercado de la explotación sexual. Ballard se compromete a ir por la hermana de Miguel, Rocío.

Eso lo lleva a una suicida misión de rescate en la selva colombiana. La acción, han coincidido críticos está bien contada y es entretenida aunque le han señalado algunos reparos.

Aunque dice estar basada en hechos reales, y en parte lo está, se han señalado exageraciones o mentiras. Es cierto, sí, que Ballard ha concretado con éxito varias misiones de rescate en Colombia. Algunas de esas expediciones han sido acompañadas por millonarios en busca de emociones fuertes, lo que le quita alguna seriedad.

La película maneja una cifra de 800.000 desapariciones de niños por año en Estados Unidos y aunque está claro que son cifras difíciles de definir, reportes más consistentes hablan de poco más de un centenar de secuestros. En general, la explotación sexual de menores está vinculada más al círculo cercano del menor que a redes de elites pedófilas.

La película, sin embargo se ha vuelto un botín político. El expresidente Donald Trump la ha exhibido en un evento en uno de sus campos de golf.

Ballard, de acuerdo a The Economist, ha acusado a los medios liberales de desprestigiar la película para interferir con el combate a ese delito atroz. En redes llegó a denunciar a las cadenas de cines de apagar el acondicionar aire para desestimular al público.

En una entrevista, Neal Harmon, director ejecutivo de Angel Studios, dijo: “Cualquiera que vea esta película sabe que no trata sobre teorías de conspiración”, y agregó, “no se trata de política”.

Pero Caviezel -quien interpretó el papel principal en La Pasión de Cristo de Mel Gibson- pareció aludir a QAnon mientras promocionaba la película en el podcast de Steve Bannon, una figura pública ultraderechista, diciendo “se acerca una gran tormenta”, un lema del movimiento. y mencionar el “adrenocromo”, una hormona que los QAnon dicen que las élites obtienen de sus víctimas infantiles.

Aunque no se basa explícitamente en la fe como otros proyectos de Angel, incluidos The Chosen y His Only Son, una película reciente sobre los patriarcas bíblicos, Sonido de libertad se erige como el último ejemplo de una historia de éxito en la industria del entretenimiento dirigida a un nicho de audiencia. Esto a menudo Hollywood lo pasa por alto.

El poco ortodoxo recurso Pay It Forward de Angel Studios permite a los seguidores comprar entradas en línea para aquellos que de otro modo no verían la película, puede haber ayudado. Lo mismo podría decirse de su estatus emergente en el tablero político: defendido por la derecha, vilipendiado por los críticos de izquierda.

Angel, con sede en Provo, Utah, confía en el crowdfunding para impulsar sus proyectos. Más de 7.000 “inversores ángeles” recaudaron cinco millones de dólares a cambio de compartir ingresos para ayudar a comercializar Sonido de libertad dijo la compañía.

“Creemos que el modelo del sistema de control de Hollywood, de selección de contenido, no elige el contenido que la gente quiere ver”, dijo Jared Geesey, vicepresidente senior de distribución global de Angel.

El productor de Sonido de Libertad, Eduardo Verástegui, y su director y coguionista, Alejandro Gómez Monteverde, provienen del estado mexicano de Tamaulipas y la mayor parte del financiamiento provino de patrocinadores mexicanos, según informan. Se filmó en 2018. Su distribuidor original, Fox Latin America, lo abandonó después de que Disney adquiriera 21st Century Fox en 2019 (un portavoz de Disney dijo que el estudio nunca supo de la película). Fue retomado este año por Angel, que se describe como un estudio basado en valores.

Verástegui, el productor, reconoció la polarización en torno a la película. Él también lo promocionó en el podcast de Bannon. Pero dijo que esperaba que las diferencias políticas pudieran dejarse de lado en favor del mensaje contra la trata de personas de la película.

La película, que dura poco más de dos horas, no menciona principios específicos de QAnon. Con muchos ritmos típicos de películas de acción, describe la trata y los problemas relacionados, como las imágenes de abuso sexual infantil, como crudos y crecientes, y sugiere que los ricos internacionales se encuentran entre sus consumidores. Entre sus actores destacados se incluyen Bill Camp y Mira Sorvino en un pequeño papel como la esposa de Ballard.

Durante los créditos, Caviezel se dirige a la audiencia y dice que los realizadores esperan que Sonido de libertad sea “La ‘cabaña del tío Tom’ de la esclavitud del siglo XXI”. Y añade: “Creemos que esta película tiene el poder de ser un gran paso adelante para acabar con la trata de niños”.

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